Revista Deportes

Los valores de Cesc

Publicado el 08 junio 2011 por Polo
Cesc Fábregas Barça
Temporada 2002/03, tercer año de presidencia de Joan Gaspart, el Barça se encuentra en un auténtico caos institucional y deportivo, alejado de los puestos de cabeza y teniendo como objetivo principal no quedar fuera de Europa por primera vez en su Historia, con un equipo entrenado por Carles Reixach y donde las principales estrellas eran Kluivert y Aquel. La temporada avanza, Gaspart dimite, Reixach es destituido, Enric Reina es nombrado Presidente y Radomir Antic se sienta en el banquillo.
Mientras el Barça se encontraba en una de las etapas más negras de su Historia, donde nada hacía presagiar todo lo que vendría después, el Arsenal era un equipo ganador, con figuras como Henry, Vieira o Bergkamp, dominaba el fútbol británico y era un equipo con posibilidades en Europa.
A todo ello no es ajeno un chaval de 16 años de Arenys de Mar apedillado Fàbregas, quien decide, aprovechando un recurso legal de cambio de residencia de su progenitor, abandonar el Barça y marchar a Londres, sin que el conjunto catalán recibiera ni un céntimo por ello, firmando un contrato hasta el 30 de junio de 2011.
Octubre de 2006, el Barça parece haber abandonado la etapa negra de Gaspart y de la mano de Rijkaard sólo unos meses antes se proclamó Campeón de Europa precisamente ante el Arsenal donde jugaba Cesc, quien imagino que motivado por una ostentosa mejora económica, y pensando que seguía en el equipo adecuado para lograr títulos, decide ampliar su contrato hasta el 2014.
De 2006 hasta la fecha el Barça ha conseguido 3 títulos de Liga y dos Champions más, mientras el Arsenal sólo una Carling Cup. El Barça se ha convertido en el equipo referencia del fútbol mundial, donde la cantera tiene un papel estelar, mientras el Arsenal es conocido mundialmente por ser un equipo que juega bien a fútbol, pero que nunca gana nada.
Verano de 2010, Cesc, cansado de no ganar nada y ver que aquel equipo ganador por el que fichó tras abandonar a un equipo perdedor, es justo ahora todo lo contrario y viceversa, decide abandonar el Arsenal para fichar por el Barça. Así se lo hace saber a todo su entorno y al mismo conjunto culé, quien a través de su Presidente de entonces, Joan Laporta, está dispuesto a pagar la cifra que el club londinense decidiera, como sucediera un año antes con Ibrahimovic.
El fichaje parece cuestión de días, pero la llegada de la nueva Junta de Rosell, quien no está dispuesto a pagar lo que el Arsenal pide, hace que la operación se enfríe y que Arsene Wenger convenza a Cesc para quedarse. El catalán, quien había revolucionado a toda la maquinaria culé para su fichaje, recula a la primera reprimenda de su entrenador y deja con el culo al aire a todos aquellos que estaban trabajando en su fichaje, consiguiendo, eso sí, un compromiso verbal de Pep de que al año siguiente volverían a intentar su fichaje.
Hasta aquí, la exposición de todos los hechos de la actitud de Cesc con el Barça y el Arsenal, donde todos sus actos siempre han favorecido al último y perjudicado al primero. Nadie le obligó nunca a marchar en 2003, ni a renovar en 2006, ni a recular en 2010. Él ha tomado todas sus decisiones libremente, pensando en cada momento, como es lógico, que era lo mejor para él, aunque la Historia le está demostrando que se equivocó, especialmente en su renovación hasta el 2014.
El Barça sin Cesc, aunque parezca imposible leyendo lo que uno lee estos días, ha ganado 3 Champions, 5 Ligas, 4 Supercopas de España, 1 Supercopa de Europa, 1 Mundial de Clubes y 1 Copa del Rey. Cesc, una Carling Cup.
Ahora, juzguen ustedes quién necesita a quién, si Cesc al Barça o el Barça a Cesc. Y juzguen también si vale la pena hacer semejante esfuerzo económico por alguien que ha ninguneado al Barça sistemáticamente. Y juzguen también si es ético premiar a quién en su día no creyó en la Masía, y quién sabe, si es ético castigar a quién sí lo hace.
Porque los valores del Barça no sólo son aplicables a las secciones, que lo son, sino también al primer equipo. La Masía es un valor demasiado preciado en este momento, como para ponerlo en peligro con personas que no lo han respetado.
Juzguen ustedes.
Foto: Barcelona-blog

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