Revista Cultura y Ocio

Los libros del verano.

Por Jesús Marcial Grande Gutiérrez
Pasado el ecuador de las vacaciones estivales se acumulan los títulos leídos y que me hubiera gustado comentar con más tranquilidad. La ausencia de conexión a internet (el mundo no se acaba tras el router, al contrario aparece con más colores y sensaciones...) me impidió anotar esas reflexiones que suelo hacer al terminarlos. Así que ahora, en  un rato, me dispongo al menos a dejar constancia de su lectura y apuntar algún comentario sobre los mismos; todo ello para no perder las buenas costumbres.
Los libros del verano.
Caperucita en Manhatan, de Carmen Martín Gaite, fue la primera escogida. Su elección se debe a un título tan sugerente: invita a imaginarse una moderna Caperucita en el bosque de rascacielos de Nueva York. Y, se acierta en lo esencial. Claro que tardan un poco en aparecer los rasgos herederos del relato original. Además se entrecruzan con referencias a otros cuentos infantiles como Alicia en el País de las Maravillas. Mientras en el cuento, mucho más corto, de Perrault las descripciones de personajes han de ser limitadas y rápidas, la autora se extiende en detalles sobre los protagonistas y los espacios urbanos. La protagonista, Sara Allen; alter ego de la escritora seguramente, es descrita como "superdotada", muy crítica con la realidad que observa, que no aguanta la rutina y ansía aventuras y libertad (en este caso es el prototipo de toda heroína infantil actual). Su madre, Vivian Allen es presentada como el estereotipo de la mujer tradicional; Sara se muestra muy crítica con esta figura. También su abuela, Rebecca Little, es un tanto crítica para con su hija. La autora la describe como “brillante conversadora, independiente, libre y liberadora de tópicos y normas sociales que encorsetan". Abuela y nieta comparten la capacidad de imaginación; por eso su relación es tan cercana. Miss Lunatic, aparece como una figura mágica que dotará de seguridad a Sara y reparará sus carencias de su realidad. Sara la adoptará como “madre ideal” invisible, contrafigura de su verdadera madre, que le alienta el amor por la libertad, Y por último el lobo, Mr. Woolf, dueño de la pastelería “El dulce lobo”, cuyo objetivo no es el de devorar a nadie; sinoperseguir obsesivamente una receta de tarta de fresa en poder de la abuela de Sara, en tiempos artista conocida como Gloria Star, y que fue el amor platónico de este personaje en su juventud.
Con estos personajes se construye la trama, creando asociaciones con las obras de Perrault y Carrol pero alterando lógica y realidad mediante la fantasía y saltándose a placer las convenciones sociales.
Es la primera obra de la autora que leo. Procuro enterarme después de algo más sobre la escritora. Algunos detalles de su biografía me sorprenden: su importancia, casi completamente ignorada por mí, en la literatura española de la posguerra; sus numerosos premios, su matrimonio con Rafael Sánchez Ferlosio, su querenel madrileño pueblo del Boalo, su muerte inesperada por un cáncer casi fulminante... Me alego de su descubrimiento y me emplazo para la lectura de alguna de sus otras obras.
Los libros del verano.
Leo El cerco de Ispahán, de Jean-Christophe Rufin, a rebufo de la buena impresión que me dejó "El Camino Inmortal" ya comentado en el blog. En este caso la obra es anterior y se encuadra en el género de la novela histórica. Mi ignorancia me hizo leerla antes que "El Abisinio" que la precede y de la que sería una especie de continuación. Tampoco importa mucho ya que las tramas son independientes y tan solo los personajes, y algunas referencias, nos remiten a anteriores aventuras.
Novela histórica, pues, muy bien ambientada (el autor se documentó en fuentes históricas y relatos de viajeros de época) con un lenguaje cuidado de maneras académicas pero también ágil y sugerente. Se lee de un tirón y contiene interesantes reflexiones filosóficas intercaladas en los diálogos de los personajes. El lenguaje es, muchas veces, poético y sugerente, henchido de belleza. El amor del autor por las culturas y paisajes de Oriente (Irán, Afaganistán, Turquía...) se percibe en toda la obra.
Los libros del verano.
Vuelvo a entregarme a la desmedida imaginación de Matilde Asensi en El salón de ámbar.
Matilde Asensi, inauguró con este libro una fórmula que le ha producido un éxito espectacular. Se trata de encontrar algún misterio, un enigma sugerente, y tejer en torno a él una trama de acción y aventuras en la que no faltan nunca una protagonista principal femenina, el exotismo de países y civilizaciones perdidas, la aparición de expertos (artes marciales, hackers, arqueólogos..) , increíbles tesoros y mucha acción. Sorprende que, hasta la fecha, ninguna de sus novelas hayan sido llevadas al cine pues parecen escritas para especialmente para ello. Publicó "El salón de ámbar", a los 37 años, y desde entonces ha venido sacando un libro cada año o año por medio. Desde entonces ha venido acumulando lectores y premios. Su obra ha sido traducida a 15 idiomas y se cifran sus lectores en unos 20 millones.
Hay que reconocer a la autora su impresionante trabajo de documentación y la búsqueda incansable de misterios donde imbricar sus novelas. La próxima en salir a la luz será "El regreso del Catón", continuación de su novela que más éxito. La esperamos.
Los libros del verano.
El talento de Mr. Ripley
Con la aparición de esta novela, Patricia Highsmith, inició un nuevo planeamiento en la novela policíaca que podríamos denominar género negro-thriller psicológico. La autora la escribió en 1955 tras un viaje por Europa que financió con las ganancias de su anterior novela "Extraños en un tren" llevada posteriormente al cine por A. Hitchcock. Con este estudiado personaje: Tom Ripley, construye un complejo retrato psicológico que continuará enriqueciendo en las cuatro novelas que continúan la serie.
Respecto a su lectura tenemos una primera parte algo estática donde abundan las descripciones y la presentación de personajes y lugares. Pero hacia la mitad de la novela ésta da un giro insospechado y se desencadena la acción de una manera casi atosigante para el protagonista. Pese a esperar y desear que el castigo por el amoral comportamiento de Ripley caiga sobre él este escapará al castigo. La autora no realiza planteamientos morales aunque sí hay una crítica social entretejida en el desarrollo de la historia. Highsmith se preocupa mucho de construir bien a su protagonista, no de construirle bueno. Finalmente nos preguntamos: ¿Y cuál era el talento de Mr. Ripley? Una extraordinaria capacidad para el teatro y la suplantación: el arte del camaleón, supongo.
El guardián entre el centeno
Los libros del verano.
Al fin pude leer este clásico, obra mítica en los EEUU; libro de culto que aumenta su valor como una joya irrepetible, como una obra de arte única antes de que su autor muriera... Y Salinger no es que muriera tras su publicación; pero su retiro del mundo (social) resultó lo más parecido a la desaparición de un artista. Al igual de Harper Lee con Matar a un ruiseñor, Salinger es de esos autores de un solo libro pero que, por la calidad y originalidad de su obra, nos dejan desamparados ante su genio contenido: a todos nos gustaría seguir leyéndolos.
Apenas tenía una ligera idea del contenido de la novela. Sabía que trataba de la mirada adolescente de un muchacho ante el mundo que le rodea. La obra, al final, se muestra cercana, creíble. Hay trazos del adolescente que fuimos en ese muchacho que huye del internado. Se lee de un tirón. Acaso algunas actitudes nos parezcan demasiado yanquis, un tanto prepotentes, provocadoras... pero así es ese país. Con todo, parece que en su tiempo, escandalizó bastante a los lectores americanos. Pese a ello la atracción que el libro provoca, tanto por su lenguaje como por el tratamiento que hace Saligner del sexo. la sociedad y la adolescencia, hacen que se hayan vendido ya más de 60 millones de ejemplares.
Repasando la vida de Salinger nos enteramos de que era hijo de una familia acomodada, de su estancia en internados (algo que se deja notar en su novela) , que acudió a talleres literarios junto con otros escritores famosos, que participó en la II Guerra Mundial combatiendo en algunas de sus más sangrientas batallas en Euopa, que escribió otros relatos y novelas cortas que publicaba en revistas de la época, todas ellas muy buenas.
Un dato que nos deja esperanzados es que desde su eremítico retiro en Cornish (New Hampshire) en donde se refugió tras alcanzar el éxito con su novela, siguió escribiendo historias que nunca publicó. Quizá algún día podamos leer estas obras inéditas. Lo haremos con la sensación de busador de tesoros que encuentra un hundido galeón repleto de riquezas.

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