Más de Pablo Iglesias

Finalmente se votarán las dos propuestas de Podemos, después de que el Sr. Iglesias blindase la suya tras una organización de los comicios un tanto peculiar, por llamarlo de alguna forma, y nos asegurase que está dispuesto a asumir la pesada carga que supone la dirección del partido. Todos los líderes mesiánicos nos redimen con su sacrificio, en este caso la dirección de la recien creada formación política, a la que se entrega con su “look” de urbanita postmoderno, progresista e indudable miembro del grupo de la cultura. Desde la estudiada pose, la cuidada indumentaria, los complementos -léase pulseras- y otros elementos de imagen, coleta incluida, D. Pablo encarna al líder solidario, comprensivo, demócrata y honrado, aunque después, en su camarilla, defienda la estructura política de países como Cuba o Venezuela, en cuyos medios de comunicación ha llevado a cabo declaraciones escalofriantes, quiero decir, escalofriantes para un verdadero demócrata.

Podemos estará en marcha en un breve plazo de tiempo, acaparando el voto transversal de los desarraigados partidarios de otras formaciones, cansados de los escándalos, de la corrupción, del sistemático incumplimmiento de los programas ofrecidos a los votantes, aglutinando el desencanto de quienes están hastiados de ver la política como un mercadeo de tahúres y pícaros que encubren mutuamente secretos inconfesables, en fin, se ofrecerá como la formación política pura e inmaculada capaz de regenerar el sombrío panorama -y triste- que ofrecen el resto de partidos. El problema será aquello en lo que se conviertan en el momento que accedan al poder; la transparencia nace de su situación actual; las cloacas del Estado contaminan por igual a unos que a otros y la política no deja de ser una casquería: Si no te gusta el olor, no te hagas carnicero, y si te agrada, sabemos lo que eres.