Revista Expatriados

Los kaiten

Por Tiburciosamsa
Los kaitenImaginaos que éste fuese el último vehículo que fuéseis a utilizar en esta vida. ¡Qué mal rollo! ¿no?

Para Benja, esperando que le guste.
Aunque los aviones kamikazes sean los más conocidos, la primera arma suicida que diseñaron los japoneses fueron los kaiten, una especie de torpedos tripulados. La idea había surgido en 1943 y los planes fueron aprobados a comienzos de 1944. Inicialmente estaba previsto que el piloto pudiera salvarse. Sin embargo, el deterioro de la situación militar japonesa, hizo que se desarrollasen como armas suicidas.
Kaiten significa "giro del aire" y ese nombre define lo que se esperaba de ellos: que cambiasen el curso del conflicto, sí y de paso que ayudasen a ganar la bonoloto, que puestos a soñar... El kaiten era básicamente un torpedo del tipo 93 al que se había cortado en dos para acomodar una pequeña cabina para el piloto. La parte frontal llevaba más de 1.500 kilos de explosivos y la parte de atrás el motor de propulsión. Su velocidad máxima eran 40 nudos y podía mantenerla durante una hora. Dado que el piloto no iba a pasar mucho tiempo en este mundo, a nadie se le había ocurrido hacerle la cabina un poco confortable. La cabina era un habitáculo donde el pobre piloto se estaba dando todo el rato coscorrones con el periscopio.
El método de ataque era el siguiente: Se modificaron algunos submarinos para que pudieran acomodar entre 4 y 6 kaiten. El submarino se aproximaba a la zona de operaciones. Cuando estaba a unos 7.000 metros del objetivo, largaba los kaiten. Los kaiten se aproximaban al objetivo. A unos 1.000 metros hacían una última corrección en su curso, guiándose por el periscopio y se precipitaban hacia su presa. Por cierto, una vez que el kaiten había sido lanzado desde el submarino, el piloto del kaiten era hombre muerto: no había previsto un mecanismo de reingreso en el submarino y no podía abrir la cabina desde dentro. Sus únicas opciones eran morir en una explosión, ya fuera contra su objetivo, ya fuera porque, habiendo fallado, optase por detonar el kaiten y así evitar la otra opción: morir lentamente por asfixia en medio del océano.
El primer ataque con kaiten tuvo lugar en noviembre de 1944 en el atolón Ulithi. Tomaron parte tres submarinos y doce kaiten. De los doce kaiten iniciales, hubo cuatro que desaparecieron al hundirse el submarino que los transportaba, camino del atolón. De los restantes ocho, dos no pudieron ser lanzados, otro tuvo fugas y tampoco pudo ser lanzado, dos fueron hundidos, otro resultó averiado tras el lanzamiento, otro más no alcanzó ningún blanco y terminó autodetonándose. Sólo uno logró hacer algo: hundir al buque tanque Mississinewa. Sin embargo, el comandante que mandaba la misión, informó que cinco barcos habían sido hundidos.
Yokota Yutaka, que tiene nombre de trabalenguas, sobrevivió a cuatro misiones, que fueron abortadas antes de que le lanzasen. Así relata la experiencia de un piloto de kaiten: "Cuando la cabina ha sido cerrada desde abajo, el único medio de comunicación es el teléfono."¡Todos los kaitens preparados para el lanzamiento!, llegó la orden. "Lanzaremos los kaitens uno y cuatro! ¡Los demás que esperen órdenes!" Ésos eran los kaitens del comandante Kakizaki y de Yamaguchi. Oyes el sonido de la cinta de sujeción que se suelta. Luego el rugido del despegue, se alejan. Estábamos al lado unos de otros. Sólo oyes el sonido. A través del periscopio, sólo puedes ver las burbujas blancas que dejan detrás.
Después de 20 minutos o así oímos ¡GWAAAAN! Una explosión tremenda. Llamas por teléfono. "¿Cuándo voy? ¿Qué se supone que tengo que hacer?" "Sólo se han divisado dos barcos enemigos" "¿Qué? ¿No podeis encontrar más?" Sí, Yutaka estaba frustrado porque no iba a poder inmolarse y eso que él no creía que fuera a ir a un paraíso repleto de huríes cachondonas como los terroristas suicidas de Oriente Medio.
Kozu Naoji, que tuvo la suerte de que la guerra terminase antes de que le enviasen a una misión, se imagina lo que tenían que ser los últimos momentos del piloto de un kaizen: "... Estás debajo del agua. No puedes mirar fuera. Ya has determinado tu curso, mirando por el periscopio. "La posición del enemigo dentro de un minuto y treinta segundos será ésta. Mi ángulo de ataque será este." Te sumerges. Te diriges a toda velocidad a la posición estimada del enemigo. Desde el momento en que empiezas el ataque, no ves nada. Tienes un cronómetro. Sabes cuánto ha pasado del minuto y treinta segundos. Pero puedes haber cometido un error en los cálculos. Sigues pensando. "Ahora, ahora, ¡ahora!" Pero nunca sabes cuándo llegará ese momento. "El tiempo ha pasado," te das cuenta. "He fallado el blanco." Naoji también cuenta: "Los que volvieron después de haber lanzado kaiten dicen que oyeron el sonido de explosiones. Dicen que las oyeron justo antes de que el buque matriz se hubiese alejado para volver a casa o para buscar nuevos objetivos. Eso debe significar que se autodetonaron. Cuando los kaiten son lanzados para que comiencen su ataque, los barcos enemigos están lejos, muy lejos. Los pilotos tratan desesperadamente de alcanzarlos. Fallan. Están solos en medio del Océano Pacífico."
¿Y qué era de los submarinos que transportaban los kaiten? Voy a poner como ejemplo la historia del submarino I-53. Este submarino había entrado en servicio en febrero de 1944. Pertenecía a una clase de submarinos de crucero de largo alcance. En otoño de 1944 fue adaptado para que pudiese llevar hasta seis kaiten. En enero de 1945 participó en la operación Kongo, la segunda vez que Japón planificaba un ataque con kaiten. Ninguno de los cuatro kaiten que llevaba pudo despegar por fallos técnicos. En julio de 1945 tomó parte en su segunda y última misión kaiten, denominada operación Tamon. De los seis kaiten que llevaba, dos no pudieron ser lanzados por problemas técnicos. De los otros cuatro, uno de ellos logró hundir al destructor Underhill.
Se habrá observado que los kaiten fallaban más que una escopeta de feria. De los diez que llevó el I-53 en sus dos salidas, seis, o sea el 60% no pudieron despegar. Los problemas técnicos que aquejaban al kaiten eran variados: filtraciones de agua salada cuando el submarino matriz se sumergía, fugas de aceite, que podían causar incendios... Incluso si funcionaba bien, podía resultar difícil de manejar y hubo casos de kaiten que se pusieron en modo inmersión incontrolada, sin que sus pilotos pudieran hacer nada. Hay quien afirma que mejor que hubieran dejado tranquilitos a los torpedos del tipo 93, porque eran más eficaces que los kaiten.
Ésa es otra: ¿cuán eficaces eran los kaiten cuando llegaban a funcionar? Según los Aliados, apenas servían para meter miedo. Los Aliados sólo reconocen dos hundimientos producidos por kaiten: el destructor Underhill y el buque tanque Mississinewa. Ésta es una afirmación que encorajina a los japoneses, que están convencidos de que tuvo que haber más hundimientos producidos por kaiten. El propio Naoji, que en su testimonio dudaba algo de la eficacia de los kaiten, dice: "La verificación de todos los barcos americanos perdidos durante la guerra se terminó hace tiempo. Según sus registros, los kaiten sólo hundieron o dañaron seriamente tres barcos. Uno en el Atolón Ulithi y otros dos en el Pacífico. Pero estoy seguro de que tiene que haber barcos no registrados por los militares norteamericanos- barcos comisionados, autralianos, británicos, otros para los cuales los registros son incompletos. Algunos podrían haber sido hundios por kaiten, así que no puedo hablar con confianza absoluta. Sin embargo, no puedo dejar de pensar, con la excepción de esos tres pilotos que hicieron blanco, ¿cómo debieron sentirse los otros?" Aquí tiene razón Naoji, los japoneses tienen muy pocos resultados que mostrar a cambio de los 106 pilotos de kaiten que murieron y los ocho submarinos hundidos en operaciones de ataques kaiten y sus casi 900 tripulantes que perecieron. Como curiosidad, el desglose de los 106 pilotos de kaiten muertos es: 80 en ataques,17 en los entrenamientos o víctimas de accidente, siete en los submarinos que los transportaban, dos durante un ataque aéreo aliado.
En todo caso, ¿cómo compaginar los dos barcos que los Aliados dicen que les hundieron los kaiten con los 40 o 50 que los japoneses están convencidos que los kaiten se llevaron por delante. Una explicación nos la puede dar la historia del ataque que realizó el submarino I-58 el 12 de agosto de 1945. Ese día su comandante, Hashimoto, divisó un barco, que identificó erróneamente como portaaviones y un destructor de escolta. Les lanzó el último kaiten operativo que le quedaba. El kaiten enfiló uno de los dos barcos, que pudo esquivarlo. El kaiten explotó a cierta distancia del barco. Para entonces el I-58 ya había emprendido regreso y estaba evadiendo las cargas de profundidad que le estaban lanzando. Aun así, Hashimoto alcanzó a oír la explosión del kaiten y anotó que había alcanzado el objetivo. Es posible que muchos otros supuestos aciertos fueran registrados de la misma manera.
Termino esta entrada con unos versos de Nishihara Wakana. En mayo de 1945 su hermano Minoru, que había sido reclutado por la Armada regresó sorpresivamente a visitar a la familia durante 24 horas. No les dijo que pertenecía al cuerpo de pilotos kaiten y que era su visita de despedida. El 25 de julio, 20 días antes de que terminase la guerra, durante un entrenamiento, el kaiten hizo una inmersión incontrolada y quedó clavado contra el fondo del mar.
"No sabiendo que la partida de mi hermano mayor en su kaiten era inminente,
jugué con él, tirando piedras al mar."
Los kaiten

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