Revista Cultura y Ocio

"Malena es un nombre de tango."

Publicado el 13 septiembre 2013 por Manuel Lombo @manuellombo

Magdalena Nile del Río vino al mundo en uno de los barrios más castizos de Buenos Aires, en el de San Telmo, el 26 de Diciembre de 1910. Su padre, Antonio Nile, gibraltareño, era un guitarrista consumado y su madre, la española Rosario del Río aunque no pudo dedicarse a ello profesionalmente (impedimentos de la familia que no lo veían con buenos ojos) gustaba y valía para el cante y el baile.
Quizá por criarse en un ambiente tan proclive para ello, porque en ningún momento sus padres impidieron lo contrario, la pequeña Malena (como la llamaban sus familiares y amigos) rápidamente se vio atraída por la música y la interpretación. Sus condiciones eran innatas, además, era como una esponja siempre ávida por aprender y mejorar. De hecho, esa fue una de sus obsesiones a lo largo de toda su vida: aprender, conocer…para ella la cultura era fundamental como en alguna ocasión llegó a confesar y como recoge Pedro Manuel Víllora en las memorias que escribió sobre ella y que llevan por nombre: “Malena Clara”:
“La cultura lo es todo y sin curiosidad y ganas de conocimientos, es imposible progresar y desarrollarse como artista y como persona, puedes a lo más, ser un artista intuitivo, pero tu arte puede acabar cuando termine tu intución, e incluso esta necesita alguna base a la que acogerse.”

Se le puede considerar como una “niña prodigio” puesto que su debut ante el público se dio el 15 de Marzo de 1916 en un festival benéfico que se realizó con motivo del naufragio que sufrió el “Príncipe de Asturias” en Brasil y en el que perecieron 300 personas. La niña no pasa desapercibida en esa actuación en la que canta y baila acompañada de la guitarra de su padre y en seguida la gente le pone el sobrenombre de “La petit Imperio” (por la gran Pastora Imperio) y se embarca toda la familia en una gira que les lleva a recorrer Argentina, Chile, Bolivia…
Es precisamente en su estancia en Bolivia que cuenta Imperio en sus memorias que se quedó prendada de cómo cantaba en quechua una de las criadas a las que conoció, en especial le entusiasmó una melodía que con el tiempo pasó a Ernesto Halffter (músico español considerado como el único pupilo de Manuel de Falla) para que la armonizara y de ahí surgió su conocido “Canto Inca”.

Y  la gira continuó hasta llegar a Lima donde conoció al que sería Premio Nobel de Literatura en 1922, Jacinto Benavente a quien siempre le estuvo muy agradecida por dos cosas que hizo por ella: una fue la de convencer a sus padres para que se trasladaran a España y la segunda, crear su nombre artístico:
“Te voy a dar una sorpresa, a ver si te gusta. Lo mejor que puede llamarse esta niña es como mis dos pasiones artísticas: Pastora Imperio y Antonia Mercé, La Argentina. Canta tan bien como una y baila tan bien como la otra; por tanto, que se llame Imperio Argentina.”

Tiempo después la familia partió con destino a España.
Llegada a España:
En España siguió preparándose asistiendo a clases de canto y danza, es en esta época que la pequeña empieza a profundizar en los tangos, llegando a ser una gran intérprete de los mismos. Pero las cosas no fueron del todo fácil al principio; de ser “La petit Imperio” en Argentina, conocida y reconocida por todo el mundo pasó a comenzar de cero en el país de su madre. Fue gracias a una oportunidad que le dieron en Salamanca, en el Liceo (donde en principio le contrataron para dos días, acabando por prorrogarse el contrato a nueve semanas más) que todo volvió a resurgir. De ahí debutó en el Teatro Romea sustituyendo a “La Niña de los Peines” y es precisamente el éxito cosechado en este Teatro el que lleva a que el director Florian Rey se fije en ella para protagonizar su película “La hermana San Sulpicio”, primera incursión en el cine de Imperio y que no sería la última, de hecho, el haberse dedicado al cine tanto hizo que grabara menos discos que otras artistas. Según han reconocido algunos de sus compañeros, si no se hubiera dedicado tanto al séptimo arte, su reconocimiento como cantante hubiera sido mucho mayor.

Escena de "La hermana San Sulpicio"

Es precisamente el binomio Imperio Argentina/Florian Rey el que hace que el cine español comience a vivir una época dorada, coincidiendo con el inicio del cine sonoro de hecho, “La hermana San Sulpicio” es una versión muda.
Siempre reconoció Imperio deberle todo a nivel profesional a Florian, fue gracias a él que se convirtió en la actriz más importante del cine español. Junto a él llevaron al cine obras como “Nobleza baturra” y “Morena clara” que en principio sólo estaban concebidas para hacer en teatros y que, a pesar de las reticencias iniciales de aquellos que no estaban seguros de que pudieran funcionar en la gran pantalla, inmediatamente se convirtieron en todo un éxito.
Una curiosidad de la “Morena clara” original es que el tema “El día que nací yo” no se cantaba sino que se recitaba por parte de la actriz Carmen Díez. Es precisamente en esta película donde se encuentran algunas de las composiciones más emblemáticas de Imperio como la anteriormente mencionada “El día que nací yo” o “Echale guindas al pavo” y “Falsa moneda”.



Estancia en Alemania:
La fama de Imperio había subido como la espuma y no había proyecto musical o película en la que no se quisiera contar con ella, tanto así que fue contratada en Alemania para rodar cine. En principio la intención era que protagonizara una película sobre la bailarina y actriz Lola Montes.
Mucho se ha escrito sobre el supuesto enamoramiento que pudo sentir Hitler hacia Imperio pero según confesó ella en sus memorias, eso era incierto. El estaba obsesionado por la figura de Lola Montes y puesto que tras ver las películas “Nobleza baturra” y “Morena clara” quedó convencido que nadie mejor que Malena para interpretar a la artista es por lo que mostró tanto interés llegando incluso a no reparar en todos los gastos necesarios para que el proyecto saliera adelante (Imperio y Florian se desplazaron a Paris donde había un museo en el que se recogía la figura de Lola Montes; con tal de conocer bien al personaje, la ambientación de la época…) pero no salió. La película que sí llegó a rodarse en Alemania (a caballo con España) fue “Carmen la de Triana” otro de los grandes éxitos de la pareja formada por el director y la artista. En ella se interpretaban temas tan conocidísimos como: “Las piconeras”, “Triana” y “Antonio Vargas Heredia”.

Como sucede en todo rodaje, espectáculo…las anécdotas se suceden y en este caso no iba a ser menos. En los comienzos del cine sonoro no existía la posibilidad del doblaje así que lo que se hacía era rodar la misma película en varios idiomas y con un equipo artístico y técnico diferente en cada una de ellas. En su afán de superación, de trabajar, de hacer cosas nuevas, Imperio impuso que ella grabaría no sólo la versión española de “Carmen la de Triana” sino la alemana, llegando a rodar “Antonio Vargas Heredia” en dicho idioma. “Una locura” según recogen sus memorias puesto que la experiencia fue entre otras cosas, agotadora, por todo el tiempo invertido, el hecho de rodar con distintos equipos técnicos, distintos criterios de cada director…lo que se vió recompensado con el éxito final tras el estreno.

La experiencia alemana finaliza cuando estalla la conocida “Noche de los cristales rotos” y comprueba el horror y barbarie en primera persona.
Nuevos tiempos:
Tras el rodaje de “Carmen la de Triana” rompe su relación con Florian Rey y a partir de entonces su carrera, especialmente en el cine, comienza a resentirse. Rueda otras películas como: Tosca (en italiano), Bambú (en la que coincide con Sara Montiel y que supone el debut de Nati Mistral, quien luego con los años sería una de sus últimas compañeras encima de un escenario, durante el espectáculo “Azabache”)…pero ya no volvió a cosechar el éxito anterior.
Llegan nuevos tiempos, se aleja del cine, de los discos y se centra más en los recitales de radio y giras de conciertos por todo el continente americano.
En 1962 tras el que iba a ser un homenaje a título póstumo a Florian Rey en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en el que se vuelve a visionar entre otras, la película “Carmen la de Triana”, comienza un nuevo resurgir de Malena: giras, conciertos, homenajes y la película “Con el viento solano”, que rodó en 1966.
No es hasta 1986 que vuelve al cine con “Tata mía”, el motivo de estar tanto tiempo alejada de las cámaras (las cinematográficas solamente puesto que su trabajo fuera de la gran pantalla no cesó) fue la conocida época del cine del “destape” en el que Imperio no estaba en absoluto interesada puesto que consideraba que los guiones que le ofrecían eran de muy baja calidad.
Se sucedieron los homenajes…hasta que en 1992 llegó “Azabache” espectáculo que supuso para ella una segunda vida, la posibilidad de revivir y volver a hacer lo que siempre había querido. También sirvió este espectáculo para acercarla al resto de compañeras. Recoge Martin de la Plaza en el libro “Imperio Argentina. Una vida de artista” que aunque con Nati Mistral mantenía una cordial amistad desde hacía muchos años, no sucedía lo mismo con Juanita Reina con la que había coincidido muy poco y muchísimo menos con Rocío Jurado con quien no se llevaba especialmente bien y con la que tuvo sus más y sus menos en los inicios de “Azabache”. Fue precisamente a raiz de tratarse en este espectáculo que surgió entre ellas una profunda admiración y amistad.

El elenco de "Azabache" al completo


En cuanto a su vida personal…no fue fácil, en absoluto. Quizá influyera en ello su tremendo carácter, el anteponer el trabajo a otros aspectos de su vida…quien sabe, el caso es que, a pesar de las desgracias que vivió, todo aquel que la conoció destaca su carácter luchador, vital, alegre…
Y es que ella mantenía que: 
“De la tragedia no se puede hacer tragedia toda la vida”; “He visto el horror, pero sé también que hasta el peor horror puede ser superado…”

y aunque no lo tuvo fácil y que, como dijo de ella su amiga la actriz Elena Salvador
“Que solos se quedan siempre los amados por las multitudes.” 

supo “hacer de tripas corazón” y sobreponerse a todo hasta que el 22 de Agosto de 2003 su casa de Benalmádena, en la calle que llevaba su nombre se hizo el “Silencio”.

“Silencio en la noche,
ya todo está en calma.
El músculo duerme,
la ambición descansa…”


Pero los grandes nunca se terminan de ir, dejan una herencia muy importante: su personalidad y su trabajo. Herencia que con posterioridad otros han ido recogiendo y recogerán, transmitiéndola con su propia forma de hacer como es el caso de Manuel y "Antonio Vargas Heredia", uno de los temas de los que habitualmente no prescinde en sus conciertos  y que precisamente interpreta en el concierto homenaje "Azabache, 20 años". Concierto que pone el broche de oro a la gira de más de un año que ha ido recorriendo exitosamente distintos puntos de la geografía española este Sábado día 14 de Septiembre en la ciudad de Barcelona en un L´Auditori con las entradas agotadas por segunda vez. Pero de lo que ha sido esta gira ya hablaremos más adelante, de momento, disfrutad del tema "Antonio Vargas Heredia" en la voz de Manuel Lombo. 
Nos leemos pronto...


Como siempre, indicar las fuentes de las que hemos bebido, en este caso en concreto, de los libros:
  • "Imperio Argentina, una vida de artista" de Martín de la Plaza
  • "Imperio Argentina, Malena clara" de Pedro Manuel Víllora.
Feed de la entrada

Volver a la Portada de Logo Paperblog