Maneki-neko

Cuando de vicios se trata soy la más inexperta. No fumo, no tomo alcohol, no como comida chatarra, no me gusta el juego. La lista podría ser infinita, mi entera vida tranquila se basa en que nada me saque de mi sensación de control.
Lo único que podría considerarse necesidad inexplicable son los tatuajes. Y lamentablemente todo el mundo adulto me lleva la contra: porque parezco un animalito, porque mi piel es linda sin dibujos, porque que voy a hacer cuando me arrepienta; asi que me convierto en la mina de tatuajes. Las mamas de la escuela no me hablan y le tomo un año a mis compañeras de curso acercarse a mi y hacernos amigas (menos a las mas jóvenes, claro esta).
No hay nada que me ofenda más que cuando me dicen “sos una chica linda para hacerte esas cosas”. Como si automáticamente me salieran verrugas y mi piel se pusiera verde como la de Shrek por una simple modificacion (para la cual nunca les pedi permiso, btw). Que te digan eso es como que digan “sos mas linda sin maquillaje” o “si yo fuera rubia no me cambiaria nunca el color de pelo!”. Estas cualidades, maquillaje, tatuajes, pelo rosa,  son parte de mi personalidad. No puedo cambiar la forma en la que nací, la forma en la que me hicieron mis papas, pero si puedo agregarle lápiz labial rojo y tinta colorida.
De esta manera, cuando me alagan en ese sentido, en realidad me están diciendo “para una persona que saco la lotería genética, tu personalidad es verdaderamente una cagada”.

Todo esto para contarles que tengo tattoo nuevo.