Revista Viajes

Marruecos: de fez a rabat (3 días)

Por Nuestrosviajes

En este recorrido de 3 días, visitamos 3 de las Ciudades Imperiales de Marruecos: Fez, Meknes y Rabat, además de las ruinas mejor conservadas del país -Volúbilis- y un pueblo con mucho encanto -Mukay Idrish-.

No te pierdas nuestra guía de viaje!!

Resumen del viaje: 

DÍA 1: Vuelo de Madrid a Rabat. Noche en Fez DÍA 2: Fez DÍA 3: Volubilis, Mulay Idris, Meknes. Noche en Rabat. DÍA 4: Rabat. Vuelo de vuelta a Madrid
DÍA 1: Vuelo de Madrid a Rabat. Noche en Fez.
El viernes, cogemos el vuelo de la tarde de Ryanair de Madrid a Rabat. Una vez en el aeropuerto, recogemos el coche que hemos alquilado por 3 días y conducimos durante 210 km (2 horas) hasta llegar a Fez. La carretera está fenomenal, con un peaje de 5 euros. Poco previsores, nos llevamos ni GPS ni siquiera un mapa para saber dónde está nuestro hotel, en la medina de Fez. No obstante, pocos mapas sirven en la medina, un extensísimo conjunto de callejuelas peatonales ensortijadas donde es prácticamente imposible saber moverte si no eres de allí. A nosotros no nos quedó más remedio que pedirle a un chico que se montara en el coche con nosotros y nos lleve hasta la puerta de la Medina más cercana a nuestro hotel, donde aparcamos el coche en un parking al aire libre que parece vigilado. Son las 21:00 h, pero no hay ni un alma por la Medina. Llegamos a nuestro hotel, un auténtico y antiguo riad donde nos reciben con un delicioso té de menta. Se llama Riad Meski, y podéis verlo pinchando aquí.
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 Arriba, interior del Riad Meski
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 Arriba, desayuno tradicional en la azotea del Riad Meski Nos recomiendan que no salgamos solos por la Medina a estas horas, y acabamos cenando en el restaurante del primo del dueño del Riad (mucho más caro por supuesto que si  hubiéramos buscado algo por nuestra cuenta).
DÍA 2: Fez

Fez es la tercera ciudad más grande de Marruecos, después de Casablanca y Rabat. Es famosa en el país por considerarse el centro religioso y cultural de Marruecos; así como por su Universidad, donde se estudian religión musulmana y árabe.

Su principal atractivo es la antigua Medina, que se considera la más interesante de todo Marruecos. Perderse por sus laberínticos callejones llenos de especias, bazares de telas y madrazas, es una experiencia en sí sola.

¿Qué hacer en Fez?

– Perderse por los callejones de la antigua Medina
– Ver trabajar a los artesanos del cobre en la Plaza Mederdsa Sefferine
– Curtiderías de Chaouwara
– Visitar alguna Madraza (escuela islámica)
– Dar un paseo por el barrio judío, Mellah
– Cenar en los restaurantes de la Ville Nouvelle (Nueva Fez)

  • Perderse por los callejones de la antigua Medina

Dicen que la Medina más impresionante de todo Marruecos es la de Fez. Es un auténtico laberinto de callejuelas con olor a especias, repletas de bazares y zocos, y que te sorprende a cada esquina con una plazoleta, una madraza, o una calle sin salida. Lo mejor es dejarse llevar sin temor a perderse (porque te perderás, seguro). Hay que contar con que habrá que dar alguna que otra propina a un chaval para que vuelva a llevarte a un sitio conocido.

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  • Ver trabajar a los artesanos del cobre en la Plaza Mederdsa Sefferine

No hay que perderse esta plaza, situada en la antigua Medina. A medida que os vayáis acercando escucharéis el ruido que proviene de los martillazos de los artesanos del cobre trabajando ollas, bandejas y teteras. Merece la pena que hagáis una parada en esta plaza y os dediquéis, simplemente, a observar.

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  • Curtiderías de Chaouwara

Quizá sea la imagen de estas curtiderías la que caracterice a la ciudad de Fez. Con cientos de pozos llenos de tintes naturales y excrementos de paloma, las curtiderías son uno de los sitios más pintorescos en los que he estado nunca. Y más malolientes también.

A medida que os vayáis acercando, se os acercarán comerciantes que tienen sus tiendas en terrazas con vistas panorámicas de las curtiderías. Por una propina podéis subir a las terrazas y que os expliquen el proceso de coloración del cuero.

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Arriba, vista panorámica de las curtiderías

Lo primero que se hace es introducir las pieles sin tratar en enormes pozas llenas de excrementos de paloma y de cal. Son las pozas que veis de color blanco. Aquí se dejan en reposo durante  días.

Tras esta primera fase, se elimina el pelo que queda en la piel, y se introducen en las pozas llenas de tintes naturales: amapolas para el color rojo, menta para el verde, azafrán para el naranja…

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Arriba, quitando el pelo a la piel

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Arriba, pozas con tintes naturales

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Una vez la piel esté teñida y seca, los artesanos las trabajan y las convierten en bolsos, zapatos, cinturones…

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Arriba, secando las pieles ya teñidas

  • Visitar alguna Madraza (escuela islámica)

Una Madraza es una escuela religiosa islámica. En Fez hay varias que visitar, nosotros entramos en la que dicen es una de las más bonitas, Madraza Attarine.

A la entrada de la Madraza encontramos un patio con una fuente de mármol central. Orientado en dirección a La Meca, encontramos la sala de madera, con una preciosa cúpula de madera ornamentada. Las paredes del patio están ricamente talladas con frases del Corán, motivos florales, así como mosaicos.

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  • Dar un paseo por el barrio judío, Mellah

Un paseo por la calle principal de la Mellah (Rue Mellah), el barrio judío de Fez,  permite al visitante observar las diferencias arquitectónicas respecto a cualquier otra zona de la ciudad. La principal diferencia son las casas con balcones exteriores; que contrastan con las casas musulmanas, cuyas ventanas siempre se orientan a patios interiores. No obstante, las calles del barrio judío, que en su época estaban repletas de maravillosos bazares,  actualmente albergan tiendas de ropa totalmente normales.

  • Cenar en los restaurantes de la Ville Nouvelle (Nueva Fez)

Este barrio de Fez es la zona es la zona nueva de la cuidad, siendo su valle principal la Avenida Hassan II y su cruce principal la plaza de Mohammed V.

A lo largo de la Avenida Hassan II hay cafeterías, heladerías y algún que otro restaurante local. Además, es un concurrido punto de encuentro por las tardes, y está lleno de familias y grupos paseando.

Alojamiento en Fez

  • Nos hospedamos en el hotel Riad Meski (35 € la habitación doble), muy auténtico, con desayuno marroquí en la azotea. Situado en la antigua medina. Podéis ver fotos aquí.

Restaurantes en Fez

  • The Ruined Garden. Nos encantó, imprescindible. En un jardín medio en ruinas, con mesitas al sol y sofacitos con almohadones de colores. http://ruinedgarden.com/

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  • El Riad de cuyo nombre no consigo acordarme… estuvimos tomando una cerveza en este Riad tan bonito en la antigua medina, pero no consigo acordarme del nombre…

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DÍA 3: Volubilis, Mulay Idrish, Meknes. Noche en Rabat

Desde Fez, conducimos durante  95 km (1 hora) dirección Rabat hasta llegar a las ruinas de Volubilis. Se trata  del monumento arqueológico mejor preservado de todo Marruecos, y fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Las investigaciones indican que en el siglo III a.C se instalaron los primeros comerciantes en la zona. El visitante puede moverse a su aire en las ruinas, aunque lo malo es que apenas hay información.

volubilis
volubilis
volubilis

A tan solo 5 km de las ruinas de Volubilis, se encuentra el encantador pueblo de Mulay Idris, uno de los principales lugares de peregrinación de Marruecos, y que bien merece una visita. No os podéis perder las increíbles vistas panorámicas que hay desde la petite terrase y desde la grande terrase. El mausoleo de Mulay Idris I es el principal punto de interés de la ciudad, aunque los no musulmanes nos tenemos que contentar con ver la entrada.

En uno de los laterales de la plaza de Mulay Idris I se ponen varios puestos con brochetas de pollo muy ricos para comer.

MULAY IDRISH
Arriba, vistas desde la petite terrase 

MULAY IDRISH

MULAY IDRISH
Arriba, entrada al Mausoleo de Mulay Idris I

Siguiendo camino hacia Rabat, a 25 km de Mulay Idrish, se encuentra la ciudad de Meknes , donde paramos una horita a dar una vuelta.

Si habéis estado en Marrakech, seguro que la Plaza el-Hedim os recuerda a la Plaza de Jamaa el Fna. Igual de animada, suele estar abarrotada de vendedores ambulantes, encantadores de serpientes y mujeres coloreando las manos con henna. Hay varias terrazas con vistas panorámicas estupendas donde pararse a tomar un te y ver la vida pasar. 

Otro de los principales atractivos de la ciudad es deambular por sus zocos, integrados en callejas con paredes color arcilla, y donde podéis encontrar prácticamente de todo.

MEKNES
meknes
Arriba, Plaza el-Hedim

Cogemos el coche por última vez en el día para conducir 135 km hasta llegar a Salé, al norte de Rabat, y donde nos alojamos en un Riad muy recomendable, Riad Dar Nawfal.

DÍA 4: Rabat. Vuelo de vuelta a Madrid

El último día de nuestro viaje lo dedicamos a recorrer Rabat, la capital de Marruecos, una ciudad en principio no incluida entre los destinos turísticos del país, pero que nos sorprendió gratamente.

¿Qué hacer en Rabat?

– Recorrer la Medina con tranquilidad, sin agobiantes
– Mercado de comida en el barrio judío (Mellah)
– Vagar por las calles azules de la Kasbah des Oudaias

  • Recorrer la Medina con tranquilidad, sin agobiantes comerciantes

Lo que más nos sorprendió de Rabat fue, sin duda, lo tranquilos y agradables que son sus habitantes. Pasear por un bazar de Marruecos curioseando la artesanía sin sentirse acosado por los comerciantes nos pareció una maravilla, sobre todo comparado con otras grandes ciudades como Marrakech. Aprovechamos esta tranquilidad para rebuscar entre lámparas y alfombras, y algún que otro recuerdo se volvió con nosotros a España.

RABAT
RABAT
RABAT
Fotos de arriba, zoco de las alfombras

  • Mercado de comida en el barrio judío  (Mellah)

Siempre interesantes, los mercados de comida son una estupenda ocasión de conocer la cultura local. Sentarse en cualquier esquina a degustar un te y observar la vida pasar, es una parada obligatoria.

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  • Vagar por las calles azules de la Kasbah des Oudaias

La zona más antigua de la ciudad, la Kasbah del Oudaias, es un sitio ideal por donde perderse entre callejuelas azules, con vistas panorámicas del mar desde lo alto. El acceso principal a la Kasbah, Bab Oudaia, es una impresionante y decorada puerta del siglo XII.

A la entrada de la Kasbah se encuentran los jardines Andaluces, un remanso de paz que bien merece una visita. En la Kasbah hay pocos sitios donde poder comer o tomar algo, así que si os apetece hacer una parada llegados a este punto, podéis hacerlo en el Café Maure, a la salida de los Jardines, con una preciosas vistas del mar.

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Arriba, un rincón de la Kasbah

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Arriba, vistas panorámicas desde una terraza de la Kasbah

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Arriba, vistas panorámicas desde una terraza de la Kasbah

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Arriba, Café Maure

Alojamiento en Rabat

  • Nos hospedamos en Salé, un barrio al norte de Rabat, en el Riad dar Nawfal. Muy recomendable, nos encantó. Podéis ver fotos pinchando aquí. El precio de la habitación doble es de  euros.

KEEP ON TRAVELLING!


MARRUECOS: DE FEZ A RABAT (3 DÍAS)

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