Mail con sabor a recuerdo

Por Dolega Martín 26 agosto, 2014 Momentos especiales 6 comentarios

Hola mancuerna, solo unas palabritas rápidas para decirte que Carmela se va para España a hacer un Máster en abogacía en la VIU. Ya sé que es un curso online y que solo las prácticas son presenciales, pero la chiquilla ha salido con la misma labia que la madre y me ha convencido de que es más práctico irse desde el principio para allá. ¿Te acuerdas de la vez que te convencí de irnos a dormir a Taboga para no tener que coger el primer barco de la mañana? Pues lo mismo.

Luego te escribo con más calma porque ando loca con los preparativos del viaje. Dale cobijo los primeros días hasta que se vaya a Valencia, cuídala como si fuera tuya, que ya sabe que tú eres mi representante exclusiva en tierras españolas y por favor mucho cuidado con los cuentos de juventud que le echas…

A pesar del enorme cansancio que tengo y del mareo por el olor a aguarrás para quitarme el barniz de las manos, se me pinta una enorme sonrisa en la cara a esas altas horas de la noche recordando las andanzas con mi Mancuerna (así nos llamaban en la universidad, porque siempre andábamos juntas)

Ella estudiaba derecho, se ve que iniciando la saga familiar, yo periodismo y ambas éramos una mezcla letal.

Cuantas historias y cuantas anécdotas juntas, pero sobre todo cuantas risas. Es realmente maravilloso cuando encuentras a alguien con tu mismo sentido del humor, con tu misma capacidad para reírse de sí misma sin complejos ni inseguridades y además es una gran persona. ¡Cuántos recuerdos en el corazón!

Y si la hija tiene la misma labia que la madre, la convencerá de lo que quiera, estoy segura.

¡Cómo pasan los años!

Ahora somos nosotras las que estamos “del otro lado del mostrador” preocupadas y vigilantes de nuestros retoños, ellos renegando de nuestros consejos y advertencias, convencidos que no sabemos nada de la vida juvenil porque ahora son otros tiempos…

Bueno pensándolo bien, mejor que la cosa se quede en que ellos crean que han descubierto la pólvora, que no es cosa de que las imágenes maternas se vengan al suelo de repente.

No te preocupes Mancuerna, que será cuidada y cobijada todo lo que haga falta, ya sabes que aquí tiene casa y comida segura. Ejerceré de representante tuya lo mejor que pueda, pero tampoco de forma muy estricta que la muchacha es joven y tiene derecho a divertirse, como diría una amiga abogada que tengo…

A ver si aprovechas que tienes a Carmela por acá y te pegas una pasadita por la madre patria que también tengo cama y comida para ti.

Cuando no estés en Valencia con la estudiante prometo enseñarte Madrid y alrededores, además como ya estamos mayores, las ideas locas se quedarán en meros proyectos y no como antes. Bastante tenemos con recordar tiempos pasados, aquellos que ya no volverán pero que siempre vivirán en nuestros corazones para arrancarnos carcajadas cada vez que vengan a nuestra mente.