Revista Viajes

Los puertos de paso de la Vuelta ciclista a España: El Alto de Folgueiras de Aigas.

Por Rafael @merkabici

Y llegamos ya al final de la Vuelta a España, al último puerto de paso que debemos de afrontar antes de la definitiva, rompedora y esperemos que mítica subida a Ancares por Pan do Zarco. De esta forma el puerto de Folgueiras de Aigas es el punto definitivo, de no retorno, de esta vuelta a España que se ha guardado su plato fuerte para el final.

Lo primero es una aclaración terminológica. Aunque en los perfiles de la Vuelta a España este puerto ha aparecido siempre que se ha subido como Alto de Folgueiras de Aigas, que es el nombre del pueblo que hay casi en su cima, lo cierto es que normalmente se le conoce como puerto de Sierra Morela, y realmente es la forma en que podrás encontrar su perfil por la red.

El estremecedor cruce a Ancares

El estremecedor cruce a Ancares

Pero con un nombre u otro lo cierto es que nos enfrentamos a un puerto duro, con diez kilómetros de subida a más del seis por ciento de media, que además es realmente más alta porque hay diversos descansos en la parte alta del puerto. Un perfecto Telegraphe para ese Galibier mayúsculo que será Ancares.

La subida a Sierra Morela empieza en el cruce que lleva a Muñis, y pronto se pone en una media cercana al siete por ciento de la que apenas se moverá durante toda la subida. La misma se va realizando a través de curvas de herradura y diferentes cambios de vertiente, por poblaciones como Muñis y Larxentes y con una carretera irregular, con firme botoso y muchas zonas umbrías que resulta especialmente peligrosa en la bajada.

Zona privilegiada para la práctica del cicloturismo

Zona privilegiada para la práctica del cicloturismo

Después de ocho kilómetros de subida mantenida al siete-siete y medio por ciento, sin apenas rampones pero sin ningún descanso, debemos de afrontar la entrada en Folgueiras de Aigas, que se hace por un kilómetro casi llano, antes de meternos de lleno en el kilómetro final, donde la pendiente vuelve a colocarse por encima del siete por ciento. Coronamos así este duro puerto a 953 metros de altitud, la zona media de todos estos altos que hemos ido describiendo en la etapa.

Ojo ahora a la bajada porque la misma apenas deja descansar nuestros sentidos, nuestras piernas y, sobre todo, nuestros brazos antes de afrontar la definitiva subida a Ancares, donde está perfectamente enlazada. No solamente tiene una carretera complicada, con continuos cambios de firme, curvas cerradas y zonas muy húmedas y llenas de hojas, sino que además presenta un repechón en plena bajada que hará que nuestras piernas griten por el castigo al que las estamos sometiendo. Lo mejor es que descansemos en la cima observando el precioso entorno y cojamos un poco de aliento antes de lanzarnos hacia abajo. Y una vez abajo, pasando Faquís, debemos de enfrentarnos al gran monstruo de esta edición, el alto de Ancares. Pero esa es otra historia que te contaremos en el mismo día en que se vaya a ascender en la Vuelta ciclista a España.


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