Revista Libros

'Luz de libertad'

Publicado el 09 septiembre 2011 por Icíar

Luz de libertad
Escritor: Ismael Cruceta.
Libro del tercer trimestre del 2011.
Con este libro, inauguro una nueva sección que está dedicada a escritores noveles. Cada trimestre, cogeré del buzón, situado a la derecha de esta página, un libro de los que me hayan enviado. Lo leeré con toda la calma que merecen, y luego, como cualquier otro, figurará entre estos mil y un libros.
Diría que el libro “Luz de libertad”está estructurado en tres partes que mantienen muy bien la tensión. En la primera parte, ya desde sus primera líneas, el protagonista que es a la vez el narrador de la historia, nos reconoce cuál es su realidad interna, reconoce su apatía, y es que se siente muerto, y eso a pesar de tener todo lo que desde fuera pueda parecer brillante. En su presente, no sólo disfruta de una más que desahogada situación económica, también del prestigio del trabajo valorado. Es un actor de éxito, que desde siempre ha vivido el mundo de la interpretación como algo innato en él. Ha podido desplegar esas capacidades y hacerlas crecer, pero en cambio, hay otras que no, y eso le está asfixiando. En esta primera parte, nos va relatando cómo fue perdiendo la alegría, y ganando pesadumbre. Mucho tiene que ver una ruptura amorosa que de alguna forma se dejó escapar.
Se encuentra en esa “resaca profesional” que le hace replantearse su situación. Decide darse un tiempo en su actividad profesional. Puede hacerlo. Va a averiguar esa otra parte más emocional cerrada llena de interrogantes, hasta el punto, que como una herida mal curada, no deja crecer sobre ella otros nuevos sentimientos. Y aquí, ya entramos en la segunda parte, que a diferencia de la primera parte, no hay nada anticipado. Lo iremos averiguando conforme vamos leyendo páginas y páginas, lo cual, hace que se consiga crear en muchos momentos una expectación ansiosos de obtener respuestas.
Y luego en la tercera parte, ya escrita a modo de cartas o diarios, en la que intervienen varios personajes de la novela y de la que no diré nada. Aunque a mí es la que menos me haya gustado, no por la escritura, sino porque me ha dado la sensación de que se quería dar una trascendecia o 'inmortalidad', para mí algo excesivo. Pero esto va a gustos.
Lo que más me ha gustado y sorprendido del libro, es la carga psicológica de los personajes. En el sentido de que no se trata de una novela en la que exista exclusivamente una trama. No. Hay más. También hay una segunda lectura más psicológica, y eso, teniendo en cuenta, que el escritor cuando escribió este libro contaba con tan sólo 18 añitos, es muy de valorar. No diré que es perfecta, ni mucho menos, pero en bastantes ocasiones consigue además de disfrutar escuchándolo, también sorprenderte, que ya es mucho. Lo mismo sucede con bastantes descripciones de lugares como el viaje a Palma de Mallorca, que me quedé con la miel en los labios, o el ambiente recreado de la escuela de arte dramático, por decir algunos. Y es que tiene su interés, como por ejemplo cuando refleja el dejar de amar por un miedo a la pérdida. Es una emoción que turba no pocas relaciones, y lo explica así de bien:  “Iba (se refiere a ella) teniendo una actitud más triste, sonreía, pero una sonrisa triste, la cual se fue haciendo cotidiana, como una sombra que se va extendiendo hasta dejar todo en penumbra ….”.
Por otra parte no puedo pasar por alto que en la evolución del personaje, hay siempre algo permanente, fijo, estable. Algo a lo que poder asirse. Una referencia en la que apoyarse: la amistad, que si dijera que bien podría ser el verdadero tema de esta novela, no sería ninguna tontería.
En definitiva, creo que “Luz de libertad” se refiere a ese equilibrio en la vida que te permita vivir liberándote de esas autonegaciones que te van asfixiando poco a poco.
Me despido con uno de los textos, a modo de ejemplo: “Cuando la pesadumbre pasa de ser un estado pasajero a instalarse en mí, a sentir una frustración personal que me impide ser feliz, que me obstaculiza, a pesar del éxito y del dinero, es cuando más siento que un día, si de verdad existes, te olvidaste de mí, y me dejaste a mi suerte. Una suerte amarga que me ha envuelto de dinero tibio que no me reconforta, sólo me mantiene vivo en la espesa nieve, fría ...”


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