Revista España

Lugares de leyenda de la villa de Ocaña: ¿Qué ver en Ocaña?

Por Rutasporespana @RutasporEspana

A unos 60 km de Madrid encontramos la villa de Ocaña, uno de las localidades más monumentales de Toledo después, claro está de su capital. Si duda su monumento más conocido es su plaza Mayor, pero son muchos los rincones que esconde Ocaña para pasar el día.

Para acercarnos a Toledo podemos ir en coche por la A-4, aunque también existe tren y autobuses desde Madrid que nos llevan en una hora.

El autobús nos dejará en la plaza de Alonso de Ercilla, muy cerca de la Plaza Mayor. No nos tenemos que ir muy lejos porque ya en esta carretera tenemos varios monumentos interesantes como el Convento de San José y el Convento de Santa Clara, uno enfrente del otro, o varias casas nobles como el Palacio del Conde de Mora o la Casa del Capitán Pozuelo Espinosa.

Pero a qué esperamos, vayamos ya a la Plaza Mayor. Llegamos a la plaza monumental a través de una de sus puertas, aunque a primera vista nos parezca que es cuadrada, por un arco de diferencia no lo es, tiene 18 arcos en el lado mayor y 17 en el menor. Si nos vamos fijando detenidamente en cada lado veremos que no son igual, ya que por ejemplo la fachada del Ayuntamiento fue bombardeada durante la Guerra de la Independencia y tuvo que reconstruirse gran parte, por lo que los antiguos arcos de media punta pasaron a arcos redondeados para reducir costes.

Justo enfrente tenemos en uno de los soportales la oficina de turismo donde podemos apuntarnos en algunas de las visitas guiadas gratuitas. Los sábados y domingos sale a las 12:30 la visita monumental. Y los domingos a las 12:00 la visita a las galerías subterráneas de la Fuente Grande. Así que no me las perdería ya que algunos de los monumentos sólo se pueden visitar a través de la visita guiada.

Desde aquí cogeremos una de las puertas de salida de la plaza, la situada en el lado del Ayuntamiento, y vamos en dirección a la Plaza del Cristo Rey. Aquí nos espera el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y la Iglesia de Santa María de la Asunción (siglo XVIII), sólo visitable durante horario de misa.

Iglesia de Santa María

Iglesia de Santa María

Siguiendo la calle de la derecha llegaremos al mirador de la Fuente Grande (siglo XVI), uno de los monumentos más importantes de Ocaña. Obra del arquitecto de Felipe II, Juan de Herrera, autor de obras impresionantes como el Monasterio de El Escorial o el Palacio Real de Aranjuez. Según cuentan en Ocaña, despierta tanto interés este monumento, que incluso hace una década quisieron comprarle el monumento los americanos.

La Fuente Grande es un monumento de forma rectangular, formado por la fuente propiamente dicha y los lavaderos donde los vecinos de Ocaña iban a lavar la ropa. Desde el mirador podemos bajar hasta la Fuente aunque si queremos verla por dentro debemos hacerlo desde la oficina de turismo.

Mirador de la Fuente Grande

Mirador de la Fuente Grande

De vuelta al mirador nos volvemos al interior de Ocaña, nuestra próxima parada es la Iglesia de San Juan Bautista (XIII) que originalmente era sinagoga judía, por ahora está en obras de restauración por lo que no se puede visitar su interior.

Siguiendo la calle San Martín, llegamos a la torre de la antigua Iglesia de San Martín Obispo, cuarta de las parroquias con que la Villa contó. Hoy sólo persiste de ella esta imponente torre a los pies de la desaparecida iglesia.

Pórtico y Torre San Martín

Pórtico y Torre San Martín

Nos toca retroceder hasta la calle Lope de Vega, donde encontramos el antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, que tras su paso como colegio, más tarde fue Cuartel de Caballería, Escuelas Públicas y, finalmente paso convertirse en el Teatro Principal.

En el siglo XIX tras su estado ruinoso se reformó por completo y pasó a llamarse Teatro Lope de Vega. En su interior (visitable con la visita guiada) todavía se mantiene la estructura del antiguo colegio, los palcos principales se corresponden con las antiguas capillas de la iglesia, también es curioso el telón de Boca con un lienzo de principios de siglo donde aparece una imagen de la Plaza Mayor cuando el centro era ajardinado.

Teatro Lope de Vega

Teatro Lope de Vega

Enfrente del Teatro, encontramos el Rollo de Justicia o Picota, un indicativo de la categoría administrativa de la villa, además era el lugar donde se ataban a los reos y se impartía justicia. Tras las Cortes de Cádiz de 1812 se mandaron destruir, así que este es uno de los pocos que queda en pie en buen estado.

Teatro Lope de Vega y rollo jurisdicional

Teatro Lope de Vega y rollo jurisdicional

Siguiendo la calle llegamos al Museo Arqueológico “Padre Santos”, donde se exhiben todos los restos encontrados en la región, actualmente se encuentra en obras, así que otra vez será.

Llegamos a la Calle Mayor,  pero no vamos a volver a la Plaza, en sentido opuesto nos dirigimos a los Juzgados.  Este edificio donde se encuentran actualmente los Juzgados de Primera instancia fue el Palacio de Cárdenas, así que merece la pena acceder a su interior, para ello no hace falta que cometamos ningún delito, ya que se permite el acceso al patio, si bien no se permite hacer fotos ni videos por seguridad.

A lo mejor el nombre no nos diga nada, pero el palacio pertenecía a Gutierre de Cárdenas, una figura importante en el reinado de Isabel la Católica, además la reina vivió entre sus paredes durante la búsqueda de un pretendiente con quien casarse.  Si nos fijamos en la fachada, el patio y las salas veremos unos símbolos que se repiten, en forma de dos eses, estos símbolos guardan relación con la Leyenda de las dos eses:

Rodaba el año 1469 y la princesa Isabel había conseguido salir de Ocaña para dirigirse a Valladolid al encuentro de Fernando, en la casa de Juan de Vivero. En la que se casó, jurada princesa heredera del reino de Castilla. Una boda celebrada en contra de la voluntad de su hermano el rey Enrique IV.

Días antes, en la misma casa de Vivero, donde se aloja Doña Isabel, vio ésta por primera vez a Fernando, que se presentó en Valladolid disfrazado de criado de un mercader aragonés. Fernando fue introducido en la estancia por Gutierre de Cárdenas. Al quien Isabel nerviosa, le pidió que le indicara cuál era, a lo que respondió con las palabras: ¡Ese es; ese es! Y gracias a su labor de celestino fue premiado con las dos eses para su escudo.

Nos dirigimos al Convento de Santo Domingo, la iglesia sólo se abre en horario de misa, que merece una visita para ver su espectacular retablo. Pero si seguimos la calle llegaremos al Porticum Salutis, el centro de interpretación de los Dominicos. El recorrido por las estancias del convento, empieza por un belén permanente, que cuenta con un espectáculo de imagen, luz y sonido. Seguimos por el museo donde se exponen objetos traídos de los viajes de los Dominicos por Asia, una colección de capas y de obras de arte. Tras el museo llegamos al claustro del convento hasta la planta de arriba donde podemos acceder a coro de la iglesia. Para finalizar la visita de este magnífico edificio dando un paseo por su jardín.

Belen de Porticum Salutis

Belen de Porticum Salutis

Claustro del Convento de Santo Domingo

Claustro del Convento de Santo Domingo

Seguro que a estas alturas te habrá entrado hambre, así que volvemos a la Plaza Mayor, y nos dirigimos a Casa Carmelo ya que en su interior, podemos descubrir un impresiónate patio castellano, pero además visitar unas cuevas. Actualmente es el lugar donde se almacenan las botellas de vino, pero esta cueva escode una leyenda:

Cuenta la leyenda que Sara era una hermosa judía de Ocaña que habitaba con su abuelo, el dueño de un gran caserón en de la villa. El viejo judío acostumbraba por las noches a encerrase en una misteriosa habitación para contar sus doblones de oro. Este antes de morir dijo a su nieta dos palabras: “bargueño y oro”.

Desde ese día Sara registraba el caserón obsesionada en encontrar el tesoro que creía que encerraba. En la cueva de la casa encontró cientos de libros, a espera que en alguno de ellos encontrará la ubicación del tesoro, pasaba los días leyendo todo aquello sin encontrar, de momento, nada. Tanto se obsesionó que sucia y despeinada casi se había convertido en una especie de bruja apegada a sus viejos libros.

Una tarde, al sacar varios libros, vio detrás de las estanterías  un  pasadizo. Pasó a través de él hasta una sala donde había cientos de bolsas de onzas de oro y un cofre repleto de joyas, cuya llave se guardaba en el bargueño. Tras encontrar el tesoro, se trasladó a la casa familiar para poder contar el oro y ponerse las joyas del cofre.

Un día hubo una gran tormenta y se derrumbaron los muros del caserón con Sara en su interior. Al cabo de un tiempo como los vecinos no vieran aparecer a Sara, la creyeron muerta por la avalancha y la cueva fue erróneamente tapiada por albañiles, quedando Sara encerrada en su interior entre sus tesoros. Murió dentro y, según dice la leyenda, aún se encuentran allí sus restos mortales, con el Tesoro.

Cueva Casa Carmelo

A la búsqueda del tesoro de la Cueva de Casa Carmelo

Llegamos a final de nuestro recorrido, si os quedáis con ganas de más yo me acercaría a fotografiar algunas de las esculturas que pueblan las diferentes glorietas de entrada y salida de la ciudad, muchas de ellas muy originales.

Más información

Web de Turismo de Ocaña: http://www.ocana.es/areas/turismo/turismo/oficina-de-turismo

Dónde Comer

La cercanía con Madrid y Toledo, hace que los precios sean altos en comparación a las otras localidades de la zona, aún así los más recomendables son:

  • Restaurante Palio (Calle Mayor, 12): si quieres comer bien, tienes este restaurante de alta cocina en plena Plaza Mayor.
  • Mesón Casa Carmelo (calle Santa Catalina, 10): ya hemos hablado de él, así que ya que vas a visitarlo puedes quedarte a comer en él, es una buena elección.
  • Restaurante Los Hermanos (Calle del Pilarejo, 14): disponen de menú del día, y la calidad/precio es buena.

Dónde dormir

Ocaña es una ciudad bastante turística así que dispone de hoteles y hostales para que podáis hacer una escapada sin que se resienta mucho el bolsillo, os dejamos  una lista de los alojamientos de los alrededores.

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