Revista Europa

Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo

Por Oviversai
  • Pasear por los Jardines de Luxemburgo.
  • Flâner por sus grandes calzadas de arena.
  • Disfrutar de su cuidada vegetación.
  • Tomar una pausa en sus ya míticas sillas verdes.
  • Observar tranquilamente cómo los niños juegan con unos barquitos en el estanque de los patos.
  • Contemplar la punta de la Torre Eiffel al atardecer.
  • Buscar el mejor ángulo para sacar el encanto de la Fuente de los Médici.

Y así podría seguir un montón de líneas más. Los Jardines de Luxemburgo me encantan y fueron el último sitio del que me despedí en París. Sí. Al no saber cuándo iba a volver a la Ciudad de las Luces, mi último día allí lo dediqué a ir lugar por lugar despidiéndome cual si de conocidos se tratase.

Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo

Hicieron falta cuatro años para volver y todo aquello seguía igual de encantador. Así que vamos a ver qué secretos encierran estos jardines.

María de Médici anhelaba Florencia con todo su corazón. Una vez que fallece su marido, el rey Enrique IV, María ve que no termina de adaptarse al Louvre, así que quiere estar en un lugar que le recuerde a su querida Toscana.

Para cumplir con sus anhelos, adquiere en 1612 el palacio que hay en estos jardines al duque de Luxemburgo y, entre 1615 y 1630, Salomon de Brosse se encarga de adecentarlo al gusto de la reina. Para ello, se inspirará en el palacio Pitti de Florencia.

Una vez que la Revolución se adueñó de Francia, el palacio de Luxemburgo cambió su uso real para ser prisión estatal. Volvió a cambiar el uso en tiempos de Napoleón, quien lo convirtió en sede del Senado.

Si damos un paseo por los jardines, además de las fotogénicas sillas verdes, encontramos en nuestro recorrido preciosas esculturas, bosquecillos llenos de color, zonas lúdicas y bonitas fuentes.

Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo

Las esculturas aúnan a las reinas de Francia y también a varias mujeres ilustres.

Jardines Luxemburgo Rubens regalo

Y, para mí, la fuente más maravillosa es la Fontaine de Médici. En ella está representado el conjunto escultórico del mito de Polifemo y Galatea.

Los Jardines de Luxemburgo y Rubens de regalo

La fábula nos cuenta cómo el cíclope se enamora de la nereida Galatea, a quien acaba sorprendiendo con el bello Acis. Polifemo lo aplasta con una piedra y la sangre de Acis es convertida en río por favor de los dioses a Galatea.

Al margen de los dramones griegos, estos jardines son un remanso de paz en el ajetreado París.

En su día, accedí al interior de este lujoso palacio y tuve la oportunidad de ver la exposición temporal del gran Rubens, llamada Rubens, portraits princiers (retratos principescos).

Jardines Luxemburgo Rubens regalo

Rubens es llamado el Homero de la pintura y no es para menos. Artista barroco cuyo pincel dibuja carne, abundancia y sensualidad.

Desde 1621 trabajó bajo mandato de la citada María de Médici y trató en su pintura temas mitológicos, históricos, religiosos, retratos, escenas de caza…

Me hipermegaultra flipó ver en persona uno de los retratos más famosos del emperador Carlos V. Así, como dato al aire, uno de los discípulos e integrantes del taller de Rubens fue Van Dyck. Son numerosas las obras en las que no se averiguan cuáles son las pinceladas de aprendiz y maestro, véase el caso del retrato de mi admirado emperador.

Jardines Luxemburgo Rubens regalo

Rubens también retrata a Hasburgos, Austrias o Borbones porque, entre sus muchos lugares de trabajo, fue enviado a trabajar a la corte real de Madrid.

El famoso retrato ecuestre de Felipe IV esconde una curiosa historia. Llega a nuestros días a través de la fina mano de Velázquez porque esta conocida obra de Rubens fue destruida.

Jardines Luxemburgo Rubens regalo

Tras su estancia de ocho meses en España, no ha de sorprendernos tanto que la colección más completa atribuida a este genio del pincel se encuentre en el Museo del Prado de Madrid.

Así que a estas alturas, sólo me queda recomendaros ir al Museo del Prado, que os deis un paseo por sus geniales salas y que aprovechéis un vuelo directo MDR-PAR para seguir con el paseo, pero en este caso por los Jardines de Luxemburgo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog