Revista Cultura y Ocio

Los objetivos de desarrollo del milenio

Por Lparmino @lparmino

Los objetivos de desarrollo del milenio

Campaña para la prevención del SIDA en Chad
Fotografía: mknobil - Fuente

En dos palabras puede resumirse el sentimiento generalizado ante un concepto tan abstracto esgrimido a modo de ruta por la Organización de las Naciones Unidas: expectación e incredulidad.El organismo internacional se ha propuesto hacer posible toda una serie de medidas encaminadas a lograr la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y plantear acciones más drásticas para el logro de las mismas. Sin embargo, las voces críticas no se han hecho esperar. El pasado 10 de julio de 2012, el centro de noticias del organismo hacía pública una relación inquietante: si bien los índices de pobreza extrema se habían reducido, apenas se podían verificar cambios sensibles respecto a los datos de 1990 en el resto de indicadores considerados. Según la ONU, estos objetivos deberían haberse alcanzado en el año 2015. 

Los objetivos de desarrollo del milenio

Ban Ki - moon, secretario general de la ONU
Fotografía: World Economic Forum - Fuente

Las metas propuestas por la ONU y especificadas en los ODM se centran en diversos aspectos. Destacan especialmente aquellos que se proponen atenuar la pobreza mundial o el hambre, aspectos relativos a la extensión de la educación, la igualdad de género, el desarrollo sostenible… Se concretan en ocho objetivos, cada uno de los cuales posee sus propias metas y sus correspondientes indicadores que sirven como pautas de medida en la consecución de los mismos. La ONU, por lo tanto, busca eliminar aquellos factores que inciden en las desigualdades de desarrollo que actualmente existen a nivel mundial. El objetivo se plantea a partir de la Declaración del Milenio del año 2000 que establecía plazos concretos para llegar a resultados determinados en 2015.
En definitiva, se pretende un compromiso global que aglutine al mayor número posible de actores (Gobiernos, asociaciones civiles, entidades privadas), dispuestas a aunar esfuerzos para acabar con aquellos factores que inciden negativamente en el desarrollo global. Pero frente a la acción oficial, las asociaciones civiles reclaman un mayor peso en estos foros. Partiendo, en unos casos de considerar estos Objetivos como mínimos y en otros como irrealizables, ONGs y agentes sociales critican la visión sesgada de los ODM, centrados más en los intereses de los países desarrollados que en una verdadera intención humanitaria.

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Bandera de las Naciones Unidas
Fotografía: Makaristos - Fuente

Luis Miguel Puerto y Enara Echart realizaron un espléndido análisis de las carencias de los OMD en su artículo Los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Algunos apuntes críticos (Pueblos, Revista de Información y Debate, 2005). En primer lugar, consideran la falta de una visión histórica de los problemas a resolver. Es decir, no se analizan cuáles son las causas que han degenerado en la situación actual. Esto escondería múltiples realidades cuyo conocimiento sería necesario para abordar de forma adecuada su resolución. El Relator Espacial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, ha llegado a afirmar que “los ODM han resultado un fiasco, porque solo han afrontado los síntomas de la pobreza, y han ignorado las causas profundas del subdesarrollo y del hambre", como recoge Alex Meraviglia en su artículo Los gobiernos revisan los Objetivos del Milenio en plena crisis económica mundial (20 de septiembre de 2010, edición digital de Cinco Días).
Marcelo Justo, en Objetivos Milenio: América Latina bien, pero no tanto, artículo publicado en la web de la BBC el 20 de septiembre de 2010, expone el caso de América Latina. Allí, las políticas seguidas por México y Brasil provocarán que los indicadores de toda la región muestren signos positivos de avance. Sin embargo, estos datos oscurecerán la realidad de los países más empobrecidos, como es el caso de Haití o Nicaragua. Esta misma crítica es apuntada por Puerto y Echart, que consideran que este predominio de la cantidad, hace que en determinados objetivos los indicadores sean aquellos más fáciles de medir. Por lo tanto, otros de mayor calado no se consideran y no se tienen en cuenta.
En septiembre del año 2010, la sede de la ONU en Nueva York acogió una cumbre en la que se deberían plantear medidas más drásticas para hacer más efectivos los OMD. Ante la inminencia de aquella cumbre, Amnistía Internacional (Norte de Castilla, 16 de septiembre de 2010) manifestó de una forma contundente cuál habría de ser su postura. Para esta organización, los ODM están avocados al fracaso mientras los Gobiernos no respeten los Derechos Humanos. Este sería el paso previo para resolver otras cuestiones, ya que la falta de libertades está, muchas veces, en la base de los problemas y de las situaciones de desigualdad que pretenden atajarse.

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Casco Azul brasileño durante la misión 
de la ONU en Haití
Fotografía: Denardi - Fuente

Fue precisamente en esa cumbre de 2010 cuando todos los indicadores parecían apuntar a mejoras, en mayor o menor medida, en los objetivos planteados por la ONU. Sin embargo, la crisis económica ha hecho que determinados indicadores hayan sufrido una recesión considerable. Desde la ONU, se admite la nueva realidad de la crisis. Durante 2009, fruto de la crisis alimentaria, se llegaron a cifras máximas en cuanto a la hambruna. El mercado laboral ha sufrido un profundo deterioro, por lo que no se aspira a alcanzar los objetivos en cuanto a eliminación de la pobreza. E incluso, la propagación del SIDA es mucho más veloz que la de su tratamiento. Estos son sólo algunos ejemplos.
Es evidente que la consecución de los siempre loables OMD pasa por la voluntad política de aquellos estados que tienen los medios para solventar la situación de un mundo en el que una de cada seis personas pasa hambre a diario. Sin embargo, la reciente crisis y las estrategias planteadas desde los gobiernos de los países desarrollados no hacen más que plantear la duda de las medidas económicas de los países más ricos del mundo. Quizá sea este el momento, visto el fracaso del modelo neoliberal y capitalista, en que los países en vías de desarrollo tomen un merecido protagonismo para plantear unas alternativas viables y a largo plazo que primen el bienestar de la persona por encima del mero provecho financiero.
Luis Pérez Armiño

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