Revista Economía

Malos tiempos para 'lo público'

Publicado el 10 diciembre 2012 por Formación Y Control @FyControl

¿El gran cambio? La ruptura entre los políticos y los funcionarios

Miras el mar. No hay oleaje. Pero los marinos de la zona te advierten: 'cuidado, esta zona es muy peligrosa por sus corrientes'.

Los acontecimientos de portada, son las olas. Pero lo que de verdad cambia una sociedad, son las corrientes subterráneas. Franco cayó gracias a los biquinis de las suecas, Corea del norte no acepta turismo, sabe bien que cualquier ventana abierta se convierte en corriente incontrolable.

La transición española se realizo mediante el acuerdo de dos colectivos: Políticos y Funcionarios. Los primeros eran jovenzuelos recién llegados de la clandestinidad (una clandestinidad muy light, pero a nosotros nos parecía peligrosísima). Los segundos, tenían en sus manos la palanca de la gobernabilidad. Unos y otros se aprovecharon de la situación, los funcionarios se metieron a políticos, los políticos a funcionarios, los unos ganaron en retribución y perspectivas, los otros en seguridad cuando les vencía el periodo, y los dos contentos.

Ahora ya no. Los políticos “han traicionado” a los funcionarios. Malas son las parejas donde el divorcio es traumático, porque entonces los demás nos enteramos de los males y fallos del uno y del otro. Y así está pasando. Y así seguirá pasando, porque la reducción de personal de las Administraciones no ha hecho más que empezar.

Curiosa guerra que está haciendo que la aparente guerra PP-PSOE, se esté convirtiendo en el PPSOE contra los demás. Pero es un combate positivo. La Administración goza de empleo fijo única y exclusivamente para que pueda ser independiente de la clase política. Cuando esa condición se pervierte, como se ha hecho, se convierte en algo perjudicial. Necesitamos funcionarios que gestionen el día a día de manera profesional, y para eso les blindamos. Si no lo hacen, el blindaje se convierte en privilegio de casta. Si este conflicto lleva la relación hacia lo que debe ser: el político marca el camino y el profesional (funcionario) lo anda, será magnifico. Para ellos. Y para el País.


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