Revista Comunicación

Los filtros de la información (segunda parte)

Publicado el 11 agosto 2014 por Gonzalo

Filtro 3: El suministro de noticias a los medios de comunicación

El mercado exige reducir costes, los medios deben rentabilizar al máximo sus recursos, no pueden tener periodistas y cámaras en todos los lugares. La economía obliga a concentrarse en los lugares en los que se producen las noticias importantes, donde se celebran ruedas de prensa y existen poderosos cuyas decisiones tienen gran relevancia.

Según un estudio de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, las fuentes oficiales o institucionales representan en radio un 72,4 por 100 y en televisión el 65,88 por 100. Por tanto, dejó de estar en vigor (o tener vigencia) esa afirmación de que noticia es lo que alguien (preferentemente poderoso) no quiere que se sepa, para ser sólo lo que alguien (fundamentalmente con poder) desea que se conozca.

En periodismo sabemos que no ofrecen la misma garantía, ni se pueden tratar de la misma manera, las fuentes que están ansiosas por contar algo a la prensa que las fuentes que desean ocultarlo. Tampoco pueden tener la misma consideración la fuente que forma parte o tiene una posición afectada por la noticia que la fuente que no es parte interesada de lo relatado.

De cada 10 noticias televisivas de las principales cadenas españolas, 8 se elaboran con el contenido proporcionado por un informante cuyos intereses están relacionados directamente con lo que cuenta la noticia.

El modelo está ya tan pervertido que hasta el presidente del Partido Popular y del Gobierno (presunto presidente en ambos casos), Mariano Rajoy (registrador de la propiedad en excedencia), se quejó en octubre de 2008 de que difundieran unos comentarios suyos a un miembro de su partido sobre el desfile (coñazo en palabras del hoy presunto presidente del desgobierno español) de las Fuerzas Armadas y pidió que los periodistas cumplan las “reglas del juego”, es decir, que dejen de incordiar y se limiten a difundir lo que les pidan los políticos.

Por otro lado, casi el 80 por 100 de las informaciones (nada menos que el 77,77 por 100) son fruto de actos declarativos, es decir, consisten en dar la versión de la versión que alguien da sobre algo. La televisión habla de lo que se habla, no de lo que ocurre. No hay hechos. Reina el ruido. Ése es el menú principal.

Cada día, en las horas previas a la emisión de los informativos de las cadenas españolas, miles de periodistas, miles de ellos dispuestos a no rechistar para no perder el puesto de trabajo, esperan con las cámaras ya montadas sobre los trípodes a que la realidad acuda a la cita, a la hora y el lugar convenidos.

Ruedas de prensa, actos oficiales, declaraciones tras la reunión del consejo…. Es el dominio informativo de las fuentes organizadas sobre lo que la profesora de periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos, Concha Mateos, denomina el periodismo modificado genéticamente.

Para los medios es muy costoso tener a un periodista durante semanas investigando un tema en comparación con lo fácil que es tenerlo refritando notas de prensa, transcribiendo declaraciones públicas o clonando teletipos. La prensa regional es el ejemplo más claro, cualquier periodista local sabe cuál es la rutina de trabajo:

el redactor jefe o jefe de sección repasa las notas de prensa o convocatorias de ruedas de prensa, elige las fuentes que más se ajustan a su línea editorial y envía a los redactores a hacer el tour con la grabadora. Vuelven a la redacción por la tarde y se dedican a transcribir “las motos” que les han vendido cada una de las fuentes.

Para la información nacional e internacional se observan los teletipos, se eligen los que se ajustan al perfil del medio y se reproducen. Del mismo modo, la vida política y social se ciñe perfectamente al modelo, los médicos emiten notas de prensa/informes médicos sobre el estado de los famosos cuando están enfermos, los políticos trasladan a las salas de prensa sus posiciones más que en las instituciones y las partes de los juicios dan más explicaciones y detalles a los medios que a los jueces.

Los periódicos se convierten así en tablones de anuncios, pero con contenidos filtrados por los directivos. Pero también hay “motos” y “motos” a la hora de vender.

Para el medio siempre será más creíble y cómodo reproducir un bonito dossier de prensa a todo color con gráficas de barras y quesos de una importante empresa (a la sazón quizás anunciante o accionista) que quizás se les entrega en un opíparo almuerzo de trabajo, que una nota de prensa precariamente escrita por una asamblea de trabajadores donde denuncian el impago de horas extraordinarias.

Los vecinos de un barrio a quienes van a desalojar de sus viviendas tampoco tendrán una buena agenda de medios con fax y correos electrónicos a los que enviar una impoluta nota convocándoles para una rueda de prensa en una enmoquetada e iluminada sala donde instalar las cámaras de televisión. Deben liarse a pedradas con la policía para que los medios se acuerden de ellos.

Por otro lado, los medios oficiales siempre poseen una aureola de veracidad y neutralidad que seduce a los periodistas. Un comunicado de una guerrilla levanta más dudas sobre la autenticidad de su contenido que una rueda de prensa del ministro de defensa. Aunque al final no dejemos de comprobar que las mayores mentiras sobre la realidad internacional han salido de la sala de prensa de la Casa Blanca y hasta las terminaría reconociendo el ex ministro portavoz de Bush.

Los poderosos poseen presupuestos millonarios para difundir sus informaciones, contratan a legiones de periodistas en sus gabinetes de comunicación, preparan magníficas imágenes de archivo que ceden a las televisiones y llevan periodistas empotrados para contar su versión.

Nuestra policía invita a sus acciones a periodistas para que les acompañen en el coche patrulla, pero el fotógrafo Clemente Bernard que fotografió y acompañó a los grupos de kale borroka en Euskadi fue acusado de complicidad con el terrorismo, igual que el cámara de Al Jazeera, Sami al-Haj, quien estuvo encarcelado en Guantánamo durante seis años por hacer una entrevista a Bin Laden.

A todo esto hay que añadir la infiltración de expertos como analistas en los medios, muchos de los cuales, supuestos “analistas objetivos”, tienen vínculos con las más influyentes empresas y representan a cientos de contratistas, ya sea en calidad de consultores, ejecutivos o miembros de sus juntas directivas.

Fitro 4: Las “contramedidas” y correctivos diversos como método para disciplinar a los medios de comunicación

Importantes lobbies, fundaciones y grupos de poder político y/o empresarial tienen suficiente capacidad organizativa, financiera y política para orquestar campañas de presión contra medios y periodistas que se salen de la línea dominante. Es exactamente lo que sucedió en Estados Unidos durante la era McCarthy.

En este país, supuestamente cuna de la democracia, existen fundaciones creadas con el único objetivo de entrablar campañas contra los medios díscolos. Las hay ligadas a empresas petroleras que hacen de lobby contra las informaciones sobre el calentamiento global, tabaqueras frente a las acusaciones de enfermedades ligadas al consumo de cigarros o farmacéuticas que presionan a los medios que difunden noticias sobre efectos secundarios de medicamentos o ausencia de valor terapéutico.

Para la mayoría de los medios es más rentable y menos problemático acatar esas presiones que enfrentarse a los lobbies. El resultado es que las informaciones procedentes de organizaciones sociales humildes, grupos de trabajadores precariamente organizados o colectivos de derechos humanos de bajo presupuesto no satisfacen las exigencias de estos filtros y son depurados de los medios de comunicación.

LOS FILTROS DE LA INFORMACIÓN (SEGUNDA PARTE)

FUENTE: DESINFORMACIÓN Cómo los medios ocultan el mundo (PASCUAL SERRANO)


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