Revista Cultura y Ocio

Los personajes en la novela policíaca y la de suspense

Publicado el 22 enero 2015 por Ana Bolox @ana_bolox

Los personajes en la novela policíaca y en la de suspense

En la tercera entrega de este enfrentamiento al que estamos sometiendo a la novela policíaca y la de suspense vamos a ocuparnos de los personajes que protagonizan cada una de ellas. Al igual que vimos en los artículos anteriores, la entrega I y la entrega II, con los protagonistas de estas novelas ocurre lo mismo que con otros de sus elementos: son diferentes y, por tanto, a la hora de trabajarlos hay que hacerlo de forma muy distinta.

 

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Luego, además, veremos por qué en la actualidad hay novelas policíacas que se han concebido para ser escritas en serie y, sin embargo, en las de suspense esta particularidad no abunda.

 

Novela policíaca clásica

El detective de siempre

La novela policíaca clásica ha cambiado sustancialmente desde sus inicios al presente. Una diferencia notable que no puede escapársele a nadie reside en el personaje del detective. Frente a los investigadores que conducen las pesquisas en las narraciones de Agatha Christie o de Rex Stout, los escritores de la novela policíaca de hoy en día presentan personajes que se amoldan a los cánones actuales: gente que vive en un mundo que fluye, a veces incluso se precipita, y que obliga a esos personajes a moverse con él, a adaptarse a él y a evolucionar cuando el cambio al que le precipita el mundo en el que se mueve así lo requiere.

Si estudiamos a Hércules Poirot a través de las distintas novelas de las que es protagonista, no observaremos ningún cambio en él; tampoco en Miss Marple, ni en Nero Wolf. Son personajes cuyo desarrollo no interesó nunca al autor, ya que su interés se orientaba en la investigación de un crimen y su resolución. Estos personajes encarnaban la perfección en el mundo de la investigación, como también lo hace, por ejemplo, Sherlock Holmes. Son sus cualidades y habilidad para desentrañar crímenes lo que interesa al escritor de la novela policíaca clásica. Están ahí para hacer un trabajo y, desde luego, eso hay que concedérselo a los autores, el trabajo lo hacen bien.

 

Un nuevo tipo de detective

Sin embargo, en la novela policíaca actual las cosas han cambiado. El lector ya no sólo pide un crimen enrevesado al que el detective debe enfrentarse también con habilidad, sino que desea conocer a ese detective, saber de sus inquietudes, preocupaciones. El lector ambiciona conocer sus secretos, su vida privada, sus problemas personales. Quiere ver cómo ese personaje crece a lo largo de la historia y cómo cambia. Ya no le basta el crimen, es un lector interesado por el detective, con el que quiere empatizar y sentirse identificado.

El nuevo detective puede cometer pequeños errores, aunque a la hora de la verdad, como al antiguo, se le exigen una serie de habilidades que le conduzcan a la resolución del crimen. Sin embargo, el lector no espera que sea perfecto. Todo lo contrario, este nuevo detective debe experimentar algunos cambios a lo largo de la historia. Debe desarrollarse de alguna forma. Debe tener relaciones personales, conflictivas o no, pero que sean importantes en esa otra parte de vida que el lector desea conocer, además de la meramente policial e incluso el autor puede llevar a su detective hasta un punto psicológico frágil en el que se pregunte su lugar en el mundo.

Por otra parte, y esto es común a ambos tipos de novela policíaca, el mundo en el que se ve inmerso el protagonista de ellas es un mundo que se reduce con respecto al que habita normalmente. Ese mundo reducido consta sólo de aquellas personas susceptibles de ser culpables de un crimen, así como de minúsculos detalles que cobran una importancia suma, pues en ellos puede encontrarse la pista definitiva que conduzca a la resolución del caso.

 

Novelas de suspense

El protagonista en la novela de suspense

En la novela de suspense, nuestro héroe en principio no está concebido para triunfar en su aventura, tal y como lo sí están Poirot o Wolf. No posee unas habilidades innatas, sino que tiene que ir adquiriéndolas a lo largo del viaje que emprende con el fin de enfrentarse al nuevo mundo al que el escritor lo ha arrojado. Mientras que en la novela policíaca clásica tenemos un protagonista que evoca al héroe de las lecturas mitológicas, en la de suspense se nos presenta un protagonista más humano, con carencias, imperfecciones e incluso vicios.

Por otra parte, el protagonista de una novela de suspense suele enfrentarse a amenazas, riesgos y contingencias que lo ponen en peligro.

Otra diferencia sustancial entre los protagonistas de la novela de suspense y la policíaca, es que el héroe de la primera normalmente es arrancado a la fuerza de su mundo reducido y plácido para ser arrojado a las fauces de otro de mayor calado y peligroso, de modo que uno de los objetivos de nuestro protagonista en la novela de suspense será el salir del infierno al que ha sido empujado y recuperar ese paraíso perdido en el que vivía.

Éste es, precisamente, entre otros elementos, uno de los ingredientes de la novela de suspense responsables de que el personaje crezca, desarrolle nuevas habilidades y cambie a lo largo de la historia, recorriendo un arco dramático que lo llevará a ser una persona diferente a aquella que la empezó.

 

Novelas en serie

Acabamos de ver que, tanto en las novelas de suspense como en las nuevas novelas policíacas, el personaje que encarna al héroe o detective no es un hombre inmutable, sino que el lector de hoy en día reclama un personaje más humano, un personaje que avance desde el punto de vista personal al mismo ritmo que impone la historia.

Por ello, en las novelas detectivescas actuales, el autor se esmera por dar al lector aquello que demanda y esta es la razón de que las novelas policíacas en serie se hayan propagado con tanta asiduidad últimamente. Por supuesto, cada novela trata de un crimen distinto, pero en cada una de las historias, el detective se va desarrollando y progresando en su propio camino vital.

Las novelas en serie ofrecen una oportunidad magnífica para que el escritor pueda ir trabajando ese personaje, libro tras libro, y el lector sea testigo del cambio que se va operando en él.

Frente a ellas, las novelas de suspense pueden limitarse a un solo libro sin necesidad de que el héroe forme parte de una serie de historias a través de las cuales irá experimentando el cambio, ya que en una sólo novela el escritor se ha ocupado de colocar los obstáculos pertinentes para que el protagonista vaya transformándose poco a poco.

Hasta aquí las diferencias entre los personajes de las novelas policíacas y las de suspense. En la próxima entrega de esta serie estudiaremos distintos tipos de novela policíaca.

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Fotografía: Gratisographic.

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