Dicen
—yo no sé si es cierto—
que Marcos Ana
poeta y preso
escribía versos clandestinos
con tinta, aguja y papel de fumar.
Dicen que volaron esos versos
desde el penal de Burgos
hasta los ojos y las manos de Neruda.
Marcos Ana;
veintitrés años poeta y preso
que dejaba de escribir al escuchar
acercarse los pasos de su carcelero.
Tenlo en cuenta
la próxima vez que tú o quien sea
pretenda poner barrotes
a lo que tan solo es cielo.