Revista Cultura y Ocio

Maribel Verdú

Publicado el 05 enero 2013 por Juliobravo
Maribel Verdú Hace tiempo que tenía pensado dedicarle una entrada en el blog a Maribel Verdú, pero por una cosa u otra no me ponía con ello. No quiero esperar más, así que aquí va.
He de empezar por confesar que Maribel me tiene absolutamente seducido. Más allá de su categoría de actriz, que es mucha, me parece un ser humano verdaderamente excepcional, de una naturalidad y una sinceridad aplastantes. Simpatía, energía, positividad, ilusión, empuje... Son otras cualidades que la adornan. No puedo decir que la conozca bien, ni hemos mantenido un trato continuado ni profundo, así que habrá mucho de su personalidad que ignore, pero cuento lo que veo y lo que siento, y es de esas personas que me transmiten alegría, con la que me ha gustado hablar en las pocas ocasiones en que he tenido ocasión y, sobre todo, a la que me gusta escuchar y leer en entrevistas por su sensatez, vehemencia, entusiasmo y sinceridad. Hace unas semanas leí la magnífica biografía que Nuria Vidal ha escrito sobre ella y me parecía estar escuchándola a ella.
Recuerdo a Maribel en la redacción de ABC, hace aproximadamente veinticinco años. Yo estaba entonces en el turno de noche, en la sección de Cultura, y ella había estado supongo que cenando con los responsables de una heterodoxa sección que hubo en el periódico durante un tiempo y que salía los sábados: Gente y aparte. Maribel era la musa en aquella sección, y su primer número se había ilustrado únicamente con fotos de la actriz, por entonces jovencísima. De aquel día solo recuerdo una cosa: su risa constante y sonora.

He entrevistado un par de veces a Maribel; una junto a Aitana Sánchez-Gijón y Tamzin Townsend, poco antes del estreno de «Un dios salvaje», y en otra ocasión en un 6 de diciembre, Día de la Constitución. No estaba en aquel momento de promoción, pero accedió a la charla, en la que descubrí a una mujer con las características que he descrito antes, además de reflexiva, sensata e inteligente. Pocas semanas después, lograba el Goya a la mejor actriz por su trabajo en «Siete mesas de billar francés» después de cuatro nominaciones más. O sea, que fui su talismán. 

Como actriz, hay que decir que los años le han sentado bien. Su idilio con la cámara empezó ya al principio de su carrera, pero el tiempo nos ha desvelado a una intérprete capaz de dar a sus personajes un brillo especial, de lograr embutirse con igual fortuna en los trajes del drama y la comedia, y con una de las miradas más expresivas que yo he visto en el cine. Y en el teatro tiene la serenidad y la profundidad precisos. Siento que «El tipo de la tumba de al lado» no venga finalmente a Madrid (este mes estará en Alcalá de Henares), pero espero con impaciencia que llegue septiembre para verla, como está previsto, en «Los hijos de Kennedy», de Robert Patrick.


La foto es de mi compañero en ABC Alicante Juan Carlos Soler

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