Todo lo que sonara a trasgresor era rápidamente adoptado por los músicos de rock y por sus seguidores. Por eso, el pelo largo, los pantalones rasgados, los piercings … Y por eso también los tatuajes.
La moda de tatuarse llegó de forma frenética al rock en los 80. Las estrellas de entonces comenzaban a mostrar sus brazos, en los que podíamos ver tatuadas miles de cosas, desde nombres y caras de mujer, símbolos que sólo ellos saben que significan, o incluso logos o dibujos que aparecen en sus propios discos.
Hoy día, es raro encontrar a un músico de rock que no luzca un tatuaje. Es más, hay movimientos en los que lo corriente es convertirse en un museo andante. En la imagen podéis ver a Travis Barker, batería de Blink 182, que es un ejemplo de esto que comento. Está completamente tatuado, de arriba a abajo, y la variedad de estilos es enorme.
Los fans que empezaron a hacerse sus primeros tatuajes tendían a copiar a los de sus ídolos. Tanto es así que incluso se vendían camisetas con los tatuajes de tipos famosos, como por ejemplo los de Axl Rose. Pero hoy día, la tendencia más bien no es la de copiar y lucir los mismos tatuajes que tu estrella favorita, aunque siempre influya.
Los logos de los grupos más conocidos o las portadas de discos más chulas son una fuente inagotable de tatuajes para entre los rockeros. Calaveras, serpientes, guitarras eléctricas, demonios, o motivos satánicos son otros de los dibujos que nos mostraría cualquier tatuador cuando les pedimos que nos muestre un catálogo de tatuajes rockeros.
Y por supuesto, muy de moda últimamente, las frases. Las letras de las canciones que más gustan son cada vez más grabadas a tinta en el cuerpo de muchos aficionados a la música rock.
Foto: http://popdust.com/2012/10/22/travis-barker-police-profiling-tattoos/
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