Manos de Topo es una de esas bandas que nunca he soportado. Como muchos de sus detractores, lo que no soporto es su voz, ya que musicalmente me parecen interesantes, y tienen letras antológicas.
Como soy así de persistente, me he puesto a escuchar este tercer trabajo, y tengo que decir que aunque la voz sigue siendo insoportable, parece que han suavizado un poco el tono llorica. Gracias a esto, su propuesta es más disfrutable y nos podemos fijar más en su música sin que esa estridente voz se meta por medio. Y es que la coña no va durar eternamente.
Para este tercer trabajo han contando con The New Raemon en la producción, y como ya he dicho antes, suena bastante bien y su música es de lo más interesante. Y es que su rollo de hacer canción melódica pasada por la batidora del indie-pop es una propuesta chula, y en algunos casos bastante original. Lo malo es que siempre volvemos al principio: la jodida voz estridente que se come todo, y a la que cuesta acostumbrarse.
Para los que parece que ya lo estamos – yo creo que ya me puedo incluir en este grupo –, este disco puede resultar tremendamente aditivo. Es tal el nivel de dramatismo de canciones como Mentirosa (en las fotos nunca metes barriga, no es verdad, mentirosa), Tus Siete Diferencias, Tragedia en el Servicio de Señoras (contrabando de bolas de nieve, qué difícil es ser sexy en navidad) o Maquillarse un Antifaz (como aparentar tranquilidad, si nunca más te veré desnuda), que uno ya no sabe si se encuentra ante una coña, o es que realmente les va la canción melódica más que a Julio Iglesias. Da igual, sea por lo que sea, tras un par de escuchas, uno ya no se las puede quitar de la cabeza.
Creo que es un buen trabajo para los que hasta ahora no hemos soportado su música, y con el que pueden ampliar su público. Conmigo lo han conseguido.
7,5
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