Revista Comunicación

Los otros Goya

Publicado el 14 febrero 2011 por Imoran
Los otros GoyaAyer se celebró la gala de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, donde se entregaron los premios Goya. Muchos de vosotros quizá viérais por primera vez una gala rodeada de polémica (ya saben, el lío que ha montado Álex de la Iglesia con su salida de la Academia, total por no doblegarse a la Ley Sinde...), otros habréis sido fieles a los 25 años de historia. Los demás, se debaten entre la desidia o el fanatismo.
Podría encuadrarme en estos últimos, aunque más que la gala en sí (y el cine en general) prefiero 'el día después'. En todos los medios online podemos ver el palmarés y las demás noticias que la gala ofreció, así como el análisis sobre los justos vencedores y los honestos vencidos. Es lógico, en Internet no tenemos límite espacio-temporal y podemos informarnos del más mínimo detalle del acontecimiento. No sucede lo mismo con la prensa o la televisión, donde sin duda, la noticia más destacada ha sido el desfile por la alfombra roja que, afortunadamente tiene su hueco en todos los informativos, cumpliendo así con los valores-noticia y mostrando una realidad que interesa y preocupa a todos los españoles. Menos mal. Notan la ironía ¿verdad?
Los otros GoyaMás preocupante y menos analizado quizá sea el trabajo de realización de TVE en los premios Goya. Vean por ejemplo el vídeo del discurso de Álex de la Iglesia. Fíjense en los planos de recurso (para los no entendidos, los planos donde se muestran personas u otros puntos de vista, para no cansar al espectador con la misma imagen estática de De la Iglesia). A priori tenemos dos cámaras que enfocan al director, una a sus espaldas y la cabeza caliente (para planos generales). Por orden, salen en la pantalla: la ministra Ángeles González-Sinde; un señor que no conozco; la familia Bardem; Sinde de nuevo (que imita al Sr. Burns de Los Simpsons, con su manos semicruzadas delante de la barbilla); Fernando Trueba y su esposa; Icíar Bollaín (Oh my God! Justo cuando De la Iglesia pronuncia la palabra crisis); Sinde otra vez; de nuevo Sinde (casualmente aparece cuando encontramos la frase lapidaria del discurso y que ha servido de titular periodístico "Internet no es el futuro, como algunos piensan, es el presente"); Sinde again, en un plano mas general y acompañada por Elena Salgado y Miguel Sebastián; por enésima ocasión Sinde y su imitación a Burns; Enrique Cerezo (qué extraña conexión...) cuando el director comienza a hablar del negocio del cine; Bardem de nuevo; Sinde casualmente (¿?) cuando De la Iglesia confiesa que es su "último discurso como director de la Academia"; Bollaín por segunda vez tras la declaración de amor por el próximo director de la institución y por último, Carolina Bang justo en el momento en que Álex se pone melancólico (vale, Bang es protagonista de Balada Triste de Trompeta, pero también según los mentideros, pareja del director). Tras el discurso aparecen Leire Pajín (con un careto que no se pueden perder), Sinde y Terele Pávez, otra de las actrices participantes en Balada...
¿A dónde quiero llegar? La realización de un programa en directo viene condicionada por el entorno del momento: se pronuncia actor y de repente aparece uno, se pronuncia crisis y ahí está la posible sucesora tras el lío, palabras clave como 'juntos', 'Internet' hacen que aparezca por arte de magia la ministra González-Sinde... Se trata de un trabajo de conexión entre palabra e imagen, lo que Barthes denominó la función anclaje.
Los otros Goya Otro ejemplo, quizá más claro. La irrupción de Jimmy Jump en el escenario. El vídeo que encontramos en RTVE dura apenas 26 segundos, en los que no sabemos dónde está Jimmy Jump hasta el segundo 12. Precisamente, se omiten también las imágenes de los segundos anteriores donde, los nominados aparecen en una pantalla dividida en cuatro y donde se aprecia un movimiento extraño al pasar por delante de las cámaras alguen corriendo (era Jump). En ese momento, la cámara queda fija en los actores y no se enfoca el escenario hasta pasados 10 segundos, casi en el momento en que las actrices encargadas de dar el premio miran con cara de incredulidad y sin saber qué hacer, mientras un encargado de seguridad sube a llevarse al de la barretina. ¿Descuido? Lo más probable es que la intención de TVE fuera no dar más protagonismo a semejante personaje, aunque no tuvieron más remedio que enfocarlo.
Casi sin apreciarlo, nos estamos dejando llevar por las imágenes que elige un realizador y sus ayudantes. Sentimos odio hacia Sinde por la frialdad y la sonrisa irónica con que escucha el discurso, miramos con desdén a Bollaín por su rifirafe con De la Iglesia, nos emocionamos cuando el galardonado recoje su premio y lo dedica a su pareja que, en esos momentos, sale en pantalla cámara en mano, para inmortalizar el momento... Ojo con lo que vemos, porque si el cine es una fábrica de sueños, tal como recordó Álex de la Iglesia en su discurso, la televisión puede ser una fábrica de opinión sumergida e inapreciable a primera vista.
*Fotografías: RTVE.es

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