Revista Opinión

María Frisa, perseguida por la ignorancia

Publicado el 29 julio 2016 por Elblogderamon @ramoncerda

Hace algún tiempo que me comprometí conmigo mismo a difundir en este blog todos los intentos de prohibir libros, y no para apoyar su prohibición, sino para todo lo contrario. Ningún libro tendría que ser prohibido nunca; ya ha habido demasiados libros quemados en la hoguera en el pasado. Opiniones sobre el libro, que cada cual diga la suya y lo recomiende o no, pero que nadie pida la retirada del mercado de un solo libro porque eso dice mucho y malo de él (de quien lo pide, no del libro). El mercado es libre y nadie está obligado a comprar o leer libros. De hecho, lo de no leer libros, es algo que mucha gente se toma muy en serio y lo sigue a rajatabla año tras año. Y no es ningún problema; es una libre elección, como la de ir a ver el fútbol o no verlo, como hago yo (lo de no verlo, quiero decir). ¿Por qué tendríamos que obligar a nadie a leer libros? Odiaría a quien me quisiera obligar a mí a ver el fútbol. La contrapartida que se pide es que nadie exija la retirada o prohibición de ninguno. Hoy voy a hablar del acoso que está sufriendo María Frisa, autora de libros infantiles.

María Frisa perseguida en las redes por sus libros infantiles

#maría frisa

María Frisa, perseguida por la ignorancia

¿Podemos quizá estar hablando de Policía del Pensamiento? Atacar libros en un país donde se lee poco y casi la mitad de la población no ha leído un solo libro en el último año, parece estar convirtiéndose en el deporte nacional. Es un hartazgo lo «políticamente correcto» y las continuas peticiones de prohibir todo aquello que no nos gusta.

Vivimos en una país y una época de total estupidez y de falta de criterio. Cuando alguien tiene criterio propio sabe lo que le conviene y lo que no, y no necesita de prohibiciones para alejar de sí aquello que no le gusta. Pero claro, es mejor salir a cazar Pokémons que leer un libro (cualquier libro).

Creo que, más que dar mi opinión sobre estos temas, que mis lectores ya conocen, será mejor que transcriba unas palabras de la autora sobre lo que está sucediendo [entre corchetes hago algún comentario mío]:

Me siento consternada por la virulencia de las críticas que estoy recibiendo y por la petición de retirada del mercado de mi libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio.

Como madre y autora de libros para jóvenes, estoy enormemente sensibilizada con la educación infantil y juvenil. Lo que estos últimos días han reflejado las redes es una interpretación errónea o malintencionada de mi libro. Se han sacado frases de contexto y se les ha atribuido una intención de la que carecen, cuando el mensaje que subyace es la importancia de la amistad.

Para deshacer este terrible malentendido quiero destacar en primer lugar que este libro es de ficción [mucha gente no distingue entre realidad y ficción, y ocurre lo mismo en el cine y en televisión, donde a menudo se confunde el personaje con el autor que lo interpreta], una novela de humor, y en ningún caso es un título de autoayuda o adoctrinamiento. En segundo lugar destacar también que no refleja mis opiniones sino los pensamientos de una niña de doce años [eso nos pasa a menudo a los novelistas; creamos personajes e intentamos darles vida; luego la gente se piensa que estamos hablando de nosotros] decidida, egoísta, pero noble, con las incongruencias propias de su edad. La intención es que los lectores se rían con los numerosos errores que comete y que vean cómo evoluciona a lo largo del libro y trata de aprender de todo lo que le pasa o hace.

Para crear a mi personaje me he inspirado en obras de la literatura con sentido del humor y una mirada crítica del mundo que los rodea, como Matilda, Manolito Gafotas o El pequeño Nicolás. Y, como ellos, he utilizado el recurso del humor y la ironía para atrapar la atención de los lectores, pero siempre, en último término, con una finalidad edificante.

Desde que comencé a escribir asumí que era imposible agradar a todo el mundo, [el autor que no asume esto pronto está perdido y acabará frustrado. Ya lo decía Woody Allen: «No conozco el secreto de éxito, pero el fracaso está en querer agradar a todo el mundo»] pero quiero señalar aquí que he recibido muchas, muchas felicitaciones y muestras de cariño y apoyo, tanto de niños como de padres, profesores, bibliotecarios y libreros.

Dicho esto, respeto la decisión de aquellos que no comparten mi punto de vista y mi sentido del humor, y espero, finalmente, que quien lea este libro, y no solo unas pocas frases o fragmentos descontextualizados, disfrute de su lectura y aprecie su sentido.

He de decir que yo no he leído el libro y no puedo dar mi opinión sobre él, ni sé si comparto con la autora su sentido del humor o no, pero no me importa, puede que el libro sea horrible (cosa que no creo), pero tampoco me importa. Solo digo que el libro debe seguir donde está y quien quiera debe poder comprarlo y leerlo, y el que no… nadie lo obliga a ello.

Felices lecturas.

Última hora: Más de 30.000 personas han firmado una petición para que la editorial Alfaguara retire el libro. La petición del Change.org acusa al libro de dar «consejos tóxicos», de incitar al machismo, la desobediencia y el acoso escolar.

Yo me pregunto… ¿Esas treinta mil personas le habrán comprado el libro a María? Porque claro, para pedir su retirada tendrán que tener un buen motivo, ¿no? Tendré que darle la enhorabuena a la autora.

Ramón Cerdá


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