Hay espacios secretos en Madrid. Muchos, ocultos al que no observa, por las prisas de una ciudad que no para. Y uno de ellos es Magot. Bajo la apariencia de una librería especializada en arte, Magot esconde un secreto: un salón repleto de la porcelana francesa más delicada, rara y difícil de encontrar de Madrid. Un pequeño tesoro para los que buscan algo muy especial.
Magot es como entrar en el salón de una dama francesa del siglo XIX. Los muebles blancos levemente barrocos exponen piezas de porcelana traídas de Francia o inglesas y alemanas del gusto francés. “Francia era el icono del buen gusto en los siglos XVIII y XIX”, explica Vivianne Loría, el alma de Magot. Y así, tazas, platos, compoteras, soperas, vajillas completas en colores vivos y decoraciones precisas se alinean hermosas en las estanterías, escogidas por Vivianne de brocantes, anticuarios de alta época “que manejan piezas de museo, incluso” y casas de subastas. Son piezas hechas a mano, con la “gracia de la que carecen los productos industrializados”.
La finalidad de Magot es ofrecer “objetos hermosos que nuestros clientes habrán de amar y que un día constituirán una valiosa herencia para alguien”. Son objetos que escogen con cuidado “pensando en ese alguien que un día los sujetará en sus manos y los mirará con el mismo placer con el que nosotros los seleccionamos”, afirma Vivianne.
Como Magot, Vivianne tiene una doble personalidad. Es historiadora del arte especializada en artes decorativas pero su carrera se desarrollaba en servicios editoriales. Sin abandonar estas labores de edición y teniendo como cara visible de su negocio la librería, Vivianne sabía que le faltaba algo en su desarrollo laboral. No había puesto en marcha todo el conocimiento que atesoraba sobre decoración y se volcó en lo que se ha convertido en su pasión.
Vivianne conoce las pastas, las manufacturas, los colores, las modas según la época. Sabe que el rosa era el color de moda en la época de sus vajillas, que los británicos “llevan la porcelana en la sangre” y por eso allí hay más producción, más fácil de encontrar y con piezas más cuidadas. “En Francia, las han disfrutado más”, me cuenta mientras me enseña la colección. Las piezas a la venta en su tienda sirven tanto para decorar un comedor como para utilizarlas y la gente viene a por regalos diferentes, para bodas o para eventos en los que quieren realzar una mesa. Pero los hay que vienen a su espacio porque son coleccionistas y saben que Vivianne tiene piezas de la manufactura de Sevres, la de la reina María Antonieta, con más de 200 años que son dignas de una exposición.
Y me cuenta que las vajillas de postre eran las más lujosas, que se compraban aparte y eran más caras. Me enseña azucareros enormes “porque eran para endulzar la fruta pelada” que se servía en historiadas compoteras. Estas mismas piezas servirían ahora para servir dulces o tartas en una mesa de celebración, dando un toque original.
La delicadeza de la tienda y su espacio expositivo la está haciendo muy cotizada para realizar eventos, cenas o presentaciones de artículos de moda. Pero siendo la porcelana más bella la protagonista del espacio, el último secreto está en el nombre. Magot significa macaco y hace referencia a unas piezas grotescas de porcelana francesa del siglo XVIII que imitaban budas chinos. Un nombre pretendidamente feo para un delicado y bello tesoro.
Los datos. Magot. C/ Monte Esquinza, 44. Tel: 91 355 15 74. Horario: Martes a viernes: de 13 h a 21 h. Sábados: de 11 h a 19h. [email protected]. Más información en el enlace
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