Revista Insólito

Los videojuegos pueden ser beneficiosos para nuestro cerebro

Por Fransanlag @fransanlag

Violentos o no, los videojuegos de acción y de disparos tienen un objetivo primordial: divertir. Pese a haber estado creados sin otro fin, permiten a sus adeptos mejorar ciertas habilidades relacionadas con su cerebro y percepción. En este capítulo de Redes, la neurocientífica Daphne Bavelier explica a Eduard Punset sus hallazgos entorno a este tipo de videojuegos y sus posibles aplicaciones en campos como la educación o la rehabilitación de pacientes. También en este programa, Elsa Punset nos enseñará a aprovechar los beneficios y limitar los posibles riesgos no solo de los videojuegos, sino de todas las tecnologías y soportes digitales que hoy inundan nuestras vidas.

Con este párrafo presenta la web del programa Redes en RTVE el interesante vídeo que hoy compartimos con vosotros.

Siempre he tenido la impresión de que los videojuegos mejoraban ostensiblemente algunas de mis habilidades y hoy, gracias a lo expuesto por la Daphne Bavelier, lo he podido respaldar con evidencia científica.

Me gusta mucho la frase en la que compara los videojuegos con el vino: hay que tomarlos con moderación y no cualquiera vale.

En mi experiencia personal, los videojuegos han aumentado mi capacidad de atención y ampliado mi campo de percepción visual, así como su rapidez. El lo que yo suelo llamar “no mirar a nada en particular para verlo todo en general” cuando consigo ver cosas en una pantalla que nadie ha visto. Si me dices que esté atento a una pantalla para ver qué pasa, yo tiendo a mirar al centro, casi desenfocando la vista, como si pretendiera ver detrás de la pantalla. Así soy capaz de captar algo que ocurre en la periferia sin dejarme llevar por “distracciones” del centro.

Pongo un ejemplo de este caso. Un día, viendo un episodio de House con mi mujer, de repente le dije: “¿Has visto que House está tumbado sobre un libro de “Anatomía de Gray”?”… cuando me dijo que no, rebobinamos el vídeo para verlo en cámara lenta. Yo estaba en lo cierto, pero esa imagen estaba en la periferia de la pantalla, el título del libro estaba al revés y la secuencia duraba pocos fotogramas… ¡pero lo vi! La cuestión es que no algo raro… suele sucederme.

También ha desarrollado mi habilidad manual o, mejor dicho, mi coordinación ojo-mano. Estoy seguro de que, si tuviera que aprender a manejar un endoscopio o robot quirúrgico, lo tendría más fácil que una persona que no juega a videojuegos, pues yo estoy más acostumbrado a coordinar mi mano con lo que ocurre en una pantalla… incluso en posturas raras… ¿habéis probado a jugar estando de cabeza abajo? Haced la prueba ;)

El caso es que no debemos demonizar algo de antemano y, por suerte, la ciencia nos ayuda a arrojar verdad sobre las cosas.

Espero que os guste el vídeo. Personalmente, me encanta la reflexión final de Elsa Punset, con la que estoy absolutamente de acuerdo.

 

Redes – Cómo nos influyen los videojuegos


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