Revista Libros

Lugares que no quiero compartir con nadie, de Elvira Lindo

Publicado el 11 enero 2012 por Goizeder Lamariano Martín

Lugares que no quiero compartir con nadie, de Elvira Lindo

Título: Lugares que no quiero compartir con nadie

Autora: Elvira Lindo

Editorial: Seix Barral

Año de publicación: 2011

Páginas: 237

ISBN: 9788432214059

Descubrí este libro en la presentación del pasado 1 de diciembre, de la que salí con unas ganas locas de leerlo. Por eso se lo pedí a mi padre como regalo de Navidad. Un grandísimo regalo que me ha encantado y que solo me ha durado en la mano tres días, del 29 al 31 de diciembre. Ha sido la penúltima lectura de 2011. Una lectura con la que me he emocionado, me he reído, me lo he pasado en grande, he disfrutado y me he sentido privilegiada.

Privilegiada por poder compartir los lugares de Nueva York que son especiales para Elvira Lindo, una periodista y una escritora a la que admiro. Privilegiada también por ser testigo de sus recuerdos, sus anécdotas, sus sueños, sus miedos. Por acompañarla en sus paseos diarios por Nueva York, por sentirme parte de su intimidad, de su familia, de sus amigos.

Tras acudir a la presentación y leer la sinopsis del libro, creía que en sus páginas me iba a encontrar una especie de guía de Nueva York, una guía muy personal, muy íntima, pero una guía al fin y al cabo. Restaurantes, cafeterías, panaderías, parques, museos, bares que frecuentan Elvira y su marido Antonio a veces solos y otras veces acompañados por familiares, amigos, colegas o vecinos.

Y me he encontrado eso, pero también mucho más. He acompañado a Elvira Lindo en sus recorridos personales e íntimos por Nueva York, pero sobre todo la he acompañado en sus pensamientos, en sus sentimientos, en sus recuerdos.

Porque, al menos para mí, este libro no ha sido una guía de Nueva York, sino un diario de Elvira Lindo, en el que la escritora se muestra tal y como es a sus lectores, ofreciéndonos de esta forma un regalo muy especial. Mostrándose sin complejos, sin tapujos, sin vergüenza, sin miedos.

Así, página a página, descubrimos la ansiedad que padece la escritora y periodista, que le obliga a acudir cada martes al psicólogo. La libertad que siente viviendo medio año en Nueva York desde 2004 y los miedos y los fantasmas que le persiguen cada vez que, el otro medio año, vuelve a Madrid, a un país en el que sí es reconocida, famosa y, por tanto, juzgada.

Como la amarga polémica que le tocó vivir en 2006 en Barcelona cuando el alcalde le invitó a leer el pregón de las fiestas de la Mercé y tuvo que enfrentarse a políticos y ciudadanos nacionalistas que le increparon y le insultaron a su llegada por leer el pregón en castellano.

O la pesadilla que vivió su amigo Xavi, un joven de Sudanell (Lleida) al que conoció en el metro de Nueva York y que tuvo que soportar las burlas, los insultos y la falta de educación y de respeto de sus propios vecinos del pueblo y todo por culpa de un texto que publicó en su blog.

Pero los escritores están expuestos a los juicios, las críticas, los prejuicios y las opiniones de sus lectores, les guste o no. Y eso lo sabe muy bien Elvira Lindo. Como también sabe que en cualquier adulto queda algo del niño gordo que fue un día, por muchos años que pasen.

Y para hacer frente a esa niña gorda que ella misma fue un día decide acudir a un gimnasio muy especial en Nueva York, que le deja muchísimos recuerdos, anécdotas y personas peculiares.

Historias con las que la autora disfruta escribiendo y recordando y el lector, leyendo y descubriendo.

Gracias a este libro el lector pasa a formar parte de la familia de Elvira, y comparte con ella los momentos que vive junto a su marido Antonio, sus hijos Arturo, Miguel y Antonio. Sus visitas a los museos de la ciudad, especialmente el Museo de Historia Natural, en el que la escritora revive con su marido y sus hijos uno de sus pasajes favoritos de El guardián entre el centeno. Pero no todo son recuerdos familiares agradables. Porque el matrimonio y sus tres hijos también vivieron en Nueva York el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.

Sin embargo, en las 237 páginas de este libro también hay sitio para las carcajadas, los recuerdos divertidos, las anécdotas absurdas. Como la caída que sufrió Elvira Lindo en su apartamento al salir del ascensor, y que le hizo polvo las rodillas, los brazos y la cabeza.

O sus paseos por su barrio, el Upper West. En solitario, con Lolita, su perrita, o con Antonio. Paseos que recorren los rincones y las calles que un día recorrieron Salinger, Lorca o Louis Armstrong.

Paseos llenos de literatura, de cultura, de admiración, de respeto. Pero también paseos llenos de momentos surrealistas y acompañantes inesperados, como unos mapaches o un armadillo.

Esta lectura, además de un gran regalo de Navidad, ha sido una deliciosa manera de viajar a Nueva York sin moverme de casa. Un doble viaje durante las vacaciones de Navidad: de Madrid a Pamplona y de Pamplona a Nueva York. Un viaje real y el otro ficticio, pero los dos igual de intensos, divertidos, entrañables, emotivos, inolvidables y emocionantes.

Viajes llenos de anécdotas, de recuerdos, de momentos difíciles de olvidar. Porque gracias a la ficción, a la literatura, a la lectura, ya no hay distancias. No importan los kilómetros. Porque lo único importante es que hay lugares que no quiero compartir con nadie y que ahora sé que donde estés tú, está mi casa.


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