Lucas Silva, o los peligros de fichar en el mercado de invierno

Puesto que el Real Madrid no entiende de topes financieros, porque su solvencia está más que acreditada, han llegado a Concha Espina dos chavales listos para formar parte de la disciplina blanca: Lucas Silva y Martin Odeergard. Si algo sobra en ellos es juventud: veintiuno y dieciséis años respectivamente, y calidad, o eso parece en los distintos informes y recomendaciones. Su encaje en el once titular aún está por ver. El noruego formará parte del Castilla por el momento, aunque entrene con el primer equipo. De esa manera, y con buen criterio, el chaval no se quemará prematuramente, podrá asentarse con calma en el equipo, y desarrollará sus aptitudes, evitando además nuevos expedientes “Canales”.

En el caso de Lucas Silva, el chico viene de dominar el centro del campo del Cruzeiro a pesar de su corta edad. Ya en octubre del año pasado se descubrió que Ancelotti le seguía los pasos y, al margen de los informes de los ojeadores del Real Madrid, había preguntado seriamente a Serginho, ex jugador suyo en la etapa de entrenador del AC Milan y conocedor del desarrollo del chico, el cual confirmó todo lo que se hablaba de él. Sin embargo, y salvo escasas excepciones, un jugador brasileño que aterriza en Europa suele ser un riesgo en sí mismo por mucho que suene injusto o cruel. Vale que en Madrid no puede disfrutar de Ipanema o Copacabana, pero su estatus y su recientemente inflado poder adquisitivo suelen ser (por experiencias pasadas) un peligro. Eso unido a que el nivel de las divisiones brasileñas tiende a exagerar el nivel de los jugadores que destacan allí mostrándose muchas veces limitados para jugar en clubes punteros de Europa (¿Robinho?). En lo meramente deportivo, se sabe que Ancelotti pese a todo, era reacio a fichar en estos meses (para potenciar el bloque en el vestuario) y Florentino Pérez considera que los fichajes en estas fechas salen más caros que en verano. Su traspaso deja a las claras que Illarramendi y Khedira no tienen sitio en el Real Madrid. Al primero ya le están buscando acomodo y el último equipo que suena con mucha fuerza es el Athletic de Bilbao, club necesitado de un jugador que poca orden en su juego. Al segundo la grada del Bernabeu le mantiene demonizado y él no parece dispuesto a ofrecer el nivel que le ha convertido en indiscutible de Alemania. Siendo un gran jugador, no parece que el Real Madrid sea su sitio aun cuando su perfil de contención es fundamental en los grandes equipos. Ancelotti tampoco parece entusiasmado con él.

Si Lucas Silva llega al conjunto blanco es para convertirse en la pieza de recambio de un centro del campo que tiene ya nombres y apellidos de la mano de Luka Modric y Toni Kroos. No es casualidad que Casemiro se tuviese que marchar cedido en verano y con la lesión del croata y la necesidad de fondo de armario, Lucas se convierte sobre el papel en un buen comodín. Pero… ¿Su encaje real? El centro del campo titular parece indiscutible y él demasiado joven y con demasiada proyección para ser un fichaje acertado que verá la mayoría de los partidos en el banquillo, sobre todo en cuanto vuelva Modric. Eso sin perder de vista al mencionado Casemiro que, curiosamente cumplía el mismo rol y era de la casa. Tal vez el Real Madrid estuviese ahora más necesitado de un jugador experimentado que asuma ese papel, que un chico joven con un gran futuro. Si no juega lo suficiente tal vez las profundidades del banquillo acaben por engullirlo. Eso por lo menos hasta junio, momento en el que quizá Illarra y Khedira se marchen definitivamente, si no lo han hecho para entonces, algo bastante factible. Si aguanta este medio año de transición (o explota antes, quien sabe) y se confirma que cumple lo que promete, hay centrocampista para rato.

Esperemos que el Real Madrid no convierta a Lucas Silva en un Faubert, Huntelaar, Lass etc. Como siempre en estos casos, el tiempo lo dirá. Como curiosidad, los últimos portadores del dorsal 16 han sido Canales, Altintop, Casemiro…

DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ