Revista Libros

"Los ojos del hermano eterno" de Stefan Zweig

Publicado el 24 noviembre 2010 por Carol

Stefan Zweig es uno de esos escasos autores que suelen gustar a todo el mundo, combina de una manera magistral una escritura impecable y profunda, con una forma de narrar muy accesible. Es lo que sucede con "Los ojos del hermano eterno", una obra muy breve de apenas 70 páginas que se lee en un suspiro, pero que nos deja rumiando sobre la misma durante bastante más tiempo de lo que nos ha costado leerla. Se trata de un libro peculiar dentro de la producción del escritor austriaco, ya que se presenta en forma de fábula o leyenda oriental y que me ha recordado mucho a la maravillosa "Sidharta" de Herman Hesse (una de mis novelas favoritas, leída y releída cientos de veces, y que recomiendo encarecidamente). La historia se sitúa mucho tiempo antes de la llegada de Buda (de ahí mi pequeño Buda en la fotografía), y nos cuenta la historia de Virata, un hombre justo que buscaba la perfección espiritual, pero del que no ha llegado ningún rastro hasta nuestros días. Toda la novela gira en torno a una cuestión fundamental, cómo se puede vivir sin culpa y sin dañar a los demás, y si se puede lograr ésto mediante nuestros actos o sin hacer absolutamente nada. Virata sirve incondicionalmente al Rey como guerrero hasta que un día mata accidentalmente y sin saberlo a su hermano, desde entonces, los ojos del hermano muerto (de ahí el título), le perseguirán incansablemente. Decide por lo tanto dejar las armas ya que "quien mata al hombre mata al hermano", y se convierte en juez, uno de los más apreciados y famosos del reino. Sin embargo, será ejerciendo el cargo de juez cuando se dará cuenta de la injusticia que está cometiendo, ya que "nadie puede ser juez de nadie".
"...cuando se le planteaba una disputa, en su interior a duras penas comprendía que hubiese en el mundo tanta ansiedad y que los hombres, por pequeñas envidias de propiedad, se abriesen camino a codazos cuando tenían por delante toda la vida y el dulce aroma de la existencia."
Virata se da cuenta de que mediante sus actos continúa cometiendo injusticias y haciendo daño a los demás, así que decide marcharse al bosque y vivir en soledad, rodeado de animales y sin relacionarse con los humanos, para no intervenir en sus destinos.
"El que no tiene patria posee el mundo, el que se ha desprendido de todo posee la vida entera y el que no tiene culpa goza de la paz. No albergo otro deseo que el de vivir en la Tierra libre de culpa."
Con el tiempo se dará cuenta de que éste tampoco es el camino, ya que "también la no acción es acción" y "el que no actúa también hace algo que lo convierte en culpable en la Tierra, tampoco deja de vivir el solitario en todos sus hermanos". Como digo, es un libro que abre muchos interrogantes y que nos mueve a pensar, estoy segura de que todos encontraréis alguna manera de encajar ésta leyenda en vuestras vidas. En mi caso, la filosofía oriental suele interesarme mucho, así como la idea del individuo que no deja huella negativa o la mínima posible en el planeta y en los demás. Sin embargo, muchas veces el querer vivir independientemente y en libertad, lejos de las imposiciones del mundo y de los demás, no son suficientes para no hacer daño.

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