Luter – Orilla

No seré yo quien despelleje el último trabajo de Luter, porque sería una falta de respeto tanto hacia él como a mí. El disco no cumple las expectativas que Luter nos ha acreditado a lo largo de su carrera, tanto en solitario como en Los Reconoces.

Mi madre dice que las compañías hacen mucho para el futuro de un niño. Las “amistades” que se ha buscado Luter para este viaje son nefastas por no decir otra cosa. Ruben Pozo (ex – Pereza), Isuko (un rapero que hasta el día de hoy no sabía de su existencia) y como no podía faltar el estomagante, ínclito licenciado Kutxi Romero (no se pierde una el notas).

Para seguir vareando el olivo me falta también decir que la guitarra acústica está haciendo mucho daño al rock. Orilla abusa en demasía y convierte varias canciones en una mezcla de cantautor canalla mientras se viste con las mejores galas de Fito y Fitipaldis. A lo mejor esto último es lo que Luter quiere desde que murió Los Reconoces. Yo aún sigo anclado ahí al igual que ese rechazo amoroso que nunca superas.

¿Vamos a contar algo bueno, no? 13 cortes que se grabaron en los estudios R-5 (Kolibrí Díez – Marea) en Navarra. El disco se ha llevado a cabo mediante el sistema Crowdfunding y editado por Rock CD. Lleva en el mercado una semanita y se vende única y exclusivamente online y en los conciertos.

El disco tiene verdaderas perlas donde Luter sabe recrearse y mostrarnos de lo que es capaz. Destacaría temas como: Entresijos y Gallinejas, Carta de ajuste, El momento adecuado, Paseo en bicicleta o Vox populi. Por benevolente diré que no me han gustado: Sobretodo las tres colaboraciones; Skyline, Misión a Marte y El mundo es como parece. Alguna balada ñoña de cantaurock que me sobra y un blues (El pan del superhéroe) que más que no gustarme me parece innecesario.

Para mí Luter es el único rockero que no nos engaña y sigue fiel a sus principios mostrándose tal como es y no vendiéndose a las radio fórmulas de mierda. Ni mucho menos que este disco sea una cagada y una mancha en el expediente de Luter, pero para mi gusto no está a la altura ni de Añicos o Ignora (sus dos anteriores trabajos en solitario).

Como dice mi madre, a mi hijo nadie le pone faltas y si lo hace tendrá que vérselas conmigo. Así que ya sabéis, al que se le ocurra ponerle un pero a Luter que se ande con cuidadito si no quiere que tengamos problemas. Por cierto que se me olvidaba, me ha encantado la carátula del disco.

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