Revista Psicología

Manejo de los conflictos: personalidad conflictiva

Por Mundotlp @MundoTLP
Para completar esta serie de artículos, en esta ocasión nos centraremos en los mecanismos que favorecen la aparición de los conflictos. Manejo de los conflictos: personalidad conflictiva
Existen personas que por sus esquemas para valorar el mundo tienden a mostrar bastante intransigencia ante determinados acontecimientos, conductas de otros, errores… Consideran que hay cosas que deben ser de una determinada manera, y punto. Son personas que tienden a obtener bastante reconocimiento por tener las cosas muy claras y defenderlas ante otros.A veces produce envidia ver la seguridad que transmiten al defender sus ideas. Por otra parte estas mismas personas tienden a generar con más facilidad que otras conflictos.Cuando no están de acuerdo, y lo manifiestan, no suelen hacerlo de una manera relajada. La tendencia es a hacerlo con tintes de rabia e indignación. En sí misma esta manera de ser no es ni buena ni mala, digamos que es una más. En cualquier caso, las personas que se vean reflejadas en esta descripción tendrán que valorar si el beneficio de entrar con frecuencia en, compensa el coste emocional. A priori la respuesta es: “que remedio, las cosas son como son. No quiero ser un pasota, alguien sin sangre en las venas”. Creo que para defender nuestras necesidades, mostrar disconformidad, etc., no es necesario cargarse de argumentos que nos hagan estallar, bastará con estar dispuesto a convivir con el malestar de otros cuando expresemos desacuerdo.Conflictos. Una persona que tiende a valorar lo cotidiano en dos categorías (bueno y malo, por ejemplo), fácilmente se centra en argumentos que le afianzan en sus creencias: valora si algo es justo o no, y da rápidamente por hecho que los demás debieran ver las cosas del mismo modo. Verlo así genera malestar y siendo así es sencillo pensar que los demás acabarán entendiendo qué es lo correcto si insistimos lo suficiente. El problema es que la percepción de lo justo es, muchas veces, totalmente subjetiva. Depende mucho de la educación, habilidades, miedos, inseguridades… de cada uno. Así pues, no dar por hecho que los demás acabarán entendiendo, será un buen punto de partida para defender nuestras ideas. De esta forma no nos desesperará fácilmente que los demás actúen justo al contrario de como a uno le parecía adecuado. Otro mecanismo que nos favorece defender nuestras ideas y malestares es el de construir realidades alrededor de frases como:”si fueras un verdadero amigo, me habrías llamado”, “si me quisieses, no me pedirías esto”. Estás frases crean premisas que conducen sí o sí a enfadarnos, distanciarnos o imponernos para buscar resarcimientos. Nos afianzan en pensamientos del tipo “esto es lo justo”, y una vez más aumentan las posibilidades de saltar ante los otros.Sin necesidad de dejar de ser como cada uno es, se pueden moderar las intensidades de las emociones si uno aprende a valorar ciertos aspectos de la psicología humana. Además, aceptar que por muy lógico que a uno le parezca, los demás no siempre verán las cosas igual, aportará bastante calma y permitirá hacer esfuerzos más realistas por defender nuestros puntos de vista.Conflictos, ¿le ha parecido interesante este artículo? pinche en los iconos de las redes sociales y compártelo con sus contactos. GRACIAS!!!http://elmundotlp.blogspot.com/es

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