Revista Cine

Más allá del invierno. Isabel Allende.

Publicado el 07 agosto 2017 por Meg @CazaEstrellas
"En medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible". Albert Camus.
Más allá del invierno. Isabel Allende.
He leído varios libros de Isabel Allende. Si la memoria no me falla, este es el sexto. No son pocos, aunque si los comparo con todos los que tiene, sí que puede resultar insuficiente. "Más allá del invierno" ha supuesto mi reencuentro de ella tras unos años sin leer sus novelas.En esta ocasión, nos situamos en Nueva York, azotada por una brutal tormenta de nieve que paraliza prácticamente la vida de sus habitantes. En estas circunstancias conoceremos a los tres personajes que protagonizan la historia: Lucía, una profesora universitaria de origen chileno. A Richard, americano, también profesor universitario, jefe, vecino y casero de Lucía, ya que ella se aloja en un pequeño apartamento-sótano de su propiedad, y Evelyn, una joven guatemalteca sin papeles.Lucía es una mujer mayor alegre y optimista que se siente atraída por Richard, que parece no corresponderle. Al contrario que ella, él es arisco, huraño, inseguro, solitario y algo hipocondríaco. En medio del temporal de nieve, Richard se ve obligado a llevar al veterinario a uno de sus gatos. A la vuelta, su coche chocará con el de Evelyn, una chica que casi no le habla y no reacciona ante el incidente. Richard le da una tarjeta de visita. Ese choque cambiará la vida de los tres protagonistas...Estamos ante una novela de personajes. En los capítulos se van intercalando el presente, el cómo se cruzan estos tres destinos, con el pasado de cada uno. Así, conoceremos los entresijos del golpe de estado en Chile, la emigración en América y el negocio que se esconde tras ella, los narcos y pandilleros de Guatemala, etc.
Reconozco que al principio me costó entrar en la historia. No terminaba de conectar con los personajes, y el ritmo me parecía lento, seguramente debido a que la trama del presente se veía constantemente interrumpida con la alternancia del pasado de los personajes, un pasado muy extenso y minucioso, algo que a su vez (y aquí está lo bueno) me ha ayudado finalmente a entender a los protagonistas y conectar con ellos.Sin ser la novela de Allende que más me ha gustado, he disfrutado mucho más de lo esperado, he reído y he llorado con su lectura. Su mensaje,  tan acertado y con origen en la frase de Camus arriba citada, coincide con el invierno particular en que se encontraba la autora al enfrentarse a esta novela.
Me he encontrado con un invierno meteorológico, pero símbolo y metáfora también del invierno vital por el que han pasado los protagonistas, que, cuando parace todo perdido, no se dan por vencidos y finalmente optan por buscar la calidez y la luz del destino, porque, aunque no se puedan cambiar las cosas, aunque no se pueda cambiar el duro pasado, sí se puede cambiar la perspectiva con la que lo vemos, o la forma en la que gestionamos las huellas que nos ha dejado. Y es que, en nuestro invierno personal y en las imperfecciones de la  vida, podemos encontrar la calidez y la luz de un verano emergente que espera en nuestro interior. Y esa es una lección vital que repasaremos y afianzaremos con este libro

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