Revista Cine

Los descendientes (2011), de Alexander Payne, Asuntos de familia

Publicado el 07 febrero 2012 por Miguelmalaga

LOS DESCENDIENTES (2011), DE ALEXANDER PAYNE. ASUNTOS DE FAMILIA.

En los últimos años, asistir a una película en la que esté implicado George Clooney se ha convertido en una apuesta casi segura. Así "Buenas noches y buenas suerte", "Up in the air" o "El americano", son ejemplos de un cine exigente con el espectador, nada complaciente, pues pide una implicación emocional, una respuesta personal acerca de lo que sucede en la pantalla. Además, como sucede con el buen cine, lo visionado no se olvida fácilmente, sino que se sigue recordando durante los días siguientes, como una buena manera, por ejemplo, de compartir los últimos pensamientos del día con la almohada.

Lo mejor que puedo hacer, para quien tenga intención de verla, es desvelar lo mínimo posible del argumento, puesto que los giros en la trama y las revelaciones están bien dosificados y no conviene dar pistas sobre ellos. Digamos que Payne nos presenta a un padre de familia de esos que dan tanta importancia al trabajo que no son capaces de advertir lo que sucede a su alrededor y, un buen día, cuando sucede un acontecimiento excepcional, el mundo se les viene encima.
Nada más comenzar la película, temí que la voz en off de Clooney se convirtiera en omnipresente, pero mis temores no estaban justificados: se usa tan sólo para ponernos en antecedentes y presentarnos Hawai, no como el tópico paraíso que todos esperamos, sino como un lugar más donde la gente disfruta y sufre igual que en todas partes y las familias se aman y se pelean con la misma intensidad, a pesar de vivir a dos pasos de playas con cocoteros y arena blanca. "Los descendientes" es sobre todo eso, una intensa reflexión acerca de las responsabilidades que conlleva formar una familia y un discurso sobre las oportunidades perdidas, sobre el tiempo pasado que nunca vuelve. Un George Clooney magnífico, secundado por buenos actores, sostiene la película, que también es un vehículo para su lucimiento, en un papel que le viene como anillo al dedo. Parece que este año los Oscars van a estar reñidos.


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