Revista Opinión

Los sueños de nuestros hijos

Publicado el 08 diciembre 2021 por Manuelsegura @manuelsegura
Los sueños de nuestros hijos

Pasado el mediodía de este 8 de diciembre, 41 años después de que un descerebrado asesinara a John Lennon a las puertas del edificio neoyorquino en el que vivía, un chaval llegaba a la avenida de la Libertad de Murcia, pertrechado con su guitarra, un micrófono y un bafle, para homenajear al cantante británico. Casi con mimo, instaló su equipo y comenzó a interpretar un selecto repertorio, en el que incluyó aproximadamente una veintena de canciones del añorado beatle.

El día era ventoso, lo que dificultaba un tanto que el sonido me llegara limpio hasta la ventana de la habitación desde la que lo observaba. Intenté grabar un vídeo como pude; lo conseguí finalmente y lo subí a Twitter. La gente pasaba, lo escuchaba y muchos reconocían que el improvisado artista no lo hacía mal. Incluso algunos se inclinaban y dejaban unas monedas sobre la funda de su guitarra, aunque supuse que esa no era la intención última del circunstancial cantante callejero.

Hubo un instante en el que, tras acabar uno de los temas, se acercó hasta una pareja sentada en un banco frente a su improvisado escenario. Una mujer de edad madura, que suele pedir a las puertas de una hamburguesería de la zona, también fue hasta allí para felicitarlo y quizá solicitarle la voluntad. Y debió obtener lo pretendido, por los gestos y la forma apresurada con que abandonó el lugar.

Tras ello, el chico recogió tranquilamente sus cosas: desenchufó y enfundó su guitarra, desconectó el cable del bafle y desmontó el micrófono. Sobre un soporte con ruedas trasladó el material hasta donde estaban los que supuse eran sus padres. Hablaron un momento y luego intuí desde mi atalaya que se marcharían a comer.

La escena me pareció enternecedora. Y me reafirmó en que, a veces, los padres hacemos cosas por los hijos que quizá nunca haríamos ni por nosotros mismos. Como, en un ventoso día festivo, convertirse en los más fieles y fervientes espectadores del concierto callejero, que tanto puede ilusionar a un muchacho, y rendir tributo así a uno de los músicos más grandes de la historia. Padres y madres partícipes de los sueños de sus hijos, como si fueran suyos, en permanente interrogante sobre cuál será su destino en el futuro incierto que les aguarde. Ese es el reto que más nos desvela a estas alturas de viaje.


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