Los niños deben conocer qué es una alcachofa antes que un bollo relleno de chocolate

Una de las cosas que más nos preocupan a los padres es la alimentación que proporcionamos a nuestros hijos y que reciben en la escuela (si se da el caso), que sea la correcta para favorecer un desarrollo adecuado y un buen estado de salud incluso en edad adulta, pues ésta se empieza a forjar desde que se inicia la alimentación. Aunque siempre hay excepciones, seguramente todos habréis escuchado alguna vez, o incluso podéis haber dicho, que si el niño desayuna bien con un Bollycao o un Donut, pues que lo disfrute, y este se convierte en su desayuno diario… y eso no tiene nada de beneficioso, sólo que el pequeño desayuna lo que le gusta, pero aportando a su organismo muchos azúcares y grasas nada adecuados para un niño en crecimiento, ni para nadie.

Pero la culpa no es toda de los padres, sino de esta sociedad carente de educación nutricional, tan modernos que nos creemos y se sigue dando más importancia a un libro de lectura histórico que a saber comer, y disculpad la comparativa, no estamos diciendo que no haya que adquirir cultura, pero ésta no va a ayudar a evitar la obesidad, la diabetes, los problemas cardiovasculares… mientras que si se sabe elegir qué es bueno comer para gozar de buena salud, es mucho más fácil mantener a raya los riesgos de estas enfermedades que tanto han aumentado en los últimos años.

Cuántos padres pensarán ‘yo de pequeño comía repostería todos los días y mira que bien estoy’, pero todo ha cambiado, desde las formulaciones de estos productos a la actividad física que realizan los niños, y quizá esos padres podrían estar mejor… El marketing y la publicidad también son parte responsable de que la alimentación de muchos niños no sea la más adecuada, pues aunque los padres tengan muy presente qué deben y qué no deben comer los niños (esto no quiere decir que nunca deban comer repostería, sino que su consumo debe ser ocasional), muchas veces se cede a sus antojos por los motivos que sean.

El caso es que la mayoría de niños desayuna galletas y zumo, bollos y bebida chocolateada, cereales de desayuno… todo cargado de azúcares y la mayoría también de grasas. Dando de desayunar esto a los niños, les estamos dando productos, no alimentos, y que esta frase se os grabe en la cabeza, sobre todo a la hora de ir al supermercado y hacer la compra para toda la familia: ‘Hay que comprar alimentos en lugar de productos’.

Son muy pocos los niños que llevan al colegio un desayuno saludable, frutas, pan integral, frutos secos, jamón cocido… aunque nos consta que hay escuelas en las que prohíben a los más pequeños que lleven bollería industrial. ¿Pero hasta qué edad les vigilan? En cualquier caso, es desde la primera infancia desde cuando hay que empezar a impartir educación nutricional en casa.

Ahora, si vuestros hijos tienen dos, cuatro, seis años… ¿recordáis cuándo fue la primera vez que comieron un Bollycao (por poner un ejemplo)?, ¿por qué se le ofreció?, ¿necesita un niño saber qué es ese bollo con chocolate industrial?, ¿y ese niño sabe qué es una alcachofa, una merluza o una rama de apio? Si las respuestas que podéis dar no son las que consideráis adecuadas, y si pudierais volver atrás, ¿volveríais a dar un Bollycao a vuestro hijo?

Posiblemente sí, pues quien más o quien menos hemos dado a nuestros hijos galletas, bollería, patatas chips, zumos o batidos industriales… Pero si se es consciente de que su consumo no debe ser un hábito, se puede conducir la alimentación por el buen camino. Ya sabéis que los hábitos que se adquieren de pequeños se afianzan mucho mejor, pues es lo que se considera normal. Es más difícil mejorar la alimentación de los niños cuando ya han descubierto que la bollería industrial, las hamburguesas, las patatas fritas y los refrescos existen y están muy ricos, por lo que antes de ofrecerles un producto que no le aporta beneficios a la salud, conviene pensárselo.

A los niños les enseñamos los padres lo que pueden comer, y si en lugar de darles pan blanco les damos pan integral, será el que aprendan a comer. Si en lugar de darle una galleta y un zumo les damos unos colines de pan integral y una mandarina, será a lo que se adaptará su paladar y sus gustos. Hay (casi) tanta variedad de alimentos saludables que de alimentos o productos menos saludables, ese casi es porque si analizamos un supermercado podemos encontrar muchos más productos que alimentos, entendiendo que un producto es un comestible procesado y un alimento es un comestible que no ha sido manipulado, un ejemplo más claro, una merluza es un alimento, mientras que unas varitas de merluza son un producto.

Siempre se está a tiempo de reconducir los hábitos alimenticios por el camino adecuado, así que este mismo momento es bueno para replantearse cambiar la lista de la compra habitual, no sólo por los niños, sino por toda la familia, ya sabemos que somos el ejemplo para nuestros hijos. Seguramente a los adultos que no llevan una alimentación variada y equilibrada les costará más el cambio, pero por los hijos, todo se consigue.

Foto 1 | Donnie Ray
Foto 2 | Global Panorama

Enlace permanente:
Los niños deben conocer qué es una alcachofa antes que un bollo relleno de chocolate