De la cabeza a la matemática. El mazzòcchio, el sombrero toscano en forma de toro, de rosquilla, fue utilizado uno y otra vez como objeto de práctica de la perspectiva matemática durante el Renacimiento. Desde el estudio detallado realizado por el pintor geómetra Paolo Uccello, pasando por Leonardo y siguiendo por los tratados de perspectiva, el mazzòcchio fue uno de los protagonistas de los nuevos tiempos.
Sintiendo que no le habíamos dedicado al mazzòcchio el espacio que se merece, vamos a destacarlo en el coro de una catedral románica Patrimonio de la Humanidad, que incluso tiene una elevada torre inclinada, la de Módena.
El coro de taracea del duomo fue ejecutado por los hermanos Cristoforo y Lorenzo Canozzi da Lendinara entre los años 1461 y 1465. Los Canozzi siguieron los trabajos de perspectiva de Piero della Francesca y llenaron su obra de trampantojos e ilusiones ópticas.
Uno de cada dos respaldos de la parte inferior se decora con un mazzòcchio visto desde arriba. En el resto podemos ver las usuales puertas abiertas que enseñan el interior del armario y los adornos de cenefas de cintas con ilusión óptica.
Lo destacable de la visión de Uccello sobre el mazzòcchio es su modernidad: al seccionar el toro en “elementos finitos” poliédricos puede aplicar la perspectiva con rigor.