Los especialistas, la otra cara del cine.

Dentro de la gran pantalla, hay un grupo de profesionales que trabajan delante de las cámaras, pero deben aparecer siempre con el objetivo de que no se les reconozca, estos son los llamados dobles. Así, en el mundo del cine, podríamos encuadrar a estos personajes en tres grupos diferenciados: los dobles de luces, los de cuerpo y los de escenas trepidantes o de acción, también denominados por el público en general como los especialistas.
Los primeros,  suelen ser personas de altura y envergadura similares a la del actor o actriz al que deben suplir. Su contribución al desarrollo del rodaje consiste en colocarse en la posición donde se situará el personaje, a fin de que el director de fotografía del film, pueda verificar como llega la luz al lugar determinado y tener constancia fiel de la iluminación a la persona, que finalmente debe interpretar el papel. En la mayoría de los casos se trata de personal técnico del propio rodaje, hecho que no entraña la contratación de profesionales.
Los segundos , tienen como función aparecer en escena brindando al espectador una parte de su cuerpo, para suplantar aquel que la estrella principal se niega a mostrar; bien por pudor en el caso de escenas eróticas, por problemas de salud, movilidad o por considerar que algunas partes de su anatomía no les resultan favorecidas (extrema delgadez, arrugas, sobrepeso, etc). Por ello un doble de cuerpo, lo puede ser de manos, cuerpo entero, orejas, glúteos, pechos, pies, ... En este sentido, las vergüenzas de los iconos del séptimo arte podrían salir a la luz, pero estos profesionales conservan el anonimato y no puede publicitar su trabajo o participación en las escenas, bajo prohibición expresa en la gran mayoría de los contratos. Han sido doblados en alguna ocasión reconocidos del celuloide como: Natalie Portman, Kim Basinger, Spencer Tracy, Angelina Jolie, Harvey Keitel, Julia Roberts, entre otros.
En el caso de los terceros, nos tenemos que remontar a 1903 y la grabación de la obra Asalto y robo de un tren, donde el director Edwin S. Potter contrato a un antiguo soldado experto en caer de los caballos, en pleno galope, sin sufrir ningún tipo de percance. Convirtiéndose su proeza, en el primer éxito e incorporación de los llamados "especialistas" al rodaje cinematográfico. No obstante, la posición adquirida y la demanda masiva de sus servicios en estos momentos iniciales, fue del todo ocultada al espectador. Lo que ocasionó que una vez descubierta su labor, el público se sintiera decepcionado y engañado por unas estrellas incapaces de dar respuesta a las exigencias del guión. Pronto actores de enorme fama por entonces, como Harold Lloyd, se apresuraron en demostrar que no se servían de dobles para sus escenas de riego. Hechos totalmente ciertos pero siempre con la supervisión de la ahora, por poco tiempo, denostada figura del especialista.
Se trata de profesionales, con experiencia y sobradas virtudes en campos donde son o fueron grandes activos, es decir, antiguos jinetes, corredores de carreras retirados, maestros de esgrima, militares o soldados con un amplio historial de batallas o especialistas en defensa personal y técnicas marciales. No en vano su cuerpo esta sometido a enormes riesgos: saldrán ardiendo en explosiones controladas, serán perseguidos por salvajes recorridos, realizarán acrobacias suicidas o pelearán en combates imposibles. Sin embargo, y pese a su preparación, son víctimas directas de su propia temeridad. Lesiones leves, rasguños, amputaciones o accidentes mortales se convierten en la mayoría de sus secuelas. Por ejemplo, el especialista Robert Graves, ejerciendo de doble de Georges Peppard (Hannibal del Equipo A) para la cinta La conquista del Oeste, mientras rodaba una secuencia de tren en marcha cayó a la vía, con la mala suerte que el ferrocarril le hizo perder una de sus piernas.
En fin, una profesión sin la que muchas proezas, olvidándonos de las máquinas, no se habrían podido lograr.
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En Asalto y robo de un tren (1903), en torno al minuto 9 se puede apreciar como el militar F. Hannaway, que poseía la facultad de tirarse de un caballo a galope sin lastimarse, graba la primera escena de acción de un especialista en la historia. 

Harold Lloyd, el acróbata y actor cómico estadounidense de principios del siglo XX, célebre por filmar toda la acción en sus películas sin el apoyo de especialistas, reafirma su condición y realiza el arriesgada "escena del reloj", para su película El hombre mosca en 1922.

Extracto del film La diligencia (John Ford, 1939), donde se aprecia la legendaria carrera de caballos, con el no menos mítico especialista Yakima Canutt pasando de un caballo a otro en pleno galope, a partir justo del minuto 2:39.
El peligroso espectáculo de cuadrigas en Ben Hur (William Wyler, 1959), con Tap Canutt, hijo del anterior, como protagonista.

La trepidante persecución de Bullit (Peter Yates, 1968), protagonizada por Steve MacQueen y llevada a cabo por el especialista Carey Loftin.
Escena para la actual película de Quentin Tarantino, Kill Bill Vol. 1 (2003), a cargo de la especialista Zoe Bell.