Revista Ciencia

Los desastres de la ignorancia

Publicado el 12 junio 2015 por Acercaciencia @acercaciencia

El desorden climático no es una ilusión. Es una catástrofe que padecemos en forma de inundaciones, olas de calor, sequías, ciclones…

Recién en el año 2007, la entrega del premio Nobel a un científico especialista en clima puso en evidencia la relevancia de la problemática ambiental. Ese año, Rajendra Pachauri, junto a Al Gore, recibían el premio Nobel de la Paz por su “sus esfuerzos por promover y diseminar un mayor conocimiento sobre el cambio climático producido por el hombre, y por fijar las bases para las medidas que son necesarias para contrarrestar dicho cambio”. Pachauri fue el hombre que, junto a cientos de expertos de todo el mundo, demostró científicamente la realidad del calentamiento global. La pregunta que surge es: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Es evidente que en nombre del progreso, el hombre antepone el beneficio económico inmediato sin importar si se pone en riesgo el Medio Ambiente o la salud de las personas. Hace unos días vi el documental Diez catástrofes que cambiaron el mundo, una producción francesa del año 2010, cuyo título original es Ces catastrophes qui changèrent le monde.

El documental dura más de 50 minutos, pero me voy a referir a los primeros 12. Sobre todo me interesa resaltar los dos primeros casos.

Caso 1: La niebla amarilla de Londres

Uso del carbón.

Uso del carbón en los años cincuenta.

Una mañana de diciembre de 1952, en la cuidad de Londres, era imposible ver más allá de un metro de distancia. Sabemos que la niebla no es rara en Londres, pero lo raro de esa vez fue que no era blanca sino amarilla. Amarilla y que hacía toser.

La sociedad alarmada, rápidamente se organizó y se podía ver cómo se vendían mascarillas en las esquinas como medida de protección. Ilusos, esa niebla amarilla mataría a 4000 personas en los primeros 5 días y luego 8000, en las semanas siguientes.

Londres 1952 / créditos Flikr, Leonard Bentley.

Londres 1952 / créditos: Flikr Leonard Bentley.

Esta catástrofe fue consecuencia de una decisión económica. Resulta que durante ese período, Inglaterra exportaba su mejor carbón y se quedaba con el de peor calidad (rico en azufre) para calentar sus hogares. Ese invierno fue crudo y para soportarlo las familias quemaron muchísimo carbón. Nadie sabía que ese carbón, utilizado por la industria y los hogares, liberaría con su combustión un humo tóxico dejando rastros por todas partes.

Venta de mascarillas en Londres (1952).

Venta de mascarillas en Londres (1952).

Desde esa catástrofe pasaron 4 años para que se aprobara la primera Ley de Protección del Aire en Inglaterra. Así, Londres volvió a respirar de nuevo normalmente.

Caso 2: DDT hasta en la sopa

En el año 1948 el Premio Nobel de Medicina fue para el químico Paul Müller, por descubrir el DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) y sus efectos como insecticida. Así, este compuesto fue usado para combatir los insectos vectores de Malaria y Fiebre amarilla.

DDT por todos lados. EEUU 50's.

DDT por todos lados. EEUU 50’s.

Durante los años 50’s, el DDT fue aprobado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para combatir los insectos plaga de sus cultivos. Se vendía como el insecticida ‘milagro’ ya que permitiría un espectacular desarrollo de la agricultura sin insectos. Consecuentemente, los supermercados de EEUU rebozaban de frutas y verduras ‘sanas’ y de un espectacular aspecto, aunque contaminadas. Rociaban los campos, el ganado e incluso a ellos mismos (DDT por los campos, ciudades, parques, piscinas).

Mientras, la bióloga Rachel Carson observaba y al tiempo daba la voz de alarma. Demostró que el DDT quedaba impregnado el aire, agua y los terrenos, incluso años después de su aspersión. Así, en 1962 publicaba su libro Primavera silenciosa, causando un efecto irreversible sobre la opinión pública del DDT.

Rachel Carson en programa de TV.

Rachel Carson en programa de TV.

Según el video, la primera reacción fue la crítica hacia la científica. Los grupos de presión contratacaron contratando a ‘renombrados’ científicos que se dedicaron a distraer con calumnias desacreditando sus teorías. Esto me hace acordar al caso Andrés Carrasco sobre el efecto del glifosato en campos argentinos…

Volviendo al video, mientras se disparaba la venta del libro de Carson, miles de estadounidenses se enterarían por la televisión, en una entrevista a la científica, que el uso masivo de pesticidas podría ser una amenaza para la salud de las personas.

“Debemos tener en cuenta que los niños que nacen hoy están expuestos a estos productos químicos desde su nacimiento… ¿Qué será de ellos en la edad adulta como resultado de esta exposición? Simplemente, no lo sabemos” decía Carson. Luego de la emisión del programa de TV, donde Raquel dejaba picando la pregunta anterior, comenzaron a llegar miles de cartas de la población a la Casa Blanca, manifestando su preocupación.

Rachel murió de cáncer y nunca se enteró que ganó la batalla: dos años después se decretaba la primera Ley de Uso de pesticidas en Estados Unidos.

Dicen que ‘lo que mata es la humedad’, pero en estos dos casos catastróficos que cito, yo diría que lo que mató fue la ignorancia.

No puedo dejar de destacar además, que fue la científica Rachel Carson la que introdujo la idea del ‘principio de precaución’, una recomendación actualmente vigente dentro del área de seguridad y medio ambiente.

El video de deja de piedra. Trata ocho terribles casos más que recomiendo verlos sólo cuando estés tan pero tan feliz, que no te importe disminuir tu estado de felicidad.

Termino el post rescatando algo positivo de la historia que refleja el documental: luego de cada desastre se avanzó en cuanto a gestión y legislación medioambiental; o se establecieron medidas, o se modificaron o crearon normas regulatorias o se revisaron y controlaron mejor los aspectos medioambientales de los procesos industriales. Estamos mejor que en los 50’s pero falta mucho…

Para terminar quiero citar el libro de Rachel Carson: “El equilibrio de la naturaleza no es un statu quo; es fluido, mudable y en estado permanente de reajuste. El hombre también forma parte de este equilibrio. A veces la balanza se inclina a su favor; otras veces —y muchas mediante su actividad— cambia en su desventaja”.

Bibliografía y fuentes consultadas

Video: Ces catastrophes qui changèrent le monde.
-El Caso de Rachel Carson. CulturaCientífica.com
-Asclepio, 2012, vol. LXIV, nº 1, enero-junio, 277-284, ISSN: 0210-4466
-CARSON, Rachel. Primavera silenciosa, prólogo y traducción Joandomènech Ros, Barcelona, Crítica, Fundación Jorge Juan, 2010, xxxviii, 372 pp. [ISBN: 978-84-9892-091-8]

Los desastres de la ignorancia
por Emma O’Brien

Bióloga comprometida con la educación y divulgación de las Ciencias.
@emma_obrien_e

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