Revista Psicología

Los derechos de propiedad

Por Gonzalo

Ahí va la teoría de  Los derechos de propiedad, que demuestra, entre otras cosas, que es imposible conseguir el equilibrio y la justicia en las relaciones sociales y económicas en el sistema capitalista.

Los derechos de propiedad son los que tienen los seres humanos a usar e intercambiar determinados bienes. Cualquier restricción de la propiedad privada modifica el equilibrio de poder, desplazándolo de los atributos impersonales a los personales y hacia la conducta que aprueben las autoridades políticas “   Armen Alchian.

Aunque la propiedad privada es fundamental en el funcionamiento del sistema capitalista, no todo puede ser de propiedad privada. Hay bienes y servicios públicos esenciales, como las carreteras o la defensa nacional, que deben ser proporcionados por el gobierno ya que las empresas privadas serían incapaces de obtener beneficios con ellos. (Aquí el libro [50 teorías económicas sugerentes y desafiantes] se hace eco del pensamiento genuino de Milton Friedman que ha sido desautorizado por la realidad. Después de la invasión de Iraq, las empresas privadas están sacando pingües beneficios, tanto en la construcción de infraestructuras como en la boyanbte industria de la seguridad. Eso sí, a costa del pueblo iraquí y de todos nosotros).

Algunos economistas creen que ciertos servicios públicos, como el transporte público o la electricidad, pueden proporcionarse más eficazmente a través de empresas privadas. Otros (economistas) afirman que esto no es así. (Si por eficacia entendemos con más beneficios empresariales, seguro que sí, que privatizando se consigue. Pero si entendemos mejor servicio (relación calidad-precio, mantenimiento, etc), seguro que no. Coincido con los economistas que no caen en los planteamientos ideológicos de los chicago boys).

Los derechos de propiedad confieren al propietario autoridad exclusiva sobre un bien, una empresa, un terreno o incluso una creación intelectual. El propietario, tanto si se trata de un individuo como de un gobierno, adquiere el derecho exclusivo a usar el bien, obtener ingresos de él, venderlo o traspasarlo. (También debería comportar una responsabilidad por el mal uso o uso indebido, lo cual nos lleva a examinar la legislacione y, probablemente, a cuestionar el sistema democrático, tan laxo y permisivo por necesidad. Así es el capitalismo)

Unos derechos de propiedad bien definidos son parte fundamental del sistema económico capitalista. No obstante, en determinados casos los derechos de propiedad son difíciles de definir por razones prácticas o históricas y pueden pervertir los mercados.

¿Demasiada contaminación? Eso es porque no existen unos derechos de propiedad bien definidos sobre el aire. (¿También el aire? Donal  Marron [que bien le viene el apellido] lo soluciona todo con la privatización). ¿Caladeros de peces sobreexplotados? Se debe a que los pescadores están compitiendo por el mismo recurso compartido.

Ahora la traca:   Debido que determinados bienes como el aire y los peces no son propiedad de nadie, nadie puede restringir su uso. ¿La solución? ¿La adivinan? Crear derechos de propiedad. (Si el aire y los peces tuvieran propietario seguro que no habría ni contaminación ni sobreexplotación de los mares ¿a que sí?

Los economistas  (Neoliberales y forofos de los chicago boys) llevan tiempo asesorando a los gobiernos sobre formas de crear derechos de propiedad, desde licencias negociables que cubren la contaminación del aire (¿Qué dice, oiga? ¿Licencias para contaminar y a buen precio para los amigotes, además?) hasta cupos de pesca igualmente negociables. (El gobierno marroquí es un experto en este asunto y bien que lo saben los pescadores españoles. Lo cual no evita la sobreexplotación del mar, sino que permite que el rey de marruecos incremente notablemente su fortuna).

El uso de los bienes se restringe a la persona que esté en posesión del permiso, de modo que se pueda limitar el uso global del recurso. (Eso, muy bien, para la alegría y el gozo de las multinacionales) Y la traca fianal:  Como desde ese momento estos permisos pasan a ser negociables, se crea un mercado que determina un precio por el uso del recurso. (Cojonudo. Otro “mercado” para poder especular, estafar y robar a manos llenas. Y esta vez con el aire y los peces, pero podríamos ampliarlo al agua del mar sin problemas, puesto que ya existe el “mercado de los alimentos” en el que se juega con las cosas de comer).

Fuente: 50 TEORÍAS ECONÓMICAS SUGERENTES Y DESAFIANTES  (Donal Marron)

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