Cuando hace dos décadas algunas cadenas de radio norteamericanas iniciaron programas con tertulias políticas, parecían repetir las charlas que ya había en España, solo que los protagonistas estadounidenses eran fundamentalmente catedráticos universitarios, no periodistas.
Aquellas tertulias se mantuvieron con audiencias regulares hasta hace un par de años; luego, comenzaron a decaer.
Ahora ha surgido un excatedrático, antiguo tertuliano en PBS y NBC y actualmente juez, Richard Posner, quien ha escrito un libro sobre los hablantes en programas de radio y TV que titula “Public Intelectuals: a study of decline” (Intelectuales públicos: un estudio de la decadencia).
Implacable, el juez llama charlatanes y engañabobos a los charlistas, y denuncia a los que pontifican sobre todo, conociendo solo un tema muy limitado: exhortan y amonestan a la política nacional e internacional, a la tecnología nuclear, a la teología angélica, a las placas teutónicas, a la gota fría, la macro y microeconomía y a los países del ancho mundo.
Los profesores de microingeniería instruyen sobre historia antigua, los de filosofía dictaminan sobre física cuántica, y todos enjuician poesía, ópera, arte contemporáneo, genética, pesca industrial y terrorismo.
“Estos gurús tienen más respuestas que preguntas puedan existir”, y como creen que si se ausentan por un instante la sociedad se desmantelaría, “permanecen siempre de guardia, dispuestos a hablar, sin tiempo para estudiar, informarse y reflexionar”.
Si los catedráticos son así, excusado es hablar de muchos periodistas.
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