Óscar es un joven huérfano que trabaja como profesor de aerobic, algo novedoso en los años 80. Sueña con montar su propio gimnasio pero solo dispone de la ayuda de su tío, que no cuenta con grandes medios económicos. La situación cambia cuando conoce accidentalmente a una chica de clase muy acomodada que le abre las puertas del mundo de los negocios; no obstante, pronto empieza a albergar dudas acerca de la legalidad de los métodos utilizados por su nueva familia, de apellido Farad.
Una de las apuestas fuertes en cuanto a producción nacional de Amazon Prime Video para estas navidades es esta serie, en la que Miguel Herrán repite prácticamente el mismo papel de chaval de barrio ambicioso que había encarnado en Hasta el cielo, de Daniel Calparsoro, que a su vez venía a ser una especie de prolongación del adolescente tan simpático como golfo con el que se dio a conocer en A cambio de nada, la película en la que fue descubierto en 2015 y llamó la atención por su talento natural para la cámara.
Tanto para Herrán como para su pareja en la ficción, Susana Abaitua, conocida sobre todo por Patria, estar al frente de una producción de la envergadura de Los Farad supone avanzar de la categoría de promesas ascendentes a la de estrellas. La propuesta además es muy atractiva comercialmente: el personaje de Óscar guía al espectador en su entrada a una red familiar mafiosa muy seductora que ofrece lujo, sexo y poder, pero a cambio de un precio muy alto. Una reinterpretación moderna del mito de Fausto, y también del cine negro clásico, con escenarios exóticos y una pincelada de geopolítica.A favor de la serie se puede decir que se aparta de lo más trillado al estar centrada no en negocios ilegales, sino en tráfico de armas validado legalmente aunque de manera muy irregular y arbitraria en función de los intereses de los gobiernos en cada momento. Y también que no tira de la nostalgia de los 80 más tópica, sino que apuesta por recordar lo que supuso la guerra fría en esos años y llevar a cabo una pequeña denuncia del rol de comparsas de Estados Unidos y la URSS que jugaron los países de Asia, África y Latinoamérica, pagando por ello un alto precio en guerras y conflictos internos.
En contra, cabe mencionar la excesiva convencionalidad de un relato de ascenso social y hundimiento moral de un joven trepa de origen humilde, y de luchas de poder dentro de una familia acomodada decadente, que hemos visto muchas veces y que resulta previsible en su mayor parte. Se apuesta por las intrigas de salón y por las escenas de acción dejando a un lado el desarrollo psicológico de los personajes, que se ven reducidos a poco más que estereotipos de telenovela.Los responsables del proyecto son Mariano Barroso, director de cine prometedor en los años 90 y más recientemente autor de las teleseries de Movistar El día de mañana y La línea invisible, y el guionista Alejandro Hernández, escritor de varias de las películas más relevantes del cine español de los últimos años, como El autor o Mientras dure la guerra.
- [message]
- ##check## Lo bueno
- El componente geopolítico de la trama. La nostalgia ochentera más facilona se sustituye por el recuerdo de la guerra fría.El diseño de producción.
- ##times## Lo malo
- Nos han contado ya esta historia otras veces, sin ir más lejos en El padrino o Uno de los nuestros, y con personajes más ricos y desarrollados.
- [message]
- Puntuación Total 6 / 10
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure