Revista Salud y Bienestar

Margarinas: no hay que preocuparse por los aditivos ni por las grasas hidrogenadas

Por Moiseschacon @nomasaditivos

Esta semana voy a revisar un producto que ya abordé en junio de 2013: la margarina. Se trata de una alternativa vegetal a la mantequilla que cuenta con defensores y detractores. Según el consenso generalizado, ninguna de las dos opciones es sustancialmente peor ni mejor que la otra. Ambos son alimentos muy grasos y, por lo tanto, desaconsejados para un consumo frecuente, pero tampoco hay porqué desterrarlos de la dieta de una persona sana, tal y como recomienda la OCU.

¿En qué se diferencian entonces? Básicamente en que la mantequilla cuenta con gran cantidad de ácidos grasos saturados, mientras que la margarina aporta menos grasas de este tipo (las más desaconsejables para la salud cardiovascular), y está compuesta por ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados (más beneficiosos que los otros). Pero, insisto, ninguno de los dos productos es idóneo para ser consumidos a diario.

Pero, ¿qué pasa con las tradicionales grasas hidrogenadas y grasas trans de las margarinas? La buena noticia es que solo 3 de los 35 productos comparados (en color morado) declara utilizar ácidos grasos parcial o completamente hidrogenados que, en muchos casos, son precusores de las grasas trans. Parece que los fabricantes se han dado cuenta del rechazo que genera en los consumidores estas grasas y han ido disminuyendo su uso en las margarinas. Incluso supermercados Lidl tiene publicado en su web su renuncia a utilizar estas grasas en sus productos de marca blanca. Esta es la la tabla comparativa que he elaborado con las margarinas:

En general no está mal la cosa. Queda claro que, al igual que hace casi 2 años, es imposible encontrar una margarina con menos de 4 aditivos. Aunque éstos sean inocuos, a mí me parecen demasiados. Al menos podrían dejar de usar el colorante E-160a, carotenos, ya que no aporta nada más que el tono amarillo de la margarina, supongo que para parecerse a la mantequilla. La verdad, me parece absurdo.

Otra conclusión es que ninguna marca se libra del aceite de palma, coco o palmiste, fundamentalmente porque, al ser más ricos en ácidos grasos saturados, permiten lograr esa textura semisólida propia de la margarina. Precisamente por ese mismo motivo resultan menos recomendables para la salud. Las marcas con menos proporción de estas grasas y con mayor porcentaje de girasol son las que han tenido que recurrir a la hidrogenización total o parcial del aceite para lograr esa textura untable.

Pues bien, los productos más recomendables son la marca Flora tradicional, y dos variedades de la marca blanca de Aldi, Vitareform; concretamente la enriquecida con Omega 3 y la enriquecida con fitoesteroles para reducir el colesterol (la equivalente a Flora Proactiv).

Las que vienen a continuación en la tabla ya añaden el conservante E-202, sorbato potásico, que en casos poco frecuentes puede generar reacciones alérgicas. No es algo como para preocuparse, pero yo prefiero evitar los conservantes si tengo elección.

Al final de la tabla aparecen algunos aditivos en color rojo. Concretamente:

  • E-385, etilendiamino tetracetato cálcico disódico (EDTA). Se trata de un secuestrante de metales que, precisamente, se suele utilizar como tratamiento en caso de envenenamiento por metales pesados. En dosis muy elevadas puede evitar la acción correcta del hierro y otros metales en el organismo, aunque es improbable alcanzar estas dosis a través de la alimentación. Lo que ocurre es que las depuradoras de agua no lo descomponen, por lo que puede llegar a los cultivos y provocar la fijación de los metales pesados contaminantes. En cualquier caso, es un aditivo fácilmente prescindible.
  • E-476, polirricinoleato de poliglicerol. Este emulsionante puede generar alguna reacción alérgica por modificación de la permeabilidad de la pared intestinal. De otro lado, experimentos con animales revelaron un aumento (reversible) del volumen del hígado y de los riñones, en dosis elevadas. Su IDA (ingesta diaria admisible) es de 7,5 mg. por kilo de peso corporal, pero según los hábitos alimenticios de cada persona no es difícil superar ese límite máximo recomendado (por ejemplo, tomando mucho chocolate en tableta). Existiendo otros emulsionantes que no son sospechosos de efectos perjudiciales, mejor evitar este aditivo.

Por último, no quiero dejar escapar la oportunidad de poner en evidencia (una vez más) las técnicas engañosas de márquetin que ponen en práctica algunas marcas. Por ejemplo: Flora Oliva, con una bonita imagen de aceitunas y aceite de oliva en el etiquetado, en realidad contiene aproximadamente un 16,5% de aceite de girasol, 8% de oliva, aproximadamente 7,9% de linaza y 7,6% de aceite de palma. Es decir, que tendría que llamarse "Flora Girasol" con más motivo que "Flora Oliva". Sin embargo, le ponen el apellido "oliva" porque así atraen a más consumidores y pueden vender el producto a un precio mayor. Algo parecido ocurre con la de "oliva" de Carrefour.

Para cerrar el tema de la margarina: me quedo con Flora (normal), Vitareform Omega 3 o Vitareform Aktiv (ésta exclusivamente para quien desee bajar sus niveles de colesterol).

Fuentes:
- " ¿Veneno en su plato?". Editado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
- " Guía completa de aditivos alimentarios".
- " Tabla de aditivos. Los números E "


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