Madresfera Blogger's Day 2016: Memesfera

No tengo ni idea de cómo empezar. Es la misma sensación que me golpeó este sábado, cuando Joaquim Montaner leyó mi nombre en la tarjeta de "Paternidad". No sé si sabéis -y si no es así os lo cuento- este fin de semana pasado se celebró en el Hotel NH Hesperia de Madrid el evento Blogger's Day de Madresfera, con entrega de premios incluida. Pues sigo con la misma sensación. Aún me dura. No tengo ni idea de qué decir, más de "gracias". Llevo desde ayer intentando escribir sobre lo que vivimos el sábado, y hace hora y media que estoy con la pantalla de blogger en blanco. Se me agolpan imágenes, frases, caras, momentos... ese tipo de cosas que no se pueden expresar con palabras de la forma que uno querría.

Así que mejor resumirlo todo en un simple GRACIAS. No sólo por lo que me toca, que ya me supera, sino por el currazo que se pegó todo el equipo de Madresfera, con mi querida Mónica de la Fuente a la cabeza. Lograron que todos nos sintiéramos como en casa, aun sin conocernos entre nosotros la mayoría más que en las redes sociales y blogs. Las charlas y el fue genial, y el tener reunidas a más de 200 personas pasándolo en grande con tanta complicidad es increíble. Hasta se hizo corto. Lo complicado es a ver que inventan para superarse el año que viene.

Pero si algo quiero agradecer especialmente es todo el apoyo y soporte que Madresfera nos ha regalado a los Papás Blogueros. Ya era importante que hubiera una categoría en los premios para nosotros, pero darnos tanto espacio para integrarnos ha sido increíble, y yo personalmente no tengo palabras para agradecérselo lo suficiente. Dentro del programa se incluyó una mesa redonda de papás blogueros. Una charla amena, moderada por Eugenia Marcos, en la que participamos Adrián Cordellat (Un papá en prácticas), (Almuni.net), Joaquim Montaner (Papas Blogueros), y yo mismo. Una charla en la que hablamos de pichas -y del #EfectoPicha-, de paternidad, de compromiso, de pañales, de conciliación, de bajas de paternidad, padrazos y maternidad, de reducciones de jornada, y hasta del . Creedme si os digo que fue una experiencia genial, sobre todo porque sentí -sentimos, creo- el cariño de todas y todos. Y un ambiente amigable y empático, en el que estábamos muy cómodos a pesar de ser todo improvisado y empezar con los nervios desatados. Todo fue increíble.

Llegó la parte más lúdica del evento, la entrega de premios. Y con ella la sorpresa - sorpresas- de la jornada. Más espacio para los papás blogueros. Se arrancaron Carlos Escudero (Un papá como Vader), (Y papá también) y Daniel Benavides (Tang de Naranja) y se desató la locura. Todo un show, con música, buen humor, risas y sorpresas. Incluido un vídeo de los memes que utilizamos para hacer campaña en las votaciones. Lo de los premios lo voy a obviar, porque podéis ver todos los premiados y finalistas en la web de Madresfera. Pero quiero detenerme en la parte que me toca. Y es que al llegar el turno de la categoría de Paternidad, ocurrieron varias cosas que me gustaría comentar.

El mero hecho de tener un apartado para los padres con blogs es ya un premio. Llamadlo discriminación positiva, rareza necesaria, postureo, o como queráis. Pero creo que es importante que estemos ahí, por el simple hecho de que así normalizamos la presencia de los padres en todo lo que afecta a la crianza y la infancia, incluyendo los blogs. Por eso subimos todos al escenario, y por eso compartimos todos el premio. Los que estábamos allí, y los que no pudieron venir. Todos. Visibilidad es una de las palabras que más repetimos y repetiremos, con el objetivo de desterrar el #EfectoPicha, la carga micromachista que conlleva el calificativo padrazo, e impulsar la igualdad y la corresponsabilidad. Si además intentamos integrarnos y sumar, apoyándonos todos y aportando píldoras de buen humor y compañerismo, como me comentaba nuestra Mónica: "preveo tiempos divertidos por estos lares".

No voy a usar el comodín de no nombrar a nadie para que no se quede nadie fuera. Hay muchas personas, amigos y amigas, a los que me alegro la vida poder abrazar y besar por fin. Por fin he podido conocer a Carlos, eh, muchacho! Y a los increíbles Adrián y Diana os merecéis todo y más. A Mónica, a Rocío y al resto del equipazo de Madresfera. Y a Pau, a Fernando, a Sem, a Hamchi, a Manolo, a Serafín, a Daniel (te quiero, chaval), a David, y al resto de papás blogueros. A Mamen (¡eres la leche, muy muy #FAN!), a Abigail, a Mónica (te vi mareada, y sin casi conocernos charlamos como si fuéramos viejos amigos, ¡qué genial!), a Olga, a Sara, a Cris y a su pequeña Luna (y al resto de la familia), a Cristela, a Valle, a Lucía, a Divi, a Begochu, a Emilia, a Dácil (aunque fuera de refilón antes de irte), a Elena y a Ale, mis paisanas guapas, y al polvoroncillo, a Marisa (que viniste a buscarnos a Atocha y nos diste un tour por la Castellana), a Alba (gracias por dedicarme el libro y enhorabuena por la tesis), a Cata y sus tulipanes, a Isa (aunque al final no nos saludamos, nos vimos), a Vero ( zorionak, eres la caña), a Luz (me encantan tus tarjetas), a Marian, a Marta, a Ana (a Bebéfriki espero conocerlo algún día), a Mony y su estrella, a Uxua, a Vanesa (¿en serio tienes 3?), a Vero... Y sobre todo compartir y acompañar a Joaquim. Te quiero mucho, tío. Imposible recordar o nombrar a todo el mundo. Seguro que me olvido y dejo en el fondo del bolsillo -del pecho- a muchos y muchas, pero es que en días así es imposible racionalizar, memorizar, y recordar todo lo que pasó en el NH Hesperia de Madrid. Tanto que ni siquiera fui capaz de pensar en hacerme fotos con todxs los que me paré, aunque fuera un momento. Charlas interrumpidas para abrazar a alguien que te saluda, o alguien a quien te sorprendes al reconocer en carne y hueso, tras conocerlo en las redes tanto tiempo. Siento no poder acordarme de todo.

Hay una persona más a la que tengo que dar gracias, porque en realidad es la que da sentido a todo esto: la Maestra-Jedi, la mamá de mis padawanes. Todo esto, siempre, desde la primera entrada, hasta el último premio, foto, reconocimiento, o logro, sólo puedo dedicárselo a ella. Porque lo único que pretendo con todo esto es hacer feliz y hacer sentir orgullosa a mi mujer, a la madre de mis hijos.