Revista Cultura y Ocio

Los gastos de la monarquía

Publicado el 22 diciembre 2011 por Alejandropumarino

Los gastos de la monarquía

El Presupuesto de la Casa del Rey no alcanza los nueve millones de euros anuales. El Presupuesto de la Presidencia de la República francesa ronda los cuarenta millones de euros. Los españoles tenemos la Monarquía más austera del mundo. Los datos los ha proporcionado el diputado don Juan Manuel Albendea. A cada contribuyente español le corresponden 19 céntimos de euro al año como cuota de mantenimiento de la Casa del Rey. Lo que no sabemos los españoles es lo que nos cuesta cada película subvencionada para mantener a los vividores de la Ceja. El dirigente comunista Cayo Lara está muy interesado en fiscalizar al céntimo el presupuesto Real. No tanto en conocer el destino de los dos mil millones de euros que se han regalado a los sindicatos en la última legislatura. Eso no le molesta al rotundo pelmazo de Argamasilla de Alba, que nos quiere trasladar a la estética de 1936, si aquello puede calificarse de esta manera”.

Tiene razón el Sr. Ussía, pese a quien afirme que los sindicatos son un derecho de los trabajadores y la Casa Real una imposición a sus ideas. Nada más lejos de la realidad: Quien no quiera una monarquía, tiene partidos republicanos en las listas electorales, solo precisa que se les vote. El problema reside en que una mayoría abrumadora de españoles no se decida por la opción política del Sr. Lara, a quien desde este espacio le doy la enhorabuena por el progreso que ha registrado su formación política; aún así, está lejos de poder sustituir la monarquía actual por la tercera y anhelada república. Por otro lado, existe el derecho a que los trabajadores se afilien a los sindicatos, pero no el deber de sufragar los gastos de éstos a través del erario público. Sobran modelos en Europa, en países más avanzados, con un estado del bienestar mucho más amplio, en los que los sindicatos se financian a través de las cotizaciones de sus afiliados, exclusivamente. Son países en los que tampoco se subvenciona el cine, con cantidades que enrojecerían a más de uno y sobrarían para pagar los gastos de nuestra Casa Real.

Personalmente me da igual que haya un rey que un presidente de la república, pues sigo siendo incapaz de ver en el fondo de la cuestión, qué ventajas ofrece cada sistema, y cuáles son los inconvenientes; en todo caso, lo evidente, lo palmario, lo incuestionable, es que estamos constituidos legalmente como un reino, y así habrá de ser hasta que un gran consenso político decida lo contrario. Hasta entonces, un poco de respeto por las instituciones representativas de nuestro país; monarquía o república, no tiremos piedras contra nuestro propio tejado, no está nada bien.


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