Los oráculos como institución

El augur miró con curiosidad las entrañas del ave muerta e informó de su decisión al líder. Habría que retrasar la siembra de los campos una semana más, hasta que las circunstancias fueran más favorables…

Esta escena se ha repetido en multitud de ocasiones en docenas de civilizaciones distintas. Los pueblos antiguos tenían en sus oráculos el sistema de predicción del futuro. Antes de cualquier gran evento, reyes y líderes consultaban las previsiones de los oráculos.

En la antigua cultura griega, éstos eran elementos fundamentales y uno de los más famosos estaba ubicado en la ciudad de Delfos. Los sacerdotes y sacerdotisas respondían las preguntas en el templo de forma enigmática y repleta de simbolismos. Lo mismo sucedía en las tribus germánicas con sus ritos de agua, y en China con su I Ching. Los Mambila de Camerún y Nigeria, con el nggàm, que consiste en interpretar los movimientos de un cangrejo o araña para encontrar soluciones. Pero los patrones son similares en todos los casos. Desde el principio de los tiempos el ser humano no ha podido soportar la incertidumbre sobre el futuro, prefiriendo encontrar serenidad y seguridad en la respuesta del oráculo.

Hoy en día hay cierta tendencia a mirar con desprecio a esta clase de rituales. Los tildamos de ridículos, y nos reímos de la ignorancia de nuestros antepasados, que carecían del uso de razón para darse cuenta de que un hígado de jabalí no nos va a aportar ninguna información útil para tomar decisiones. Pero ¿y si no fuera así? En uno de sus libros, Samuel Bowles deja caer la idea: una institución es una solución a un problema.

Cuenta Joseph Henrich en su libro sobre la evolución cultural ‘The Secret of our Success’ que a los humanos se nos da muy bien copiar comportamientos, lo cual explica nuestra capacidad para acumular conocimiento y cultura. Si a alguien de la tribu se le ocurre hacer lanzas con un tipo de madera distinto y le va bien, copiaremos su técnica y, quizá, pasado un tiempo, toda la tribu hará las lanzas así. Así se difunden las prácticas y el saber que llamamos cultura. Y bienvenida la buena suerte..

La incertidumbre del futuro

Nuestro cerebro se lleva muy mal con la incertidumbre. Preferimos conocer cuanto antes una mala noticia que vivir con la posible duda de si será buena o no. Un oráculo es una guía simbólica que, mediante su correcta interpretación, nos puede ayudar a determinar de qué manera solucionaremos nuestros problemas o cual será el camino que tomemos para un futuro.

Uno de los errores más frecuentes que la gente comente a la hora de consultar el oráculo, es cree que el mismo nos dará las respuestas específicas que necesitamos o bien, nos dirá que hacer según las circunstancias que nos depare el futuro, lo cierto es que si bien existen algunos métodos de adivinación, éste no es el caso del oráculo.

Para muchas sociedades de nuestro planeta, consultar el oráculo es parte de una tradición ancestral y hasta parte fundamental de su cultura, pero las soluciones a nuestros problemas las debemos encontrar dentro nuestro; todos y cada uno de nosotros poseemos las respuestas que buscamos y necesitamos, solo que nos cuesta encontrarlas debido a que el ser humano tiene la costumbre de querer que todo se solucione inmediatamente, cuando lo que verdaderamente se debe hacer es detenerse a pensar y reflexionar acerca de las situaciones que no impone la vida, para lograr averiguar cual es la mejor manera de actuar frente a ellas.

Consultar el oráculo es una práctica que nos ayuda a ello, es decir que ni las cartas de tarot, ni las runas, no el I-ching, ni la bola de cristal nos dirán lo que tenemos que hacer, simplemente nos presentarán un escenario en donde nosotros mismos emprendamos la búsqueda de respuestas que nos explicarán el por qué de los acontecimientos en nuestra vida, y una vez que esto sea comprendido,  allí podremos aplicar alguna solución.

La tradición de consultar el oráculo

Según la filosofía que rodea a los fundamentos con los que se crearon las diferentes técnicas adivinatorias, consultar al oráculo debe ser una práctica que se realice únicamente cuando es necesario y la situación de que una persona se encuentre en la necesidad de recibir una ayuda esotérica.

También podríamos decir que debido a la gigantesca cantidad de gente que hace de consultar el oráculo un entretenimiento o un motivo de de diversión, la credibilidad del arte de interpretación de símbolos para guiarnos en nuestros pasos, es cuestionada por millones de personas en el mundo. Es importante que tengamos en cuenta que consultar el oráculo no solo es parte importantísima de la historia antigua oriental, sino que también en las mitologías griega, romana y nórdica, consultar el oráculo era parte importante de su cultura ya que representaba la respuesta de los dioses de sus respectivos panteones.

Y el simbolismo junto con las historias, leyendas y relatos que los diferentes tipos de oráculos presentan son la esencia del aprendizaje que la mayoría de la gente posee para manejarse tanto moral como espiritualmente en la actualidad. Por estas razones, consultar al oráculo debe representar una acción importante y especialmente respetuosa, ya que de la misma manera que en el cristianismo no se admite la duda frente a los milagros o la existencia de Dios, para las culturas que aún hoy suelen consultar el oráculo como parte de sus actividades diarias, la veracidad de éste jamás se debe poner en tela de duda y por lo tanto merece el mismo respeto que el resto de los credos y convicciones.

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