Más falso que Judas – @soy_tumusa

Deberíamos de valorar más a las personas, los momentos que pasamos con ellas, con la gente que realmente merece la pena, la familia, los amigos. Valorar la sensación de paz que nos provoca el verles sonreír, que te cojan de la mano o que te den un fuerte abrazo y lo más importante valorar el mero hecho de  compartir con ellos el tiempo, ya sea en una comida o alrededor de un café. Valorar lo que realmente da sentido a la vida que son las personas, los gestos y los detalles. Deberíamos fijarnos menos en lo que tienen los demás y empezar a contar lo que realmente poseemos, no se trata de tener el coche más caro, ni ver quién se va de vacaciones más lejos, ni de llevar el último modelo de gafas de sol o los zapatos de moda. La vida va de personas, de sensaciones y detalles, de gestos y valores y sobre todo de momentos, si, esos que pasan y ya no vuelven y luego nos gusta recordar anhelando tiempos mejores. Somos muy tontos contemplando nuestro coche caro aparcado en la puerta de nuestra gran casa dándole un valor que realmente no tiene sin apenas saber que lo material se sustituye cuando te cansas, pero las personas y los momentos jamás lo harán.

Cuando seamos capaces de entender que todo lo que nos rodea, todo lo material es un simple adorno, comprenderemos el verdadero sentido de ésta puta vida y no seremos felices completamente, pero si nos daremos cuenta de que vale más una conversación con tu madre en el salón de casa bajo unas tazas de café al son de un día de lluvia, que estar pendiente de cómo voy a joderle la vida al vecino con mi próxima adquisición, o las mentiras que le voy a contar a mis compañeros del trabajo porque se me da de lujo aparentar y generar envidia entre ellos y hacer que el ambiente sea mezquino al verles alardear de los logros y lo felices que son en sus tristes vidas.

Cada vez que miro a éste tipo de gente, más falsos que judas, que viven construyendo su fachada de cara a los demás me alegra saber lo afortunada que soy cuando no me importa lo que tengo, o lo que vale, pero si lo que poseo. Soy rica en momentos, en historias y personas, adoro la gente que me rodea porque me hacen grande, compartir con ellos un saludo, un buenos días o una agradable velada me convierten en la persona más poderosa y feliz del planeta, adoro los momentos vividos, los millones de recuerdos que llevo en mi piel tatuados y que permanecerán para siempre, porque al fin y al cabo eso es lo que nos llevamos, trocitos de personas y lo que aportan a nuestras vidas. Siempre me quedo con algo de todo el mundo, es así como me gusta estar formada, de pedacitos de los demás, me hacen más sabia, más completa, aprendo más de las buenas y de las malas, aunque si que es verdad que hay que reconocer que la vida es demasiado breve para dejarse intoxicar por cierto tipo de gente, así que no hay que temer a cerrar tantas puertas como haga falta y soltar lastre, no es bueno caminar llevando demasiado peso porque quizás es eso lo que nos impide contemplar el camino.

Si la vida son momentos, pásalos con quien realmente merezca la pena, con las personas que ames, aprehende cada instante y guárdalo para siempre en tu memoria y en tu corazón. Las personas se van y luego nos queda el lamento de su pérdida, en nosotros está el alivio de decir “…he compartido todo el tiempo que he podido con ella..” y que su recuerdo perdure eternamente. Somos personas y estamos hechos de personas, cuida de los que te rodean y hazles sentir que valen más que unos tristes zapatos o una lujosa casa porque sin estar rodeado de gente con quien compartir, de poco te sirve todo lo que tienes.

“No sirve de mucho la riqueza en los bolsillos cuando eres pobre de corazón”

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