Revista Cine

Lugares comunes

Publicado el 21 julio 2017 por Juancarrasco @JuanCdlH

Aparentemente nada tenían en común George A. Romero y Martin Landau. Bueno, que ambos forman parte de la historia del cine, cada uno en su propio punto cardinal, ambos bastante distantes. Esta nefasta última semana nos ha dejado otro poderoso elemento común: los dos nos han dejado con apenas unas horas de diferencia. Romero a los 77 años, víctima de un cáncer de pulmón, y Landau por complicaciones, cosas de la edad (89 años), derivadas de una fugaz hospitalización. Como el destino, la casualidad, llámenlo azar si quieren o, si nos ponemos poéticogafapastas, los espíritus amantes del séptimo arte han querido así que compartieran la luctuosa fecha, entrelacemos también desde aquí el sentido recuerdo…

Lugares comunes
Antes de la aparición de George A. Romero ya se había visto arrastrarse algún que otro muerto viviente por las pantallas, pero se puede decir que este mítico realizador adorado eternamente por exclusivos sectores amantes del terror es el padre del género zombi como tal. Rodada en blanco y negro utilizando una película de 35 mm y estrenada en 1968, La noche de los muertos vivientes, donde no se utiliza en ningún momento la palabra zombi, es sin duda punto de inflexión y a la vez de partida de tantos y tantos kilómetros de cinta y horas de grabación digital que en la gran pantalla así como en televisión han hecho disfrutar al personal. Uno de los clichés del fiel aficionado de toda la vida es aquel que hace de una peli de zombis con un bol de palomitas un evento especial. Además, los tiempos van cambiando, y también en esta temática la pequeña pantalla tiene su punta de lanza con la deudora y exitosa The Walking Dead. Los productores de dicha serie ofrecieron a Romero tras su estreno que dirigiera un episodio, pero no aceptó, argumentando, según sus propias palabras: “Esos zombis no me pertenecen, no son idea mía”. Los más duchos en el tema y la personalidad en cuestión sabrán desgranar mucho mejor su larga filmografía, entre cuyas obras destacan cintas como Zombi (1978), El día de los muertos (1985) o La tierra de los muertos (2005). Dicen que murió oyendo la banda sonora de una de sus películas favoritas, quién lo diría: El hombre tranquilo, de John Ford.

Martin Landau fue uno de los grandes secundarios de la era dorada de Hollywood, extendiendo su carrera hasta bastante después. En 1959 tiene la suerte de formar parte del reparto de nada menos que Con la muerte en los talones, de Hitchcock, algo más que el más grande maestro del suspense, y en 1994 recibió un Oscar encarnando a Bela Lugosi en Ed Wood, a las órdenes de Tim Burton. Si esto no fuera suficiente para que tomemos consciencia del calibre de su figura, mencionemos de paso que además del citado premio fue nominado a otro Oscar por Tucker: un hombre y su sueño, de Francis Ford Coppola, protagonizó la serie de televisión Misión Imposible, emitida entre 1966 y 1973, papel que le valió el Globo de Oro, e impartió clases de interpretación a futuras estrellas como Jack Nicholson o Anjelica Huston.

Siento pues las malas noticias para aquellos que fueran ajenos a que hoy el mundo tiene un buen par de talentos menos, pero era justo y necesario que desde aquí nos hiciéramos eco. Como se suele decir, sinceramente y sin ánimo de caer en el humor negro fuera de lugar, descansen en paz.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas