Revista Insólito

Los últimos días de Hugh Hefner

Publicado el 26 mayo 2017 por Glangocomve @glangocomve

Los últimos días de Hugh Hefner

Nada en el origen familiar de Hugh Hefner hacía pensar que sería el precursor de un movimiento de liberación sexual que iba a cambiar la historia del siglo XX. Creció en una familia de clase media, estricta, conservadora y muy religiosa. Recién terminó el bachillerato ingresó al ejército estadounidense durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Una vez terminó el conflicto, se graduó de Psicología en la Universidad de Illinois.

Los últimos días de Hugh Hefner

Tenía un gran talento para el dibujo y su carrera inició haciendo ilustraciones para las revistas Children's Activities y Esquire. Sin embargo, soñaba con crear su propia publicación, a la que pensaba llamar Stag Party. Esa frase en inglés se refiere a las fiestas a las que solamente van Cuando estaba en ese proceso sucedió un milagro. Descubrió que en un calendario de hombres y en particular, a las despedidas de soltero. Como no tenía un dólar, logró convencer a diferentes amigos de que pusieran los 8000 necesarios para sacar el primer ejemplar. Antes de que este fuera publicado, descubrió que el nombre Stag ya estaba registrado y optó por Playboy. mujeres desnudas que había en un taller, una de ellas se parecía mucho a Marilyn Monroe. Era crespa y pelirroja, pero las facciones eran inconfundibles. Su cuerpo, sobre un fondo de tela roja, no podía pasar desapercibido, aunque nadie notaba de quién se trataba.

En ese momento, Marilyn Monroe era la mujer más famosa del mundo. En pocos años había conquistado Hollywood y se había convertido en el símbolo sexual de la segunda mitad del siglo XX. Al igual que sucedió con Melania Trump, las fotos habían sido tomadas cuando era una aspirante a modelo desconocida que no tenía cómo pagar el alquiler (puede leer el artículo sobre el fotógrafo que retrató a Melania Trump desnuda en la página 38) . Cuando la sesión fotográfica tuvo lugar, Marilyn bordeaba apenas los 20 años y nunca imaginó que ella, que había crecido en orfanatos y había tenido un breve matrimonio con un policía, fuera algún día a convertirse en la Cleopatra de su generación.

Los últimos días de Hugh Hefner

Hay que tener en cuenta que antes de Playboy los desnudos prácticamente no existían. Hoy son pocas las actrices que no han aparecido en traje de Eva en algún momento. Pero en los años cincuenta eso era un tabú asociado casi con la pornografía. Por lo tanto, la revelación de que la mujer más famosa del mundo había posado desnuda fue una bomba difícil de entender para los millennials de hoy. Ellos en su celular pueden ver en cualquier momento, con un solo clic, más mujeres desnudas y más sexo del que hay en el Kamasutra.

Los últimos días de Hugh Hefner

Ese éxito convirtió a Hefner en el pionero del erotismo gráfico y en el creador de un producto que haría que el sexo dejara de ser un tabú. Playboy se convirtió en una de las revistas de mayor circulación en el mundo y llegó a ser aceptada en las casas de las familias norteamericanas. Por lo general no estaba en la sala, pero sí en un lugar discreto -o clandestino- en el cuarto de los hijos. El famoso logo Playboy de un conejo con una corbata elegante fue diseñado por Art Paul para la segunda edición de la revista. Desde ese momento ha aparecido muchas veces en forma camuflada en todas las carátulas de la revista durante 65 años. En los días de gloria era un jueguito buscar dónde los creativos lo habían insinuado. Hoy, el conejo es considerado uno de los logos más valiosos del mundo. Es una imagen simpática, juguetona, coqueta y distinguida.

Los últimos días de Hugh Hefner

Hugh Hefner no solo fue un genio periodístico sino también del marketing. Se inventó el concepto de que la mejor publicidad que podría tener la revista era justamente la vida de su dueño. Adquirió la Mansión Playboy y la convirtió en un centro de hedonismo donde cada mes se registraban sus actividades. En ese entorno confluían las personalidades más famosas de Hollywood, millonarios, políticos y, sobre todo, mujeres despampanantes. La casa tenía una gruta con agua, donde, sin ninguna inhibición, los visitantes se zambullían desnudos. Cada semana había una gran fiesta en la que podían aparecer Jack Nicholson, Robert De Niro, Julia Roberts, Cindy Crawford, algún Rockefeller, Steve Jobs, y, eso sí, una docena de conejitas para entretener a los invitados.

Los últimos días de Hugh Hefner

Los últimos días de Hugh Hefner

Esa inolvidable fiesta comenzó a decaer en los noventa. Las licencias de los casinos se perdieron. La circulación de la revista cayó y la aparición de internet está dando la estocada final. Entretanto Hefner, divorciado desde 1958, se casó a los 63 años -en el 89- con la playmate del año, Kimberly Conrad, quien en ese momento tenía 21 años. La anécdota de cómo se conocieron fue contada por ella misma en una entrevista. Acababa de posar desnuda y estaba nerviosa ante lo que eso significó. Le pusieron una batica y le dijeron que Hefner estaba en el cuarto siguiente y que quería saludarla. Ella, petrificada, entró, y él le estrechó la mano diciéndole: "Hola, soy Hef. Me gustaría mucho hacer el amor contigo". Y ella le respondió desconcertada: "Lo siento, señor Hefner, pero nunca he hecho el amor con nadie mayor de 25 años". A esto él le replicó: "Yo tampoco".

En todo caso, terminaron casándose y tuvieron dos hijos. Durante unos años, la Mansión Playboy tuvo más triciclos, pelotas de caucho, trenes eléctricos y niñeras que mujeres desnudas circulando por los predios. Esa etapa terminó en 1998 con un divorcio cordial, pero de ahí en adelante comenzó la decadencia del imperio. Hefner, a los 80 años, pretendió revivir la vida que tuvo en los 30, los 40 y los 50, pero se veía algo ridículo. Vivía simultáneamente con tres mujeres o más, a las cuales les daba 1000 dólares semanales a cambio de su disponibilidad de tener sexo con él. Este rito podía ser individual o colectivo, ya que todos los viernes, después de ir a una discoteca, las tres tenían que ir a la cama con el jefe.

Los últimos días de Hugh Hefner

Ese experimento fue un fracaso total, pues la deserción de lectores aumentó. Un año después, se decidió volver a los desnudos con un contenido dirigido a los millennials. Desafortunadamente, esa generación no lee en papel, por lo que la revista de hoy no es "ni chicha ni limonada". La vida de esta se está extinguiendo a la misma velocidad que la de su fundador. La Mansión fue vendida el año pasado por 100 millones de dólares con el compromiso de que Hefner pudiera permanecer allí hasta el día de su muerte. Eso va a suceder en poco tiempo y representará el fin de una era que marcó un hito en la historia del mundo.

Los últimos días de Hugh Hefner


Volver a la Portada de Logo Paperblog