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Luis Aragonés, el legado del tiqui-taca

Publicado el 03 febrero 2014 por Albilores @Otracorriente

Aragonés

Luis Aragonés ha sido siempre un personaje notorio del fútbol español tanto en sus años como jugador como en sus innumerables experiencias al frente de los banquillos a lo largo de su dilatada carrera como técnico. Tras su etapa en las filas del Atlético de Madrid, el centrocampista colgó las botas y ha sido técnico de un gran número de equipos dentro del fútbol español como el Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia, Betis, Mallorca, etc., una trayectoria de la que se puede sacar un balance positivo, ya que el sabio de Hortaleza siempre ha tenido de su parte una gran habilidad para dominar los grupos por encima de los egos de los futbolistas, con los que ha protagonizado más de un episodio que ha hecho las delicias de la prensa y los aficionados. En la mente de todos está su decisión de apoyar a los jugadores en el famoso motín del Hesperia o los enfretamientos con díscolas estrellas como Romario, Etoó o el mismísimo Raúl.

Pero por encima de todo ello, Luis Aragonés será recordado siempre por ser el hombre que cambió el destino del fútbol español y de la selección. Todo empezó en el verano de 2006, en la copa del mundo que se celebraba en Alemania. Luis Aragonés confeccionó un grupo de jóvenes talentos de entre los que destacaban Xavi, Iniesta, Villa, Sergio Ramos, Cesc Fábregas o Xabi Alonso, muchos de los cuales estarían llamados a protagonizar poco tiempo después una gesta inimaginable entonces. Pero en este grupo estaba también Raúl, un Raúl en franco declive que fue a ese mundial sobre todo porque Luis aragonés cedió a las enormes presiones de la prensa y de un amplio sector de nuestro fútbol.

En ese mundial no nos fue bien, Francia nos eliminó claramente en octavos de final; sin embargo, de ese fracaso surgió lo que después sería la gran selección española campeona de Europa y, por fin, del mundo. La baja forma de Raúl contrastaba con la proyección de un delantero magnífico, David Villa, y de la necesidad de elegir entre uno u otro surgió una brecha entre el técnico y el jugador que llevó a Aragones a tomar una de las decisiones más difíciles y acertadas –ayudó a ello que la Federación le comunicara que después de la Eurocopa de 2008 ya no contarían con él para ser seleccionador- de su larguísima carrera como entrenador: dejar a Raúl fuera de la selección y apostar por Villa como su delantero. A partir de ese momento, además, dio a Xavi Hernández la batuta de director de juego en el centro del campo para crear y organizar el ataque del equipo con un sistema basado en el talento y la velocidad, que explotaba al máximo las características de esa España. El resultado: campeones de Europa 2008 con Villa como máximo goleador del torneo y Xavi designado mejor jugador. La selección española tenía por fin un un estilo de juego basado en el control de la posesión y el dominio ejercido a través de centrocampistas de enorme talento futbolístico. Había nacido el tiqui–taca. Todo lo que sucedió después de esta gloriosa Eurocopa, el Mundial de Suráfrica y la Eurocopa de 2010, se lo debemos a Luis Aragonés.

Sin duda que con la marcha de Luis Aragonés el fútbol español pierde más que gana. En el recuerdo estarán siempre sus frases, sus polémicas con los medios de comunicación, sus particulares discusiones con los jugadores y su manera de entender este deporte al que dedicó toda su vida. A él debemos agradecer la apuesta por un fútbol que, ahora sí lo sabemos, era el que España necesitaba para ser por fin un equipo a la altura de sus jugadores.


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