Revista Cultura y Ocio

«Los tres nombres de Ludka», de Gisela Pou

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Los niños se ríen, los niños lloran, los niños se enfadan y gritan, se pelean y se reconcilian, los niños se insultan y se besan. Los niños son mundos inexplorados, pequeñas semillas que se preparan para convertirse en árboles. Pero aquellos niños de ojos claros y pelo del color del trigo miraban sin emoción, como si estuvieran muertos, como si hubieran perdido el alma, como si les hubieran robado la vida antes de empezarla.»

«Los tres nombres de Ludka», de Gisela PouReseña escrita por Maudy Ventosa.

«Los tres nombres de Ludka», de Gisela PouEditorial planeta ha publicado la última novela de la escritora nacida en Castellar del Vallès, Gisela Pou Valls, LOS TRES NOMBRES DE LUDKA. Una historia narrada en primera persona por las voces de sus protagonistas, Emma, Ludka e Isabel, en la que se mezclan personajes reales, como Wanda Morbitzer Tozer que, a través del consulado polaco y con la colaboración del ayuntamiento de Barcelona, colaboró y ayudó a crear una red de evacuación de refugiados polacos durante la Segunda Guerra Mundial, y niños que, si aquí son personajes de ficción surgidos de la pluma de la escritora, bien pueden corresponderse con los miles de desarraigadas que provocan tantas guerras crueles.

El título del libro surge de los tres nombres que tuvo una misma niña en su peregrinación por los distintos destinos a los que la vida le enfrentó. Se llamó Ewa Jedynak, Hedda von Brandt y Ludka Nowak. ¿Cómo recordar quién era si cada vez tenía que olvidar para ser quien no era, a base de amenazas, golpes y palizas? Aprender a desaprender, a enterrar los recuerdos para que no afloren, para que no duelan tanto. Niños huérfanos que llegaron a Barcelona en abril de 1946, en el barco J.J.Siste de la compañía Transmediterránea.

La autora ha realizado una excelente labor de investigación a través de artículos publicados sobre la biografía de Wanda Morbitzer Tozer, libros de historia, hemeroteca, documentales y el testimonio de supervivientes secuestrados por los nazis… Con todo ello, fue capaz de armar este puzle que transmite fielmente el padecimiento de unos niños que fueron hurtados, raptados a sus familias porque respondían a los cánones perfectos ideados por los nazis para imponer la raza germánica y hacer crecer la raza aria. Crearon granjas perfectas con decenas de miles de pequeños; un desatino ideado por la mente enferma de Heinrich Himmler que impulsa la organización Lebensborn. Querían convertirlos en alemanes perfectos, por lo que tenían que olvidar su nombre y su lengua. En definitiva, aniquilar su memoria. Se abrieron centros en Alemania, Bélgica, Francia y Noruega.

Eran pequeñas criaturas, hermosas, para las que su belleza fue, desgraciadamente, su perdición porque su destino dependía del color de los ojos y del pelo, de la medida del cráneo, de la anchura de la nariz, de la longitud del lóbulo de la oreja, de la altura… para determinar si pertenecían a la raza aria. A partir de ahí, tuvieron que enfrentarse al infierno, aunque el peor no era el campo, el orfanato o el país a donde eran conducidos. El peor de todos lo llevaban dentro de sí.

LOS TRES NOMBRES DE LUDKA es una novela que refleja el dolor, la crueldad, el desarraigo; también una obra donde brilla la generosidad de los que, sin pedir nada, de manera generosa y altruista luchan por los que sufren, por los desfavorecidos dándoles amor, alimentos, ropa. Personas anónimas que se convirtieron en ángeles para esos niños que vivían en silencio, que se portaban mal y no miraban de frente; que ocultaban la comida porque habían pasado mucha hambre y aprendieron a racionar; que parecían indomables porque destruyeron su memoria, aplastaron sus recuerdos, la imagen de sus padres, su nombre y su idioma. Es una historia de supervivencia y a la vez de esperanza porque gracias a las organizaciones internacionales se consiguieron repatriaciones. Muchos nunca fueron reclamados y tuvieron que inventarse una vida.

Gisela Pou Valls nos habla de niños que dejaron de ser niños, de reír, de jugar, de explorar. Cuando llegaron a Barcelona; aquellos pequeños con ojos de mar y pelo dorado no tenían emoción en su mirada, no transmitían sus sentimientos, el alma se había secado, el dolor enquistado para que no se trasluciera su sufrimiento.Y nos habla de una amistad surgida en condiciones adversas entre una niña polaca sin raíces, Ludka, y otra barcelonesa, Emma, que tiene celos de esos desarrapados que le están robando a su madre, Isabel. Uno de los ángeles, primero de la residencia de la calle Anglí y más tarde de la escuela polaca de la Torre de Vallcarca.

PERSONAJES:

  • Emma tiene nueve años. Está enfadada con su madre y con esos niños que le han quitado el tiempo que pasaba con ella. Siente celos. Más tarde aparecería la compasión.
  • Ludka Nowak tiene nueve años cuando llega a Barcelona. Su rubio es como hilo de oro su mirada triste y seria. La encontraron vagando cerca del bosque de Biotowieza. No fue reclamada por ningún familiar. El nombre se lo regaló su segunda madre alemana. Refugiada en el silencio se siente segura.
  • Isabel Andreu Mora, es viuda de Daniel Plensa Olivar sin haberse casado. Costurera de profesión, acabará cosiendo para los niños huérfanos porque su corazón está lleno de bondad. Se convertirá en su ángel.
  • Wanda Morbitzer Tozer piensa que querer algo es el primer paso para conseguirlo. Canciller del Consulado de Polonia en Barcelona y delegada de la Cruz Roja Internacional trabaja, junto al cónsul Rodon y su esposa Anna María Klemensiewicz, para que los niños polacos refugiados en Salzburgo viajen a Barcelona.
  • Román Quílez, policía, es alto, de pelo negro engominado, nariz prominente, ojos de color tabaco bajo cejas pobladas y labios finos que esconden unos dientes blancos bien alineados. Las gafas le dan aspecto de profesor.
  • Simó Andreu, el abuelo, maestro que, durante la república, formó parte del grupo que luchó para defender una pedagogía activa que creía en la escuela universal y laica, una escuela no sexista que daría herramientas a las nuevas generaciones para ser personas formadas con criterio y con cultura.

Teresa Mora, la abuela que canta tanto si está contenta como enfadada… Y Hanka, la niña de la mano lisiada, y muchos más…

Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.

La autora:«Los tres nombres de Ludka», de Gisela Pou
Gisela Pou i Valls (Castellar del Vallès, 1959) es licenciada en Ciencias Biológicas, máster en Guion Televisivo y directora del II Laboratorio de Guion de Fundación SGAE. Ha sido guionista de televisión durante veintiocho años. Actualmente, se dedica a la literatura de forma exclusiva. Ha escrito las novelas Soroll de fons, Sense la Mare, El silencio de las viñas, La voz invisible, Tot menys la pluja y también novelas infantiles y juveniles, entre las cuales destacan La joven de la medianoche (Premio Crítica y finalista del Premio Mandarache) y Palmira y el efecto crisálida (Premio Atrapallibres).

El libro:
Los tres nombres de Ludka ha sido publicado por Editorial Planeta en su Colección Autores Españoles e Iberoamericanos. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 496 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Gisela Pou nos habla de su libro “Los tres nombres de Ludka”.


Para saber más:
Gisela Pou en Wikipedia.


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