Revista En Femenino

Madre leona: por mi hija MA-TO

Por Titiroca

Antes de ser madre, había muchas cosas que me callaba y consentía por no pasar el mal rato de enfrentarme a nadie. Pero fue nacer mi pequeño bombón y dejar a Belén Esteban a la altura del betún con su mítica frase "por mi hija MA-TO". Sí, lo reconozco, soy una madre leona. ¡¡Yo por mi hija MA-TO!!

A pesar de tener carácter, siempre he evitado el enfrentamiento porque me resulta muy incómodo y me cuesta decir en ese momento todo lo que pienso de la manera que quiero. La mayoría de las veces acabo pensando " Mierda! Tenía que haberle dicho esto, esto y esto " o me altero demasiado y lo suelto todo de una manera demasiado brusca para la ocasión.

Vamos, que soy de las personas que en su cabeza se imaginan las discusiones de una manera completamente distinta a como luego suceden. Y siempre, bueno, casi siempre, acabo llorando de impotencia y rabia por no poder o saber mandar a la mierda a más de uno/a.

Madre leona: por mi hija MA-TO

Pero tras nacer mi pequeña bombón, sin darme cuenta, como si fuese algo inherente a la maternidad, he notado que ya no solo no me callo, si no que cuando algo no me gusta lo digo sin ningún tipo de miramiento y pongo límites. ¡¡ Benditos límites!!

Como si ella me diera la fuerza necesaria para no dejarme amedrentar ni pisotear por nadie y también por darle el ejemplo de no dejarse pisar por nadie porque ella no es menos que cualquiera.

Y si conmigo soy capaz de enfrentarme a situaciones que antes evitaba o me callaba por inseguridad no os quiero ni contar de lo que soy capaz por ella... ahí sale la madre leona con todo el carácter habido y por haber.

Las leonas representan la fuerza, la vigilancia y el instinto protector

Madre leona: por mi hija MA-TO

Y es que como note algún desprecio o feo hacia ella, alguna mala mirada o alguna mala intención, no me corto y paro los pies a quien sea, sin importarme la vergüenza, lo incómodo o quién sea quien lo diga. ¡No puedo evitarlo! Mi cabeza sólo piensa que no puedo consentir que le puedan hacer sentir mal y menos si estoy yo delante, su madre, la persona que debe cuidarla y protegerla ante todo.

Atrás quedó esa chica que evitaba los enfrentamientos. Como madre leona me transformo si hace falta en una macarra. Sí, algo incontrolable. Noto como se me revuelve todo por dentro, como si me estuviera transformando en Hulk y arraso por donde paso.

Madre leona: por mi hija MA-TO

Eso sí, para llegar a esto antes digo las cosas de manera educada pero, si no funciona, no tengo ningún miramiento en ponerme en plan madre leona y comerme a quien haga falta, porque a mi me podrán decir lo que quieran, hacer lo que estimen, pero a mi hija NO.

¿A vosotras os pasa lo mismo?


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