Make Up For Ever: Face & Body y polvos sueltos HD

Me declaro una enamorada incondicional de Make Up For Ever. Y como fan confesa y devota que soy, muchos de sus productos se agolpan en mi lista de favoritos desde hace tiempo, en especial sus sedosas Aqua Creams y sus irresistibles glosses Lab Shine, que adoro por sus intensos y jugosos colores y por sus deliciosos aplicadores en forma de delicados cepillitos de seda, con los que consigo un resultado de gran precisión.
Por eso, cuando me entró el gusanillo experimentador y decidí que había llegado la hora de cambiar de base de maquillaje, no me lo pensé dos veces: la Face & Body de MUFE me tenía cautivada desde que probé un par de tonos de muestra, así que fue directa a la bolsa ese glorioso fin de semana en que, en pleno final de la cuesta de enero, Sephora decidió ponéroslo más fácil con su 25% de descuento en todos los productos de la tienda. Mi eterna y desesperante indecisión no tuvo ni que dudar, solo dejarse llevar por una arrebatadora muestra de desconocida impulsividad.

Feliz como una niña con zapatos nuevos, ese mismo sábado estrené maravillada esta base, que se ha convertido en un básico en mi vida y en mi neceser de batalla. Antes de hablaros de ella, quiero explicaros cómo es mi tipo de piel: tengo cuarenta años y la piel mixta, con zonas bastante sensibles y tendente a sufrir rojeces puntuales a causa de mis múltiples alergias. Para compensar, y porque no todo van a ser imperfecciones en esta vida, tengo pocos de los males restantes: pocas arrugas, pocas manchas y marcas, y cero patatero de acné. Me cuido bastante la piel con todo tipo de mejunjes, así que he conseguido un cutis bastante unificado y con aspecto sano. Con esto queda claro que mis necesidades se reducían a una base que no me aportara grasa y que tuviese una cobertura entre ligera y media, suficiente para cubrir unas pocas imperfecciones, pero sin crear un aspecto pastoso ni artificial.
Si vuestras necesidades son similares a las mías, no lo dudéis: esta es vuestra base. Ultraligera, hidratante, no comedogénica, oil free, resistente al agua… una base que refleja la luz de forma mágica, difuminando las arrugas y aportando un aspecto jugoso, luminoso, radiante y, sobre todo, tremendamente natural.
Textura y aplicación: compuesta por un 80% de agua, esta base fluida tiene una textura en gel sencillísimo de aplicar. Yo lo hago con un pincel plano de Peggy Sage y consigo un resultado increíblemente uniforme, sin pegotes, ni rayas, ni sensación de piel parcheada, ni cuarteada en las zonas más secas. Perfecto. También he probado a aplicarla con los dedos, y el acabado es igualmente bueno. Si sois novatas en esto de las bases, esta os irá genial para probar, ya que es prácticamente imposible aplicársela mal. Es imprescindible agitarla bien y tiene la ventaja, al menos según mi experiencia, de que no se separa.

Acabado: el acabado que deja es extremadamente jugoso y luminoso, pero sin dejar la piel brillante, ni siquiera en la zona T, que es la que más miedo me da siempre que estreno una base. El primer día salí armada con mis papeles matificantes en el bolso, pero, para mi gran alegría, no me hicieron falta.
Cobertura y duración: como ya os comenté, la cobertura es más bien ligera, por lo que no resulta muy recomendable para pieles con muchas imperfecciones, ya que no las cubre, simplemente las disimula. Como mucho, se consigue una cobertura media. Pero por otro lado, al ser tan ligera, no se queda marcada en las arruguitas y las líneas de expresión, que es un efecto que aborrezco. Prefiero que se me note un granito que llevar líneas excesivamente marcadas por efecto de la base. Lo que sí consigue es que el tono quede maravillosamente unificado. La duración es bastante buena, de unas 5 ó 6 horas y, al menos en mi caso, la base va desapareciendo de forma bastante uniforme, sin dejar parches. Además, a pesar de ser resistente al agua, resulta muy fácil de desmaquillar.

Otro punto a favor es, precisamente, esa resistencia al agua y al sudor, una cualidad que, junto con su apariencia ligera y su textura prácticamente invisible, la convierten en una base bastante apta para el verano. Tengo pendiente utilizarla en el cuerpo más adelante, cuando el sol decida instalarse para largo y podamos empezar a destapar, al menos, piernas y brazos.
Hidratación: una cualidad que acabó de convencerme para elegir esta base es su alta capacidad de hidratación. Según la web de MUFE, la piel está un 37% más hidratada una hora después de la aplicación y otro 17% adicional a las dos horas.
Ingredientes: además del 80% de agua, la web de MUFE destaca entre los ingredientes de esta base la glicerina, la manteca de mango, una lista de pigmentos con propiedades hidrofóbicas y una única silicona, el ciclopentasiloxano, que no debería dar problemas por tratarse de un aceite de silicona volátil que se evapora al entrar en contacto con la piel, dejando una agradable sensación aterciopelada, pero sin obstruir los poros. Por eso, esta base es ideal para utilizarla a diario.

Presentación: se presenta en un envase de cristal de 50 ml, con un dosificador cubierto con un tapón de plástico. El cristal es grueso y pesado, por lo que el envase no resulta muy práctico para llevar de viaje y, mucho menos, para llevar en el bolso. Pero, en fin, no se le puede pedir todo.
Tonos: Existen 19 tonos que podéis ver en la web oficial de MUFE aquí. Por si os sirve de orientación, yo soy NC25 y utilizo el tono 32.
Precio: 37,50 €
Fruto del mismo arrebato consumista y del hipnótico efecto del descuento del 25%, añadí a la cesta un botecito de polvos sueltos HD Microfinish de la misma marca para que sirvieran de acompañamiento a la base. Gran error.

Los polvos en sí son una maravilla, extremadamente finos y delicados, dejan la piel suave, sedosa y aterciopelada y tienen una buena duración. Son 100% minerales (polvo de sílice), sin rastro alguno de talco, por lo que no resecan la piel. Pero, qué queréis que os diga, no consigo librarme de la sensación de que reducen el tono de la base y dan un aspecto demasiado mate y plano a mi piel. Quizás sea simplemente que estoy ciegamente enamorada del jugoso acabado de la Face & Body y que cualquier cosa que lo modifique mínimamente me hace exclamar vade retro satana.
Así que, el otro día, salí muy ufana a la calle sin polvos matificantes. Estuve pocas horas, pero pude comprobar que el acabado de la base no se alteraba demasiado y no me salían brillos. Y mi acabado jugoso seguía ahí. Creo que voy a seguir experimentando y, si confirmo el resultado, descartaré definitivamente el uso de polvos con esta base. Así también será más fácil retocarla. Aunque cualquiera la lleva en el bolso, con lo que pesa...
¿Y vosotras?, ¿habéis probado esta base?, ¿soléis utilizar polvos matificantes?